sábado, 16 de abril de 2016

VERGUENZAS COMPARTIDAS

A este neoliberalismo decrépito le hace falta más maquillaje, porque el que tiene se le cae a pedazos dejando ver todo el horror que lleva el seguir aferrándose a sus perversidades y pretender que no le afectan. Recomponer su imagen, presentar una cara que resulte mínimamente aceptable para las mayorías engañadas, está saliendo demasiado caro. Más cuando algunos personajes no cooperan y prefieren sus corruptelas individuales por encima de las del grupo que los llevó a tener el poder del que abusan cínicamente. La semana pasada vimos las advertencias, que para un buen lector eran evidentes, de la subsecretaria de los Estados Unidos Roberta Jacobson, respecto de los costos de seguir apoyando “democracias” corruptas y poco transparentes. Al mismo sistema político de nuestro norteño vecino le está costando demasiado mantener ocultas sus necesarias desigualdades y tratos discriminatorios, con que se beneficia su economía, con un vocero descarado como Donald Trump, o con su posible sustituto Ted Cruz. Ninguno de ellos está loco, simplemente decidieron despojarse de sus ropajes retóricos para mostrarse tal cuales son, unos verdaderos cruzados del sistema político y económico que ha encumbrado a menos del uno por ciento de los súper ricos por encima del resto de la humanidad. Pero nos están echando a pelear entre nosotros, pobres contra pobres, incrementando los odios raciales; de clase, aunque estemos todos casi igual de jodidos; religiosos, aunque nuestros dioses prediquen la paz y la originaria igualdad. Por lo menos los privilegiados son consecuentes con sus desvergüenzas, uno de los porkys de la costa de oro, presunto violador confeso, huyó hacia el sueño americano, dándole la razón al copetudo pretendiente republicano cuando dijo que de México reciben violadores, que además entran con pasaporte, visa y la cartera abultada de sus papis. Por las puras cifras pareciera que el tipo es todo un estadista de talla mundial, lleva acumuladas más de 40 giras internacionales visitando un mayor número de países en apenas 3 años, ni Obama, que en 7 años y entrando al octavo apenas le llega a la mitad. El que dice que trabaja como nuestro presidente va a lavarse la cara al extranjero, pero ni haya le están creyendo y regresa con más suciedad de la que se fue. Tocó el turno de las advertencias a la canciller alemana Ángela Merkel, quien “ofreció” ayuda para resolver el caso Ayotzinapa —o Iguala como les da por llamarlo—, y en asesoría para luchar contra la corrupción. Ni que decir que esos “ofrecimientos” son advertencias, o nuestra clase política se contiene o perderán la cobertura de sus aliados. Por las puras cifras se asoma la podredumbre que el maquillaje del que hablamos no alcanza a ocultar. Hasta los medios que forman parte de “la mafia del poder”, como insiste en llamarle el fantasma que más los asusta, tienen que sumarse al coro de regaños. Porque unos cuantos se están robando lo que corresponde repartir entre unos poquitos. El diario Reforma publica los resultados de su encuesta titulada “Décima evaluación al Presidente”, lapidarios como pocos, muestran una severa caída en la aprobación de la gestión peñanietista entre “líderes” y “ciudadanos”. La tasa de desaprobación del trabajo de Enrique Peña Nieto como presidente en el primer grupo es de un ¡78 por ciento!, entre el segundo grupo la desaprobación es de 66 por ciento, ni cómo ayudarlo. Resulta claro que los poquitos beneficiarios —principalmente extranjeros—, de las reformas neoliberales, impulsadas por todos los partidos políticos a través del Pacto por México, deben estar temblando de pánico. Por las malas gestiones, las torpezas y abusos, sus anhelados privilegios pueden caerse en cualquier momento por el hartazgo ciudadano y de los líderes de opinión. Y las venganzas pueden ser terribles. Pero si la cabeza principal no entiende que no entiende, los más chiquitos están peor. Un caso que nos importa por su cercanía es el del alcalde de la capital queretana, que se ha dedicado a pagar facturas políticas y puede que económicas a sus patrocinadores, sin importarle las afectaciones a la ciudadanía que creyó que un cambio, que él decía representar, era bueno. La desilusión está siendo mucho mayor que la ilusión inicialmente despertada, la llamada “luna de miel” con los votantes que le dieron el beneficio de la duda o que creyeron ciegamente en su falso discurso, no duró lo suficiente para jurarse amor eterno, y los reproches por el nulo desempeño ya son causa suficiente para un divorcio. A un problema no le sigue una solución, sino que se acumula otro, y otro, y los que sigan en los próximos días. Hasta la domesticada prensa local y nacional está sorprendida por la ineptitud, eso de pintar puentes que ni corresponden al municipio fue una primera vacilada frente al monstruo problemático que está creando. Pero que no se nos olvide que no es él solito. También su gabinetazo y su partido contribuyen en los desaciertos, no hay el mínimo pudor ni la voluntad para rectificar, si acaso se sorprenden y se paralizan cuando se les impide vender las casas de cultura, o que unos sencillos pero aguerridos policías o trabajadores de limpia osan levantarse contra la voluntad del moderno, pero obsoleto, señor feudal.