sábado, 24 de noviembre de 2012

LOS EDUCADORES

“La educación es corregir siempre cosas. La idea de que la libertad de expresión se debe dar desde niño no es viable porque simplemente no educaríamos. El asunto es quién lo va a educar, ¿las personas que lo quieren y que se van a preocupar por él o lo va a educar el medio ambiente, la banda del barrio, el tipo que quiere aprovecharse de ellos? Los que se aprovechan de los niños y los convierten en niños soldados y a los ocho años les dan un fusil también los están educando, los están educando para el horror, para la muerte o la esclavitud. Nosotros lo que queremos es educar para otras cosas. Eso naturalmente exige que al niño le quites el Kaláshnikov, y que si le ves que quiere estrangular a su hermanita le digas que no se puede hacer, y si quiere estar todo el día apretando un botón en vez de aprender a leer o a sumar, tienes que decirle que tiene que aprender a leer y a sumar. Los educadores tenemos que caer antipáticos porque el que halaga y da la razón no educa. Lo más repugnante para mí son los viejos que siempre se pasan la vida dándoles la razón a los jóvenes.” Fernando Savater. A cierta edad dejas de ser vendible y eres como un florero. Por Juan Cruz Ruiz, en Revista Ñ 16 de Octubre del 2012. ¿Quién educa? La pregunta no es ociosa porque detrás del quién está el para qué. Aprovechando los malos resultados en evaluaciones internas y externas, nuestro sistema educativo sufre el embate de organizaciones supuestamente preocupadas y bien intencionadas. Nada más falso. Se nos olvida que no solo la escuela educa, también lo hacen las familias, las integradas y desintegradas, las tradicionales y monoparentales, las violentas y las indiferentes, las colaborativas y las castrantes; pero también educan los medios de comunicación, sus estúpidas telenovelas, sus enajenantes reality shows, sus sermoneantes noticieros, sus interesadas ignorancias. Poner el acento únicamente en un sistema educativo público que sufre del desmantelamiento compartido con el de salud, el de generación de energía, el financiero, y demás, es injusto y nada casual. Como sustituir de golpe y porrazo a casi dos millones de profesores es imposible en el corto plazo, se utiliza un atajo, arrancar al Estado la capacitación y actualización de los mismos, reeducarlos para que lleven a las aulas los intereses particulares de los grupos de poder que se quieren eternizar utilizando la democracia formal. Por eso y de forma creciente, la capacitación y actualización están encargándose a empresas privadas, de esas que asesoran bancos, refresqueras, grandes corporativos. Se trata de darles chamba con el dinero de nuestros impuestos a la vez que inoculan la visión de sus dueños y accionistas en el pensamiento y actuar de los educadores, para que estos hagan lo mismo en las mentes y acciones de los niños y jóvenes que contribuyen a formar. Renegamos de nuestro sistema educativo mientras queremos implementar unas reformas que nos son ajenas. Es cierto, el mundo de hoy no es el mismo al de hace algunos años, nunca lo ha sido. Pero el modelo, el currículo no es lo único importante, Fernando Savater ahora premiado por su obra literaria con el premio Octavio Paz, reflexiona sobre su experiencia docente: “Se les educa a los jóvenes en unas realidades que cambian, puedes cambiar de canal, utilizar el photoshop para quitar arrugas, pero la realidad no tiene mando ni zapping posible. Es importante manejar ordenadores pero también es importante la relación de tú a tú, por eso creo que el aula es más importante que todo lo que se enseña en ella. El hecho de estar ahí sentado con 40 personas a las que no conoces, a las que tienes que respetar pero con las que no tienes por qué tener ningún tipo de relación afectiva y que sean lo más variadas posible es muy importante. Separar a los niños de las niñas es un disparate. El aula debe darte esas divergencias que hay en la realidad, de género, de etnias, de estratos sociales, y cuanto más variados sean más te educan. Luego, además, aprendes geografía pero lo importante es la educación que te da la pura convivencia dentro del aula. No puedes modificar al otro como tú quieras”. Esa rica experiencia colectiva puede fastidiarse echando mano de intentos repetidos que busquen la uniformidad de pensamiento, si los educadores se muestran persistentes en inculcar interpretaciones de la realidad que atenten contra los intereses colectivos. No estamos hablando solo de sumas y restas, de puntos cardinales, de ríos y cordilleras, de átomos y moléculas, de hardware y software: “Mientras que la técnica se preocupa de las cosas que pasan y se transforman, la ética se preocupa de lo que no pasa, de lo que está ahí permanentemente. Esos principios se ejercen sobre cosas que están modificándose. La ética de Aristóteles está llena de reflexiones importantes sobre la vida humana pero no habla de biogenética porque Aristóteles no la podía conocer. La combinación es que hables de biogenética pero sabiendo que en el fondo estás vinculado a Aristóteles […] la visión ética más profunda es la que ve la parte invulnerable que hay en el hombre, el sentido de su vida. El entender que efectivamente estamos amenazados por muchas cosas pero que en cambio en nosotros mismos hay algo que no va a pasar o que no va a morir. El que es generoso, solidario, tierno, está actuando desde el lado invulnerable que hay en él, no desde el lado de lo perecedero y asustadizo”. También se privatiza la educación cuando pierde su esencia crítica, cuando mata la diversidad, cuando se culpa y se asusta a los educadores para después adularlos y volverlos dóciles. Para que acepten lo que sea sin cuestionar.