viernes, 14 de septiembre de 2012

MALDITO ANIVERSARIO

Desde 1973 el 11 de septiembre está metido en nuestra historia personal, lo sepamos o no para Latinoamérica es una fecha fúnebre, marca la forma más cruel y cínica de intervención en asuntos que rebasan pisoteando nuestras fronteras y la poca soberanía nacional que nos dejan. Hace 11 años, el corazón financiero del imperio del norte se derrumbó producto de un atentado terrorista planeado por un Osama Bin Laden, que lo conocía a la perfección por haber sido entrenado y financiado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para enfrentar a las tropas soviéticas en Afganistán. Pero el malamente célebre saudita, integrante de una de las familias más ricas del mundo con intereses globales, incluidos los Estados Unidos, no sabemos cómo ─porque es parte de esa historia no contada─, termina identificándose con intereses contrarios a sus patrones y utiliza todos sus recursos para exhibir su falsa fortaleza. Hace 39 años, un golpe militar fríamente calculado desde la oficina oval de la Casa Blanca, termina con un proceso democrático en Chile. A la vista de todos pero con la interpretación interesada de los medios de comunicación controlados desde nuestro vecino del norte, el presidente Salvador Allende es acorralado en una bombardeada Casa de la Moneda para salir sin vida. Todo por la manipulación del miedo irracional a una forma diferente de hacer las cosas, a ejercer la autodeterminación de cada país. Fue un golpe que retrasó y dejó marcada a nuestra deforme democracia. En el 2001 la destrucción del World Trade Center engrosó las prácticas discriminatorias y antiinmigrantes, a la fecha no estamos seguros de cuántos latinoamericanos sin papeles murieron en esas torres, trabajando en empleos que los blancos no quieren ocupar por considerarlos poco dignos y mal pagados. Se evita mencionar que los terroristas entraron a ese país legalmente, que tenían pasaportes y visas, que estudiaron para pilotos en escuelas autorizadas para ello, que compraron sus boletos y pasaron los filtros de seguridad sin problema alguno, que estuvieron, en todo momento, al alcance de las fuerzas de inteligencia y seguridad que prefirieron ignorarlos. No eran “mojados” ni “ilegales”, no cruzaron la frontera guiados por un pollero, no vivieron hacinados en un cuartucho ni trabajaron sin seguridad social con el miedo permanente a ser deportados y criminalizados. En 1973, con el pretexto de unas elecciones legislativas intermedias, los
medios de comunicación difunden resultados falsos, asignándole a los partidos de oposición al gobierno popular, cantidades de votos que sólo existen en sus planes golpistas, por eso apresuran sus planes. Las prácticas especulativas, el ocultamiento de alimentos básicos, el incremento desmedido de precios, el desmantelamiento de fábricas por parte de los patrones como una forma de provocar una crisis productiva y atizar el desempleo, se suman a los ríos de dólares que van a los bolsillos de los supuestamente afectados y de los militares que le ponen precio a su lealtad institucional. «Esto fue el principio del llamado “experimento Chileno”, un experimento social impulsado por el gobierno de los Estados Unidos cuyo método fue la implementación de la “doctrina del shock”, que consiste en generar impacto en la psicología social a partir de desastres y/o contingencias, de este modo se logra implementar el modelo económico-político neoliberal que fue desarrollado por Friedrich Hayer en los años 40´s y 50´s y posteriormente en Chicago por Milton Friedman.» http://www.yosoy132media.org/media/memoria-11-de-septiembre-de-1973/ Los resultados del 11-S-2001 están a la vista. El mundo es más inseguro que nunca, se declaró la guerra contra un país que no tenía nada que ver con el atentado, el pretexto sirvió para invadir un territorio rico en petróleo y con una posición geográfica envidiable para apoderarse o influir, por las buenas o por las malas, en el resto que hacen frontera con la antigua unión soviética. Es cierto que Hussein era un dictador, pero no hay que olvidar que fue impuesto con el visto bueno de nuestros vecinos del norte, hasta que ya no les sirvió. Afganistán siguió el mismo destino determinado por los intereses representados por la Casa Blanca. "No veo por qué tenemos necesidad de estar parados y ver un país ir al comunismo por la irresponsabilidad de su propio pueblo". Ese fue el epitafio dictado por Henry Kissinger, secretario de estado norteamericano, en 1970, al enterarse del triunfo electoral de Salvador Allende en Chile. De acuerdo con el segundo informe de la Comisión Valech, entregado en agosto de 2011 al presidente Piñera, las víctimas de la dictadura de Pinochet suman más de 40 mil, entre ellas más de tres mil muertos. Pero el golpe en el ánimo democrático de nuestros países fue brutal y lo seguimos padeciendo. Este mes que los mexicanos andamos tan patrioteros, es importante recuperar esas partes de nuestra historia colectiva, cuestionarnos qué tan independientes somos, qué tan democráticos podemos ser.