viernes, 16 de agosto de 2013

EL CONTEXTO REFORMISTA

Esto de la explotación indiscriminada y salvaje de los recursos naturales y sus respectivas privatizaciones es historia antigua; no se queda en la memoria inmediata del cardenismo como algunos pretenden hacer creer, ni es exclusivo de nuestro país. Su contraparte, la defensa de la propiedad colectiva de lo que la naturaleza ha repartido de manera aparentemente caprichosa, porque sigue una lógica propia y no la del vulgar mercado o dominación impuesta, también tiene siglos y toma la forma de una tenaz resistencia. Pero es la misma historia de siempre, con diferentes pretextos y excusas pero con los mismos beneficiarios: minorías que concentran la riqueza y se la apropian sin más razón que la codicia. “Consta en el Archivo de Indias, papel sobre papel, recibo sobre recibo y firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a San Lucas de Barrameda 185 mil kilos de oro y 16 millones de kilos de plata provenientes de América […] aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a nuestros hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas del 20 y hasta el 30 por ciento de interés, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo del 10 por ciento, acumulado sólo durante los últimos 300 años, con 200 años de gracia.” Este es el reclamo justo de un descendiente de esos pueblos originarios, tan discriminados, tan agredidos hasta casi exterminarlos, que ahora se aferran a lo que queda de siglos de bárbara explotación. Es Evo Morales dirigiéndose a los jefes de estado de la Comunidad Económica Europea en un discurso difundido por SIC Noticias el 30 de junio de este 2013 y que se puede leer completo en: http://chacatorex.blogspot.mx/2013/08/notable-e-ironica-intervencion-de-evo.html Ante la avalancha informativa que presenta como absolutamente necesaria una reforma constitucional para llegar a la energética, donde se desnudan los intereses de las grandes corporaciones petroleras con la complicidad enmascarada del salinismo revanchista, queda echar mano de los argumentos de estudiosos en la materia, sin mayor interés que defender la propiedad colectiva de esos recursos, protegerlos y usarlos inteligentemente. Es el turno de Heberto Castillo: “Desde el gobierno de Miguel de la Madrid se establecieron las bases para la venta de Pemex al extranjero, bases muy simples: el abandono sistemático de las instalaciones y el olvido de las normas contra la contaminación y la protección de los habitantes en los entornos de las plantas productoras de los derivados del petróleo. Las consecuencias de esta política han sido la baja calidad de los productos que se elaboran y la repetición de accidentes fatales que cualquier sistema de control moderno habría podido evitar. Los accidentes en San Juan Ixhuatepec en 1984, que costó cientos de vidas; el del sector Reforma en Guadalajara, años después con decenas de muertos y centenas de casas destruidas; el de Cactus, Chiapas, con varios muertos, miles de millones de pies cúbicos de gas quemados en la atmósfera, hace apenas unos meses, Y el del 11 de noviembre con más de 35 millones de gasolina quemada, tres bomberos y un empleado de Pemex muertos, revelan lo evidente de la política de abandono de las empresas del Estado y el terrible descuido en cuanto al cumplimiento de las normas de seguridad que debieran cumplir todas las instalaciones susceptibles de incendiarse o de estallar” (El abandono de Pemex. www.hebertocastillo.org). A lo que habría que sumar la explosión del edificio B del complejo de Pemex en el distrito federal, la “pérdida” de millones de litros de combustibles de la red de ductos y todas las corruptelas que conocemos, incluyendo los más de 600 millones, comprobados, que “transitaron” de Pemex a su sindicato y de este al PRI en un proceso electoral de ingrata memoria. “De la Madrid presidente y Carlos Salinas secretario de Programación y Presupuesto implementaron una política de entrega de las empresas de la nación a la iniciativa privada. Entiéndase, de entrega, no de venta. Por ello se hicieron las operaciones tan sucias como las que afloran en estos días. Carlos Salinas entró a la Presidencia a saco, a fuerza, porque tenía que terminar la obra emprendida en el sexenio de Miguel de la Madrid. La venta de las empresas de la nación se dio de la manera más sucia que imaginarse pueda el más pillo de los negociantes. Por ello las enormes fortunas que amasaron los hermanos Salinas, todos ellos, y sus amigos cercanos, a quienes habrá que investigar fiscalmente en vez de amenazar tan torpemente a los ciudadanos, como lo hace la Secretaría de Hacienda mediante sus estúpidos anuncios por la radio y la TV para inducirlos a pagar impuestos (Petroquímica y soberanía. www.hebertocastillo.org). Este es apenas un pedacito del contexto histórico de este intento de reforma energética, allí están algunas de las voces, de las opiniones, pero falta recurrir a esa terca memoria histórica para no cometer los errores de siempre, provocados por los mismos de siempre. Por lo pronto no se tocan las canonjías de la cúpula del sindicato petrolero, no se le pone fecha a la supuesta disminución en el precio de los energéticos (no incluyen las gasolinas), no hay nada contra la corrupción y la impunidad de funcionarios y empresarios, como si no existieran. No es un nacionalismo trasnochado ni la defensa de una soberanía que algunos juzgan de ilusoria, es mucho más que solamente eso.