viernes, 20 de mayo de 2011

INVENTANDO

Pasaron las celebraciones pero siguen faltando las reflexiones, el repaso de las experiencias individuales y colectivas. La educación de las nuevas generaciones no puede ser la misma que las de antes, las razones están a la vista. Somos educados por los otros, sean buenos o malos; por los medios de comunicación, sea su programación rescatable o deleznable; por la escuela y los maestros, estén bien equipadas o no las unas y bien capacitados o no los otros. Hace falta discutir.

“Discutere --en latín--, ustedes recuerden sus lenguas clásicas, discutere es tirar de un árbol, para ver si tiene raíces; discutir una opinión es ver si tiene raíces en la realidad o es un capricho, una fantasía o una superstición, y la educación no está para respetar todas las opiniones, sino para aprender a seleccionar entre esas opiniones, las verdaderas, las útiles, y las socialmente necesarias […] la educación es el arte de aprender a navegar por la información, es más útil que nunca, porque precisamente en las informaciones que nos llegan a través de redes sociales, de medios de comunicación como la televisión, etcétera, viene todo mezclado, lo útil y lo inútil, lo verdadero y lo falso, lo atroz y lo piadoso, todo está junto, todo está revuelto. La educación es el arte de gobernar a los jóvenes, a los niños para que aprendan a manejarse en ese caos informativo”. Sí, la cita es del filósofo Fernando Savater, de esa conferencia que vino a dar a la cúpula sindical educativa de nuestro país, quién sabe si le hayan entendido y el efecto que tengan sus palabras a largo plazo en ese auditorio tan sui generis por ser refractario a las ideas, pero nosotros las podemos aprovechar.

En sociedades tan masivas como las que tenemos, que incluso compiten en el desarrollo de más conocimiento, es imposible enseñarlo todo. Por ello la necesidad de regresar a lo básico, a dotar a nuestros niños y jóvenes los saberes, las habilidades para procesar la gran cantidad de información que se genera y difunde cada segundo, que sepan desechar lo falso o inútil, que aprendan a aprovechar lo que los hace mejores y ayude a desarrollarse en lo individual y social: “El problema verdadero en nuestra sociedad es de educación, no es que la gente se quede sin educar, nadie se queda sin ser educado; la educación está tan unida a la condición humana que es imposible que nadie se quede sin ser educado, el problema es quién le va a educar, el problema es si va a ser educado por personas con conocimientos, por personas con una buena voluntad social, por personas que quieren hacer progresar sus comunidades o van a ser educados por la banda de gánster de su barrio, por los peores ejemplos que ven en la televisión, por los que creen que o el triunfo social se basa exclusivamente en la acumulación de dinero”.

Podemos creer que prohibiendo que los niños vean televisión, o que usen las redes sociales, o censurando páginas de internet, tenemos resuelto parte del problema; esa es la forma de trabajar de ciertas organizaciones que se disfrazan detrás de una moralidad que frecuentemente resulta ser hipócrita e inútil. Seguido nos desgastamos creyendo que podemos elegir las compañías de nuestros hijos, manipular sus opiniones; logrando luego el efecto contrario al que deseamos. Lo mismo pasa con la educación: “no podemos elegir los padres de los niños, no podemos elegir probablemente los programas que van a ver en la televisión, ni las compañías que van a tener, ni el comportamiento de muchas figuras públicas célebres, pero nosotros sí podemos elegir lo que vamos a transmitir”.

Ser docente en cualquier nivel educativo no es algo simple, no puede ser un trabajo rutinario, tiene que ser algo especial, importante socialmente: “Educar es, en el mundo de los valores, de las propuestas, de los anhelos, de las creaciones humanas, seleccionar lo imprescindible y transmitirlo a las nuevas generaciones. Aquello que queremos que se perpetúe, aquello que queremos que prospere, el mundo en el que queremos vivir, porque en el fondo nosotros estamos preparando el mundo en el que van a tener que vivir todos”.

Como conclusión provisional, una buena noticia que no ha sido divulgada por los otros medios de comunicación, en nuestro Querétaro se acaba de graduar el primer egresado de la Licenciatura en Tecnología impartida en el Centro de Física Aplicada y Tecnología Avanzada (CFATA) de Juriquilla y la FES Cuautitlán de la UNAM. La nota es importante porque se trata de una carrera diferente a las demás, según cuenta el boletín de prensa del 11 de mayo pasado «Inventor es quien crea algo, tangible o intangible, nunca antes hecho. Por ello, toda idea o proyecto que me viene a la mente, aspiro a que tenga estas características y, sobre todo, que beneficie a la sociedad”, compartió Rodrigo Gutiérrez Landa, primer egresado de la licenciatura en Tecnología de la UNAM […] De no haber estudiado esto, no sé qué hubiera hecho. Antes de concluir el bachillerato ignoraba a qué dedicarme, pero tenía la inquietud de estudiar todo. La física y las matemáticas eran mis favoritas, pero la biología, la química y las etimologías también me gustaban […]‘¿qué es lo que soy y qué hago?’, soy inventor y me dedico a producir inventos, no hay nada más que decir».




Muchas veces oímos esas expresiones de: “Todas las opiniones son respetables”, vaya tontería, por supuesto que todas las opiniones no son respetables, todas las personas son respetables, tenga las opiniones que tengan, eso es cierto, salvo que sean opiniones criminales, pero las opiniones en sí, no son respetables, están precisamente para ser discutidas, para ser validadas si son ciertas y rechazadas si son falsas.


no es que sea malo el internet, no es que sean malas las redes sociales, lo que es malo es la adoración por esos medios, es creer que un instrumento técnico va a resolver lo que no resuelve la preocupación de la sociedad, lo que no resuelve la preocupación de tener unos enseñantes bien dotados y bien preparados. Es verdad, se suele decir “la buena educación es muy cara”, es cierto, una buena educación que tenga grupos de trabajo pequeños, profesores de apoyo, instrumentos, como estamos diciendo, para los alumnos, etcétera, es evidentemente una educación cara, pero yo les aseguro que la mala educación la pagan los países mucho más cara todavía, pagan mucho más cara la mala educación que la buena. Al final la buena educación sale barata en cuanto a rentabilidad y en cuanto a progreso de la sociedad.