viernes, 4 de mayo de 2012

DOS PROYECTOS

“Pero en el fondo son incapaces de alejarse del marco neoliberal (impulsado desde la Unión Europea, claro, que ésa es otra). Así, los principales partidos de la democracia no han sabido reconocer que por mucho invertir en el sector privado y empoderar a los empresarios, no significa que vaya haber más trabajo, porque la riqueza no se expande hacia la sociedad, sino que los beneficios se almacenan a buen recaudo en las arcas de unos pocos. Lo que quieren es ser competitivos en Europa a través de las exportaciones, y para eso los trabajadores tenemos que ser baratos para reducir costes. Una ruina […] He perdido la fe en la política de las corporaciones, la democracia del capital y de la clase privilegiada. He perdido la fe en que ustedes, con sus discursos paternalistas manidos, gobiernen por el bien común, no creo en un sistema democrático impuesto para silenciar a la clase obrera, pan y circo, eso es lo que durante años nos ha mantenido entretenidos, ajenos a lo que se cocía en política. Ahora que adelgazan el Estado del Bienestar, el pan escasea, y el circo, pues como que no nos lo podemos pagar, ahora, despertamos del letargo y pensamos reivindicar nuestros derechos hasta que no podamos más: el derecho a tener una vida digna, un trabajo y una vivienda en nuestro país. Eso les diría.” Nuria García en www.pepasypepes.blogspot.mx Nuria García es parte de esta generación de jóvenes desencantados de la política y del modelo neoliberal, española de origen ha tenido que emigrar a 4 países diferentes en busca de trabajo, es periodista, apenas con 24 años cumplidos y refleja con precisión lo que pasa cuando se aplican reformas que terminan por desmantelar ese estado de bienestar que comenzó a fastidiarse desde las dirigencias de los partidos derechistas encabezados por Ronald Reagan en los Estados Unidos y Margaret Thatcher en Inglaterra, contando con sus fieles seguidores en el resto del mundo; en México el modelito comienza a imponerse con el recientemente fallecido Miguel de la Madrid y su fiel escudero Carlos Salinas de Gortari, y así hasta la fecha sin importar el partido que gobierne. Las reformas que impulsan tanto el PRI como el PAN, que paradójicamente no han podido caminar con la velocidad que les gustaría por estarse peleando su paternidad ―porque maternidad no tienen―, buscan seguir en el mismo caminito que en otras partes del mundo ya se demostró que provocan gravísimas crisis económicas que terminan golpeando a las mayorías para beneficio de unos cuantos grandes corporativos. Veamos más cifras, ahora locales. De acuerdo con el investigador David Lozano del Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM: “En la última década, el outsourcing o subcontratación ha crecido de manera exponencial en México, hasta registrar un nivel del 60 por ciento, principalmente en el sector de los servicios. A partir del 2001, se intensificó su utilización en el mercado laboral nacional. Por ejemplo, el 90 por ciento de los trabajadores de la industria manufacturera electrónica son reclutados por este medio […] Las personas contratadas bajo este esquema –mediante el cual las empresas recurren a un tercero para la contratación– carecen de condiciones dignas de trabajo y del 82 por ciento de prestaciones, lo que restringe su acceso a salud, vivienda, pago de aguinaldo y prima vacacional […] El 23 por ciento de quienes prestan servicios educativos laboran mediante subcontratación; en la industria, el porcentaje es del 18 por ciento, y en la agricultura, del 27 por ciento […] La economía nacional se caracteriza por su precarización y el abandono de prestaciones, en detrimento de las familias y, en consecuencia, el tiempo de vida productiva de los mexicanos se reduce por los niveles de estrés, y porque la subcontratación provoca un exceso de actividad laboral.” http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2012_275.html Eso y más, como la manida reforma energética, la del régimen de pensiones y jubilaciones, la educativa, no carecen de un fuerte trasfondo ideológico, por eso la posición del candidato presidencial de las izquierdas: sí a las reformas, pero no a esas; sí a las que protejan y amplíen ese estado de bienestar, los trabajos seguros con prestaciones sociales, la protección a los derechos sindicales, no a los dirigentes; sí a la evaluación educativa pero sin influyentismos, convenciendo y haciendo participar a los profesores, porque los cambios impuestos nunca van a funcionar y sólo se cae en simulaciones. No se trata de votar por el menos peor, tampoco de elegir entre más de lo mismo, se están confrontando dos formas radicalmente diferentes de pensar, de ver al país, al mundo y la relación de la especie humana con todo su entorno