sábado, 28 de junio de 2014

Lila Downs Con Celso Piña Y Totó La Momposina - Zapata Se Queda

Musica Nuda - "Fever" su Arté

INCREÍBLE

La oportunidad estaba dada, el debate ganado de antemano, la unanimidad saltaba a la vista, no había forma de oponerse sin parecer mezquino, pero lo técnico, si no va de la mano de lo político, de poco sirve. De un tiempo para acá nos ha dado por creer que las razones técnicas son neutras, que son las mejores porque no se “contaminan” con grillas políticas, con opiniones apasionadas, con razones sentimentales o intereses personales. Eso no es cierto. La técnica es apenas un conjunto de procedimientos para hacer algo, pero el qué hacer, el dónde y cuándo hacerlo corresponde a otro tipo de lógica, a decisiones que tienen que ver con la necesidad, la oportunidad y la coyuntura, con la capacidad para adecuar lo ya existente y probado, o para intentar otra cosa. La falta de definición sobre el proyecto del Tren de Alta Velocidad de México a Querétaro es una ilusión. La decisión parece estar tomada desde hace meses pero el juego político ha retrasado su divulgación, vaya usted a saber qué intereses se están jugando, lo que queda claro es que el gobierno estatal y su partido se hicieron bolas innecesariamente y ya no saben qué hacer. La coyuntura favorable se dejó pasar. Por supuesto que podría haber oposición en casi cualquier lugar que se eligiera para poner la estación. O porque estaba muy lejos e incrementaba los costos, o porque quedaría en medio de una zona que ya presenta problemas viales, o porque se le llevaría a un lugar poco céntrico donde también se complicaría el acceso. Pero el proyecto en su conjunto nunca fue cuestionado, ni siquiera en sus elevadísimos costos o por el recuerdo de los fallidos intentos anteriores que sólo sirvieron para enriquecer a funcionarios corruptos y dilapidar miles de millones de pesos. Pero las declaraciones y los desmentidos entre funcionarios de muy alto nivel revelan el grado de confusión que no aciertan a resolver. Sea cual sea la definición ya perdieron lo que se tenía ganado. Las tenebras, la opacidad, las supuestas buenas intenciones están chocando con una ciudadanía que, cuando tiene espacio y tiempo para responder, embrolla las “genialidades” de unos gobernantes que comienzan a percibir que su conexión con sus gobernados sólo existe en su cabeza y caen en actos fallidos que revelan su impericia. Pasó con la remodelación del jardín Guerrero que fue bloqueada durante varios días hasta que se cambió el proyecto original; pasa con el reordenamiento del transporte público de pasajeros que ha dejado a todos insatisfechos, la Red Q regresó a sus rutas originales, se recontrataron a cobradores y checadores, siguen siendo chatarra donde el maltrato es cotidiano y además muy caro; pasa con la remodelación de la calle Venustiano Carranza y su fallida plazoleta; pasa con las inundaciones en diferentes partes de la ciudad cada que llueve; pasa con los parques y jardines descuidados y sin mantenimiento; pasa con las ampliaciones viales mal hechas porque se comen cunetas que evitan se inunden, porque caen en nudos viales no resueltos, porque en las horas pico resultan casi inútiles, porque complican lo que podría haber sido más fácil. Cada gobierno comienza con un capital político que busca incrementar, aquí se les está yendo como arena entre los dedos, lo peor es que no se han dado cuenta. El espejo en que se miran les está jugando una broma cruel, les sigue la corriente, los engolosina, ni de chiste se les ocurre voltear para otro lado, ni cambiar de perspectiva, ni preguntar por creerse infalibles. Y sucede en todas las áreas. Increíble que un joven estudiante “desaparezca” en el trayecto de casa de su novia a su propio hogar. Increíble que no se sepa nada de los serranos que partieron para el norte y nunca llegaron a ninguna parte. Increíble que se quiera atacar el problema creciente de los suicidios instalando una comisión que casi tiene más integrantes que el total de suicidados. Increíble que los resultados de un equipo de futbol sea un asunto de Estado y en todos los estados. Increíble que se niegue el problema de la violencia en las relaciones de pareja, en las familias, en las escuelas, en las calles. Increíble que se ignoren o minimicen los embarazos adolescentes escudándose en una moral hipócrita. Increíble que la justicia sólo funcione para quien tiene dinero para pagar las tropelías que comete, fregados los otros, los de siempre. Increíble que se siga pretendiendo tener un control absoluto de la información en plena era de las redes sociales y la interconectividad. No basta el rejuego con los datos y estadísticas que parecen favorables, quizá muchos lo sean y que bueno. Pero se siente una falta de sincronía entre el desarrollo del estado y los municipios con sus nuevas realidades, da la impresión de que las cosas avanzan a pesar, y no gracias a, las decisiones de una clase política que se embelesa en su propia imagen.