sábado, 7 de julio de 2012

TELEPRESIDENCIA

“Mientras gobiernos en todo el mundo cierran escuelas, despiden trabajadores y recortan el apoyo a los pobres, ancianos y enfermos, la oligarquía financiera que gobierna el mundo aumenta su riqueza y su poder”. Andre Damon La nueva aristocracia financiera en Global Research, 03 de julio del 2012. Es evidente, el proceso electoral no terminó el primero de julio, su conclusión será más dilatada y no solo dependerá de los resultados finales, los legales. Lo que se juega tiene mucho más fondo y rebasa la pugna entre Peña Nieto-Televisa contra Andrés Manuel López Obrador. Parece que una parte de los mexicanos se percató del manejo abusivo de la televisión para inventar un candidato presidencial a partir de un personaje hueco y de una estructura clientelar sujeta al mejor postor. Ese predominio de los medios de comunicación no es nuevo, pero los excesos son cada vez mayores. Por ejemplo, Silvio Berlusconi utilizó su plataforma mediática, como dueño de los canales televisivos de mayor audiencia en Italia, para crear un partido político primero ─Forza Italia─, y lanzarse como candidato después, el resultado está a la vista de todos, no solo se implementaron reformas políticas y estructurales que incrementaron la desigualdad social y económica, sino que le sirvió también para promover sus negocios asociados, como la trata de personas y la prostitución. Su fuerza e influencia es tal que no han podido deshacerse completamente de él a pesar de la exhibición pública de sus perversiones e ilegalidades. Producto de ese ataque a la democracia, nació el término telecracia: “Dícese del régimen político basado en el adoctrinamiento de las masas mediante el uso intensivo de la televisión. El método es sencillo, se utiliza la televisión a modo de "notario" (es decir de fedatario público) de forma que se consigue que el espectador perciba que todo lo que se transmite por ella es LA VERDAD, no habiendo lugar para opiniones disidentes. Además, suele ser bastante útil ofrecer programas de un nivel intelectual mínimo para mantener a las masas tranquilas y sin pensar demasiado […] Lo más importante para la implantación de una telecracia es el fomento masivo de la televisión y desincentivando cualquier tipo de ocio alternativo (excepto si implica consumo) especialmente la lectura” en http://palabraidentitaria.blogia.com Si a la influencia de la televisión se le añade el de otros medios de comunicación y se les pone en la misma sintonía manipuladora (diarios, revistas, radiodifusoras, encuestadoras y demás) los efectos son apabullantes. De consumarse la presidencia de Enrique Peña Nieto podremos tener la certeza de que las decisiones sobre los aspectos sustanciales de la política económica no se tomarán ni en Palacio Nacional, ni en Los Pinos, ni en el PRI, sino en Chapultepec 18, dirección de las principales oficinas de Televisa en el país. Por eso aterroriza que se anuncie que están en proyecto las reformas en materia laboral, fiscal y demás, porque con toda seguridad estarán enfocadas a la protección e incremento de los privilegios de unos cuantos a costa de todos. En textos anteriores me referí a los efectos de esas reformas en otros países que ya las implementaron, en la pérdida de derechos, en la precariedad de la vida para millones de seres humanos como dice André Damon en la cita inicial. Pero parece que no ha sido suficiente, así que abordaré el tema desde otra perspectiva, más bien con un ejemplo más crudo de los muchos que hay y, espero, evidente. El señor Larry Ellison es el tercer hombre más rico de Norteamérica, es el más alto ejecutivo de la empresa Oracle, dedicada al diseño y fabricación de software y hardware, pero eso es lo de menos, porque se supone que en una sociedad democrática se debe procurar la equidad, evitar los extremos insultantes e innecesarios, este ejecutivo es beneficiario directo de políticas fiscales que promueven la concentración de la riqueza en muy pocas manos, con lo que se producen aberraciones sociales supuestamente ya superadas en la historia, va una nota informativa del propio Damon: “el gobernador de Hawái anunció que el director ejecutivo de Oracle, Larry Ellison, compró Lanai, la sexta isla hawaiana por un importe de entre 500 y 600 millones de dólares. Los 3.000 residentes de la isla dependerán de la buena voluntad de Ellison como los vasallos de la Edad Media dependían de su señor”. Otra perlita de este personaje: “Ellison, es tristemente célebre por su extravagancia y su mezquina avaricia. En 2008, obtuvo un reembolso tributario de 3 millones de dólares de la ciudad de Woodside, California, después que un tribunal dictaminara que su casa, una reproducción del predio de un emperador japonés cuya construcción costó 200 millones de dólares, tenía un valor de solo 100 millones en el mercado actual”. ¿Saben cuál fue el argumento para devolverle esos milloncitos? Que sólo Ellison podía poseer y vivir en una propiedad con esas características, lo que la hacía poco atractiva para otros compradores y que, por tanto, por ese solo hecho debía valer la mitad de lo que costó y sus impuestos tendrían que ser mucho menores. Damon es concluyente y muy lógico: “Todos los años se desperdician billones de dólares en yates, mansiones y clubes de campo de los ricos y la microeconomía que crean a su alrededor. Vastos recursos se dedican a la especulación financiera, canalizados al casino de juego de Wall Street. Si esta riqueza recibiera un uso racional contribuiría considerablemente a la erradicación del desempleo, la pobreza y la enfermedad”. Aclaremos, no estamos en contra de la riqueza, sino de los abusos para incrementarla artificialmente, no como producto del trabajo, sino de las prácticas abusivas que cuando no resultan acaban siendo pagadas por los contribuyentes cautivos, los que menos ingresos tienen. Y de permitir esos rescates y privilegios se tratan las privatizaciones de sectores como el energético, la salud, las pensiones, el educativo, las comunicaciones y demás que debieran tener un fin eminentemente social. Pero la ambición es canija y enferma a quienes se envician con ella, por eso no temen llegar a la manipulación abierta, a la compra de conciencias y de votos, pero eso no significa que todos los demás nos resignemos y los dejemos hacer lo que se les pegue la gana. Eso es parte de lo que está en el fondo de este conflicto electoral. Habría que recuperar voces de esos jóvenes que saben de la influencia de los medios de comunicación. Como la del director de cine Santiago Mitre en la Revista Ñ del Martes 5 de junio de 2012. Número 175: “Creo que estamos en un momento donde la política necesita ser replanteada. Estamos en un momento de transición fuerte, donde lo político empieza a ser cuestionado, y donde cuestionarlo no es una cosa negativa, sino que invita a entender que estamos en esa transición y que hacen falta otros planteamientos. El modo en que uno se involucra en la política tiene que tener estricta relación con la ética personal. No se puede hacer política sin ética, sin valorar el vínculo humano”.