sábado, 30 de julio de 2011

INFORMANDO

Cada sexenio y más si hay un cambio en la administración partidista, se reinventa el estado, pareciera que se parte de cero o que lo sucedido anteriormente sea mera anécdota sin valor histórico. Sin embargo hay herencias que van a pesar para bien o no.

En el caso del actual sexenio estatal esa herencia incluye obras que han estado envueltas en la polémica, principalmente porque no se hacen evidentes los verdaderos intereses inmediatos a los que responde, son los casos del aeropuerto –fallidamente intercontinental y que no logra despegar―, el centro de convenciones –con el apellido que le quedó grande: ciudad de las artes―, el Acueducto II –que inaugura la privatización del agua potable y cuyo alto precio tendrá que ser pagado por los consumidores―, y el anillo vial Fray Junípero Serra –mal hecho y que benefició a especuladores inmobiliarios, además de que le cayó de sorpresa a una administración municipal que sigue pensando “en ranchito”―. No tiene caso sumergirse en los detalles, ya ventilados en la prensa, el espacio es valioso para hacer recuentos.

Creo que podemos estar de acuerdo en que la seguridad no está tan vulnerada como en otras partes del país, aunque haya casos que no han trascendido a la opinión pública; que esa diferencia hay que cuidarla para beneficio de todos, pero en el segundo informe de gobierno no se menciona nada de las bodegas y laboratorios para elaborar drogas sintéticas encontrados recientemente, tampoco se dice nada de los casos pendientes de solución como el de la BMW negra, o algunos más recientes que, con todo y el “encargo” personal del gobernador le están quedando grandes a la procuraduría. Parece que detrás de todo está la posición de que la autoridad nunca se equivoca, de que la “verdad oficial” es la única válida, es más, desde el Plan Querétaro 2010-2015 se justifican los abusos: “Los elementos operativos de seguridad y procuración de justicia se encuentran cotidianamente expuestos a situaciones de riesgo potenciales y reales que, eventualmente y por sus intervenciones, pueden derivar en posibles violaciones a los derechos de las personas”. El problema es que eso está pasando y no se corrige.

Las cifras apantallan: “Las denuncias fueron atendidas con prontitud por parte del Ministerio Público quien dio inicio y trámite a 27,844 averiguaciones previas y determinó el 96 por ciento de éstas. La integración de las investigaciones se hizo adecuadamente logrando el libramiento, por parte de la autoridad judicial, de órdenes de aprehensión o comparecencia en 82 por ciento de los casos”. Esa sí es efectividad, pareciera que en un océano de impunidad hay una islita llamada Querétaro donde eso no ocurre, pero los datos disponibles de otras fuentes dan cuenta de otra cosa, por ejemplo, en el Plan antes mencionado encontramos que: “la Encuesta Nacional sobre Inseguridad revela que en el estado de Querétaro durante el año 2008, el 83% de los delitos ocurridos no derivaron en averiguación previa”. Y en las que sí llegan a ese punto hay una confusión muy evidente ya tratada, en otros casos, por analistas como Sara Sefchovich: “el derecho no son solamente leyes, reglas y normas frías sino también (y sobre todo) principios, entendido esto como exigencia de justicia y de moral positiva, de hacer lo correcto pero también lo bueno. El ordenamiento jurídico no puede olvidar la perspectiva ética, ni puede pretender ser neutral, porque todo él se sustenta en una posición moral”. Esa dicotomía está cada vez más presente en la justicia queretana, donde el afán de cargarse por el lado de la “reparación del daño”, está dando lugar a que se hagan verdaderos negocios por la falta de criterio de los agentes del ministerio público primero, y después de los jueces. Tan son problemas la prevención del delito y la procuración de justicia que se está renunciando a las mismas pretendiendo dejar en manos del ejército parte de las mismas, de allí la inversión de 15 millones de pesos en dos bases militares.

En el periodo que abarca el segundo informe de gobierno, la administración estatal ejerció un presupuesto de poquito más de 21 mil millones de pesos, como simple comparación fueron siete veces lo ejercido por el municipio “capital” que casi llegó a los 3 mil millones.

¿Qué tanto es tantito? El segundo informe estatal ya no establece prioridades, se supone que estas estarían señaladas en el Plan Querétaro 2010-2015, pero ambos documentos carecen de pistas al respecto. Si comparamos los 21 mil millones totales contra simples 17.5 millones uno podría suponer que a eso que se dedica tan poquito no es importante: “Querétaro es una de las entidades federativas que cuenta con mayores recursos para la ciencia y la tecnología. Esto ha sido posible, en parte, por la operación del Fondo Mixto de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica a través del cual se han ejercido 17.5 millones de pesos para el desarrollo de 17 proyectos”. Hay rubros completos en los que ni siquiera merece señalarse cantidad alguna, como el programa Cultura y Arte Cerca de Todos. Mientras, podemos presumir los 14 millones de pesos para remodelar el estadio Corregidora.

Sí hay más empleos en comparación con la media nacional, llegan inversiones, hay actividad económica, al grado de que la riqueza que producimos cada año -- El PIB estatal en 2010 ascendió a 248,300 millones de pesos― es más de 10 veces el presupuesto del gobierno estatal en el mismo periodo, solo que esa riqueza está mal repartida; en un país desigual somos uno de los estados más desiguales.

Hay más cifras, más temas interesantes, pero el espacio no da para más.

domingo, 24 de julio de 2011

MUROS

“Los muros no detienen la historia, simplemente la retrasan” Muros entre los hombres. Alexandra Novosseloff. Reseña en El Universal 03 de Julio del 2011.

La investigadora y fotógrafa francesa citada publica un libro de fotografías de los muros más famosos del mundo, esas monstruosas edificaciones artificiales que tratan de impedir el paso de un lugar a otro, como si las mercancías y los capitales –legales e ilegales―tuvieran más derecho a habitar este planeta.

Obvio decir que entre los muros fotografiados, tomando como pretexto el 20 aniversario de la caída del de Berlín en el 2009 y hasta la fecha, está el construido por nuestros discriminadores vecinos del norte. Como lo recuerda el mexicano y activista de los derechos humanos Sergio Aguayo, en los 29 años del Muro de Berlín, ese que se preciaba de dividir al mundo en dos ideologías contrapuestas, murieron 239 alemanes intentando cruzarlo; nada comparable a las tragedias cotidianas que enfrentan nuestros migrantes, tan solo en 15 años se han descubierto más de 5 mil 600 cadáveres a lo largo de las zonas áridas de nuestra frontera, principalmente la que colinda y se adentra en Arizona, aunque se estima que la cifra real pueda ser del triple.

La muestra fotográfica tiene además su propia investigación, se muestran los efectos que los muros tienen sobre las expectativas de vida e ilusiones de millones de seres humanos que buscan huir de la simple sobrevivencia y encontrarse una vida que puedan compartir con sus familias desde la lejanía y la inseguridad. Así podemos encontrar: “El muro entre México y Estados Unidos; la zona desmilitarizada entre Corea del Norte y Corea del Sur; la Línea Verde que divide la isla de Chipre; las “líneas de paz” en Irlanda del Norte; un muro de arena que cruza el oeste del Sahara de norte a sur; el cerco de alambre de púas alrededor de los enclaves españoles de Cauta y Melilla en Marruecos; el cerco electrificado a lo largo de la línea de control entre Paquistán e India y el muro que divide a Israelíes y Palestinos son los ocho muros retratados”.

Esos muros destinados a separar, a impedir el paso, también han servido para reflejar los sentimientos, las añoranzas de esos que han intentado cruzar, con éxito o sin él; concentran las emociones, la resistencia, es el llamado “border-art”. También sirve como denuncia, como muestra allí están los cientos de cruces con los nombres, con los lugares de procedencia de esos miles de víctimas.

Como bien dice el reportero cultural Octavio Pineda: “Muros altos, muros eléctricos, muros de redes y muros franqueados por el hombre en su afán de libertad o de superar las barreras que lo separan de su familia y de sus amigos, que han migrado y están del otro lado del muro.”

CALIFICACIÓN PENDIENTE

Allí están los datos, acomodados de la forma más lucidora posible aunque sea la más incomprensible, ¿cómo esperar que un ciudadano cualquiera se lea hojas y hojas de autoelogios con chispitas de cifras que pretenden justificarlos? Imposible.

Más que dar cuenta de una obligación legal, los informes de gobierno se convirtieron en una coyuntura esperada y previsible, es la fiesta con que una administración municipal o estatal celebra a su titular. No quiere decir que es mejor que no se haga, al menos es una oportunidad para verle las entrañas al monstruo que constituye el creer que se gobierna un municipio o un estado.

A final de cuentas, el ciudadano tendrá la idea de su gobernante que le provoque el enfrentamiento cotidiano con las primeras figuras de autoridad, con el policía, el agente de tránsito, el ministerio público, el burócrata de ventanilla, el profesor y director de la escuela; o las ausencias de los mismos, que también pesan. Cuenta la existencia o no de los servicios públicos, su buena o mala calidad, como el transporte público, las vialidades, la disponibilidad de agua potable, el ordenamiento urbano, las áreas verdes y zonas de esparcimiento, el goce cotidiano del arte y la cultura.

Si algo queda claro después de revisar el texto de 142 páginas –incluyendo fotografías grandototas―del informe de la Presidencia Municipal de Querétaro, que por ser el más grande y que mayores recursos maneja tiene prioridad, es que “administrar” una ciudad de 1 millón de habitantes tiene su complejidad y su mérito. Por lo mismo ¿cómo evaluar? ¿Cómo saber si el presupuesto se utiliza en lo más importante? ¿Qué calificación merece?

Parece necesario partir de un falso consenso, creer que se hace lo indiscutible, que se interpretan con fidelidad los deseos de la gente, que lo que se hace está legitimado de antemano, por tanto la crítica sale sobrando: “Hace casi dos años convocamos a todos los habitantes del Municipio a construir y a compartir una visión común para el futuro de Querétaro”, la pregunta es obligada, ¿cuál es esa visión común y entre quienes la “vieron”?, principalmente porque implica el ejercicio de una buena cantidad de presupuesto público, en 11 meses: “la presente administración ejerció 2 mil 689 millones 846 mil 882 pesos”, comparado con: “un total de ingresos de 2 mil 960 millones 485 mil 533 pesos”, lo que significa que hay un guardadito, pero lo importante es que no existe una valoración de si es poco o mucho de acuerdo a un diagnóstico certero de necesidades. Lo que sí es que hay un deslinde respecto del gobierno estatal que no es de su partido: “el 51.5% correspondió a ingresos propios y el 48.5% a ingresos de origen federal”. Pero hay algo que hay que llenar y por eso la necesidad de legitimarse, lo dice el psicólogo social Pablo Fernández Christlieb: “Tal vez la tragedia de la época contemporánea, esa tragedia que se llama desánimo, desgano, descorazonamiento, desaliento, hastío, aburrimiento, es por el hecho de que los pensamientos que se producen son muchos y pueden ser verificados y correctos, pero no creídos, no habitados, y por lo tanto uno está ausente de ellos”.

Por lo menos se hace política, eso lo señalan la forma en que se toman las decisiones en un cuerpo colegiado como es un Ayuntamiento: “celebramos 30 sesiones de Cabildo: 24 ordinarias, cuatro extraordinarias y dos solemnes, en las cuales autorizamos 388 acuerdos: 324 por unanimidad y 64 por mayoría”, para que luego no salgan los otros partidos con regidores diciendo que no se les hace caso, obligándolos a ser corresponsables, sería bueno que ellos hicieran su propia evaluación y la dieran a conocer.

Lo demás son cifras y cifras acomodadas en 4 ejes de gobierno, pero resulta casi imposible aquilatarlos en conjunto, no se mencionan antecedentes, no se confrontan con necesidades, de qué sirve saber que se reforestaron “67 mil 200 m2 con plantas nativas del Municipio” si al mismo tiempo “Revisamos y autorizamos 17 proyectos inmobiliarios que representan 6 millones 210 mil 749 m2 de tierras para la construcción…”. O que se utilizaron “102 millones 587 mil pesos del recurso federal SUBSEMUN en el rubro de equipamiento para la adquisición de armas cortas, largas y municiones”, mientras que “Logramos asegurar 10 mil 635 kilogramos de mariguana, 276 dosis de cocaína, 63 dosis de metanfetamina, 188 pastillas psicotrópicas y 51 armas de fuego”.

Como dijimos antes, la valoración dependerá del contacto directo del ciudadano con su cotidianidad territorial y del oso que haga la propia autoridad municipal con las obras grandototas, como la pifia del llamado Distribuidor Capital, y todo por rescatar a un funcionario que lo mejor que le sale de la obra pública es la ineficacia y la polémica.