jueves, 11 de diciembre de 2014

SANO PESIMISMO

La justicia es la cara amable de la venganza, algo así piensa y dice el periodista y escritor español Arturo Pérez Reverte echándole una mirada a la situación mundial y en específico las de España y México. Claro, tuvo que ser cauteloso, estaba aquí presentando en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara sus novelas más recientes, no podía ser más explícito sabiéndose invitado. Con la experiencia de haber sido corresponsal de guerra durante 21 años, de haber conocido las atrocidades de las que los humanos somos capaces por los motivos más mezquinos y estúpidos, su visión no puede ser optimista: “la utopía se terminó, ya no hay ingenuos, ya ni los niños son ingenuos, eso ya pasó, la utopía se terminó, solamente los tontos o los ignorantes creen en las utopías, sabemos que el mundo va a ser de los malos, la única diferencia es que ahora los malos van a sangrar con más facilidad, el malo está menos a salvo […] Yo más que fe creo en los analgésicos, creo en las cosas que no quitan las causas pero ayudan a soportar el dolor, yo creo que palabras como cultura, como compasión, caridad, solidaridad, fraternidad, lealtad, dignidad, son palabras que ayudan a soportarlo […] no van a hacer el mundo mejor pero van ayudar a soportar el mundo malo, creo que el hombre decente y digno tiene eso como refugio, mientras esas aspirinas sigan circulando entre la humanidad, haya un maestro que crea que educar a un niño del colegio va a ser un ciudadano digno y responsable y mientras eso siga, aunque no se gane la batalla, siempre habrá dignos combates aunque se pierdan al final, el hombre está en el mundo para perder, ese es mi consuelo”. México vive los síntomas de su enfermedad: Pérez Reverte en CNN http://aristeguinoticias.com/1012/mexico/mexico-vive-los-sintomas-de-su-enfermedad-perez-reverte-en-cnn/ aunque es mejor ver el video completo de la entrevista. Vaya consuelo, pero poniéndonos en escala cósmica seguro tiene razón, la especie humana muestra, cada vez con mayor claridad, que está en su fase terminal; que a pesar de los avances científicos y tecnológicos, o quizá por ellos, no es capaz de asegurarse la permanencia en un planeta que es continuamente agredido en nombre del consumo y de su falsa felicidad. No alcanzamos a entender que acabando con la naturaleza que nos rodea en lo más cercano, acabamos con nosotros mismos. Nuestra soberbia impide que sepamos convivir, por eso permitimos las desigualdades sociales, por eso dinamitamos las instituciones que aseguraban un mínimo de certidumbre y cuidaban nuestra educación, la salud, la vejez, el trabajo, la tolerancia, la seguridad física y emocional, el acceso al arte y la cultura, el ocio creativo, la paz, el ambiente que necesitamos para asegurar la sobrevivencia. Por eso la sentencia, que no es más que el reconocimiento de lo que somos: por muchos dioses que nos inventemos estamos destinados a perder. Pero luchar contra quienes aceleran la derrota también es parte de nosotros. No hay que dejar que los malos se salgan fácilmente con la suya, que sangren como dice Pérez Reverte; hay que disfrutar responsablemente lo que se pueda consolándonos con seguir construyendo una humanidad que quiere dejar su instante histórico inscrito en la finitud del universo Hay que seguir en el esfuerzo de aplazar lo más que se pueda la derrota, atender lo cercano, explicarlo, tratar de evitarlo: “Después de siete décadas de ejercer un poder sin restricciones institucionales, el PRI heredó una estructura carcomida por la ilegalidad. Lejos de ser un monopolio empleado para fincar Estado, el autoritarismo mexicano sirvió para propagar complicidades. Una política dedicada a alimentar la ilegalidad. La perversa herramienta de gobierno se volvió régimen, regla y hábito. La política mexicana no se sirve de la trampa, sirve a la trampa. Como el régimen porfiriano, el priismo tejió amistades para no construir instituciones. Al dejar el poder, los priistas entregaron al PAN un calendario de extorsiones por vencer. Los panistas pagaron puntualmente la cuota, dando segunda vida al régimen de la corrupción. Lo llamo régimen para subrayar que envuelve a la sociedad y al gobierno, a la izquierda y a la derecha, a la federación y al municipio. La ruptura que no hubo fue esa: la corrupción ha sido la cuerda intocada de la política mexicana.” http://lastresyuncuarto.wordpress.com/2014/12/10/jesus-silva-herzog-marquez-dexiocracia%E2%80%8F/ Silva Herzog Márquez propone el término dexiocracia para describir nuestro sistema político y económico, aunque quizá se sorprendería si supiera que se puede aplicar en todas las latitudes en menor o mayor grado: “Si democracia viene del griego, este régimen puede tomar prestadas palabras del mismo idioma: dexis: mordida; cratos: gobierno. El gobierno de la corrupción, del soborno, de la ilegalidad, de la confusión de los intereses. Y la corrupción, naturalmente, como el nido donde se aparean crimen y gobierno.” Mientras, nuestros políticos siguen jugando a la confusión, quieren que creamos que sus intereses son los nuestros, que sus guerras sucias ―como si hubiera guerras limpias―, donde se encueran los unos a los otros, son ataques “a la sociedad”, cuando en realidad son los pastelazos de mierda que se tiran entre ellos. Lo peor que podemos hacer es tomar bando y salir en su defensa, allá ellos y sus corruptelas, que sepan que no nos chupamos el dedo.