sábado, 5 de diciembre de 2015

UNA BUENA Y OTRA DUDOSA

Comencemos por algo agradable, por puro gusto, porque hace falta: «"Yo nací en una comunidad totalmente indígena, crecí de la milpa, tengo el sabor de la milpa, porque cuando voy a Oxchuc encuentro la diferencia del sabor del elote de mi pueblo recién arrancado de la milpa. Y veo en mis hijos que estudian ahora en la Universidad, ya no encuentran esa diferencia, porque ya no crecieron con ese sabor del maíz. Quiero dejar una constancia de cómo éramos, de cómo vivíamos, escribo en tzeltal porque estoy pensando en mis lectores tzeltales, y traduzco al español porque quiero dar a conocer nuestras formas de vida. Creo que la clave de los escritores indígenas es que lo vivimos nosotros, lo sentimos nosotros; no espero información: es lo que sale de mi corazón, de mi chulel (alma)" […] Le llamó la atención la vida de un viejo curandero a quien querían robarle su palabra, su canto. "Me dije entonces que tenía que escribirlo de una manera digna: inventé la estructura, los diálogos, busqué el nombre del personaje, evité reiteraciones para darle una mayor coherencia narrativa. Así nació mi primer cuento, titulado El ladrón de palabras: es la voz de un viejo curandero, antes jamás escuchada, porque parte desde las raíces de lo más profundo del ser del pueblo maya de Oxchuc, surgido de la profundidad de las montañas. Lo traduje al español y fue publicado en el libro Palabra conjurada en 1999. Imagínese mi sorpresa al ver publicado mi primer cuento, fue crucial para mí, porque me ayudó a tener confianza en mi destino literario". Habla Josías López Gómez (Oxchuc, Chiapas, 1959), quien obtuvo el Premio de Literaturas Indígenas de América, 2015». Javier Molina, La Jornada del 02 de diciembre de 2015. Ahora lo obligado, el fin de semana del 28 y 29 de noviembre se realizó en Querétaro y otros estados del país, la evaluación para la permanencia docente en educación media superior. Para que no sucediera lo mismo que en la evaluación de educación básica, en que se bloquearon algunas de las sedes para impedir la entrada de los convocados, a pesar de que los dirigentes disidentes declararon que sólo harían acto de presencia para difundir su rechazo a la misma y convencer a los asistentes a negarse a realizar tal procedimiento, se cambiaron las sedes a último momento y se concentró todo en una sola, el centro de congresos. Para ello se citó a los profesores en diferentes lugares para, de allí, ser trasladados en camiones y camionetas escoltados por la fuerza pública estatal. El sábado 28, en un gélido salón La Corregidora que provocó espasmos musculares, conjuntivitis y molestias respiratorias en muchos de los asistentes, se realizaron las etapas III y IV de dicha evaluación, 3 horas en la mañana, una hora para comer y otras 3 horas en la tarde, sin posibilidad de abandonar las instalaciones. El domingo 29 la última parte de la etapa III de 10 a 15 horas, es decir, otras 5 horas. Si a Usted le parece que estar casi 11 horas frente a la pantalla de una computadora es poco conveniente y sano, tiene razón, más si le toca que la misma corresponda a una lap-top de 20 pulgadas o menos. Porque la variedad de equipos concentrados en el lugar era amplia, con suerte le podía tocar una computadora de escritorio con pantalla un poco más grande, pero no mucho. Ocho mesas de registro para verificar la identidad de los evaluados, la entrega simultánea y en el momento de las claves personales de acceso a la plataforma y el inicio colectivo de las sesiones fueron parte del operativo. Una breve ceremonia donde solo hablaron, breve, el delegado de la SEP en el estado y el secretario de gobierno; la presencia del secretario de educación estatal y supuestos dirigentes del SNTE. Hay que mencionar que no todos los profesores de ese nivel, medio superior, fueron convocados, sólo una muestra con ciertas características: que fueran docentes con materias del “núcleo básico” y con antigüedad de 6 a 20 años. Por ejemplo, del COBAQ fueron convocados 137 docentes de 14 disciplinas diferentes, de los cuales 107 subieron evidencias a la plataforma (etapa II), y 102 se presentaron a las etapas III y IV los días que estamos comentando. Las críticas de diferentes instancias a esa forma de evaluación se pueden encontrar, con algo de dificultad, en algunos medios de comunicación. Ya viviendo la experiencia y en una opinión personal, es más que difícil encontrarles alguna coherencia y/o congruencia a los más de 200 reactivos de opción múltiple “armados” con la combinación de diferentes y diversos planes de estudio, la variación es amplia y confusa, en literatura se va de términos en latín para referirse a estructuras poéticas, hasta poner como ejemplos de cuento textos de autores de libros de autoayuda como Jorge Bucay, un zigzagueante traslado del culteranismo al kitsch (según la infaltable Wikipedia: En México la palabra tiene un uso limitado al mundo del arte. Su uso generalmente implica definir una obra de arte o un suceso que tiene características vulgares, de mal gusto o popular). En la evaluación consistente en supuestos casos que ejemplifican situaciones de enseñanza-aprendizaje en el aula, la confusión o falta de coherencia parece mayor, da la impresión de que diferentes personas, cada una con su estilo y redacción —aunque difícilmente se percibe alguna experiencia práctica en el salón de clase—, presentaron sus propuestas y sin una jerarquización, orden u homogenización, simplemente se amontonaron en un mismo documento. En fin, los casos eran tan irreales que provocaban desde francas resistencias hasta ataques de risa. Las supuestas secuencias didácticas para abordar cualquier tema eran interminables, complicadas y hasta estúpidas. Más parecían intentos de adoctrinamiento que alguna ocurrencia afortunada para evaluar algo: parafraseando la redacción “el docente, comprometido con la calidad de la educación y la formación integral de todos sus alumnos, tomando en cuenta los acuerdos de las reuniones interdisciplinarias y de la academia de su plantel, arma su planeación del curso y llega al grupo 5.10 y…”. Lo curioso es que en ninguno de los casos, el o la supuesta docente hace algo tan básico como pasar lista para saber quién de sus alumnos llegó o faltó a clase. En ningún momento se plantea consultar a los estudiantes sobre los temas que les interesa abordar, a los padres de familia menos, estos últimos son considerados como simples reforzadores de lo que hace o dice un profesor que está atado a un plan de estudios rígido y vertical. En ese mundo ideal la vinculación con otras instituciones se logra no por un alineamiento de propósitos, sino porque “la mamá de María trabaja en la casa de la cultura del municipio y puede conseguir el auditorio para hacer una representación”. En fin, sería útil que el INEE recopilara la opinión de esta primera nuestra de docentes evaluados, porque la encuesta de salida que aplicaron tampoco permitía profundizar sobre la pertinencia de lo presentado, apenas preguntaban sobre la limpieza de las instalaciones, la facilidad de acceso a la plataforma y cosas por el estilo, con opciones que iban de muy de acuerdo a muy en desacuerdo, pareciera que hay temor por consultar más en serio. Esperemos los resultados que están prometidos para la segunda quincena de febrero, a ver qué pasa.