sábado, 23 de noviembre de 2019

ATROCIDADES


ATROCIDADES
Joaquín Córdova Rivas

Hay temas no atendidos que, como bombas de tiempo, están estallando apenas. Llevan mucho tiempo incubados, sin solución, agravando y enrareciendo el ambiente social y político, lo peor es que los presuntamente responsables evaden el bulto y quieren impedir que lo escondido surja. Las culpas no asumidas ni pagadas los traen nerviosos, irritables hasta la agresividad abierta.

Por ejemplo, el informe titulado ATROCIDADES INNEGABLES. CONFRONTANDO CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD EN MÉXICO de Open Society Justice Initiative, en colaboración con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, I(dh)eas Litigio Estratégico en Derechos Humanos, la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho y Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC), publicado en el 2016, que revela, en 232 páginas de datos e investigaciones minuciosas, sin concesiones para nadie, el estado del país centrándose en el lapso del 2006 al 2015 (el sexenio de Felipe Calderón y la mitad del de Peña Nieto). Muy puntual, bien soportado legalmente, con recomendaciones que seguramente traen apanicados a muchos todavía poderosos. Vale la pena abusar de las citas para dar una idea de su contenido. Disponible en: https://www.justiceinitiative.org/uploads/5d386d17-57aa-4b74-b896-43883af55574/undeniable-atrocities-esp-2nd-edition.pdf

«A finales de 2006, el gobierno federal de México ordenó un despliegue nacional a gran escala de las fuerzas de seguridad para combatir al crimen organizado. Esta estrategia supuso que los índices de asesinatos, desapariciones, tortura y otras atrocidades se dispararan. En 2012, al resultar evidente que México se encontraba en crisis, Justice Initiative lanzó un nuevo proyecto cuyo objetivo era comprender las dimensiones de esta crisis, la naturaleza de los delitos, y porqué el sistema de justicia de México estaba batallando para detener a los autores penalmente responsables.»

«¿Qué significa “Crímenes Atroces”? Las Naciones Unidas define el término incluyendo los crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Este informe usa el término para referirse a formas particulares de crímenes violentos que han afectado a varios cientos de miles de civiles y pueden constituir crímenes de lesa humanidad. Las personas afectadas no solo incluyen a los ciudadanos mexicanos, sino también a inmigrantes de Centroamérica, que viajan por rutas peligrosas a través del país y son con cada vez más frecuencia víctimas de la cruel violencia de los cárteles. Específicamente, el informe examina tres tipos de crímenes atroces: asesinatos, desapariciones, y tortura y otros tipos de maltrato.»

«La mayor parte de los datos en que se basa el análisis provienen necesariamente de fuentes gubernamentales. Esto crea un considerable desafío metodológico, ya que los
datos del gobierno sobre delitos atroces y de otro tipo en México son notoriamente incompletos, sesgados hacia la reducción al mínimo, y por lo tanto a menudo poco fiables. [...] más del 90 por ciento de los crímenes en México nunca se han informado a las autoridades.»

«Asesinatos, desapariciones y torturas perpetradas tanto por los cárteles como por las fuerzas federales (que supuestamente debían luchar contra estos) persisten en el presente. Desde diciembre de 2006 hasta el final de 2015, más de 150,000 personas fueron asesinadas intencionalmente en México. Miles de personas han desaparecido. [...] hemos concluido que existen fundamentos razonables para considerar que existen actores tanto estatales como no estatales que han cometido crímenes de lesa humanidad en México.»

«el objetivo de este informe no es que se inicie una intervención de la CPI (Corte Penal Internacional) en México, sino que los autores de estos crímenes atroces puedan ser enjuiciados con todo el peso de la ley, independientemente de su origen, en su propia jurisdicción. Esto es especialmente importante si se considera que esta violencia es perpetrada por las fuerzas de seguridad del Estado, cuyo deber es combatir el delito, no cometerlo. Recurrir a acciones criminales en la lucha contra el crimen no deja de ser una contradicción, una que por lo demás socava trágicamente el estado de derecho. [...] México cuenta con amplios recursos y capital humano para actuar de modo eficaz en la prevención, enjuiciamiento y castigo de crímenes atroces, perpetrados en su mayoría por sus propias fuerzas. La incógnita es si México tiene la voluntad política de hacerlo.»

«El gobierno debe actuar sin demora para reconocer la gravedad de la situación: debe iniciar medidas urgentes y extraordinarias, que incluyen la invitación a la ayuda internacional a fin de garantizar procesos de investigación y procesos genuinos e independientes. [...] Es importante señalar que investigar y enjuiciar las atrocidades como crímenes de lesa humanidad, en lugar de hacerlo como crímenes nacionales ordinarios, permite evaluar la responsabilidad penal hacia arriba en la cadena de mando, de modo que se pueden incluir a aquellos que dieron las órdenes o a aquellos que no tomaron acciones para prevenir o castigar delitos que conocían (o deberían haber conocido).»

«... las fuerzas federales han cometido numerosos asesinatos, desapariciones forzadas y torturas, dejando ver un patrón de comportamiento muy claro que permite concluir que no se trata de actos aislados ni al azar. Las víctimas incluyen miembros de los cárteles delictivos pero también muchos “falsos positivos”: civiles acusados sin ningún fundamento por su participación en actividades del crimen organizado, a menudo víctimas de tortura para que se auto incriminen o incriminen a otros, y frecuentemente víctimas de desapariciones o asesinatos. Otros civiles han muerto víctimas del fuego cruzado de una estrategia imprudente, el “daño colateral” de la batalla entre el gobierno y los cárteles.»

En el apartado titulado Desapariciones se menciona a nuestro Estado: «Los grupos objetivo de estos crímenes suelen variar de acuerdo con la ubicación geográfica de las organizaciones criminales. En Chihuahua, por ejemplo, donde parece existir un problema pronunciado de desapariciones de mujeres, la situación podría atribuirse a la trata para el comercio sexual.De igual modo, las desapariciones en Querétaro a menudo parecen estar vinculadas a la trata de mujeres. En Coahuila, por el contrario, un 84.3 por ciento de las 370 desapariciones documentadas por una organización corresponden a hombres. Una gran cantidad de migrantes ha desaparecido en las principales rutas de transporte entre las fronteras de Guatemala y Estados Unidos.»

Crímenes de Lesa Humanidad, el pedido de que una instancia internacional intervenga en las investigaciones, la clasificación de Crímenes Atroces, el amparo de convenios internacionales para sustentar lo escrito, con razón muchos no quieren que se investigue nada.

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