viernes, 22 de junio de 2012

ADIVINANZA LABORAL

Es mal visto, pretenden hacer que quien está en contra de las reformas estructurales que pregonan, sin precisarlas, se sienta antipatriota, un emisario del pasado, un retrógrada inconsciente. Pero nada más alejado de la realidad. Nos dicen que estar en contra de la reforma laboral ha impedido la creación de 400 mil empleos tan solo en este año, que los cambios son necesarios para que producir puestos de trabajo sea más barato, más atractivo para los empresarios. Veamos si eso es cierto. Esas “reformas” ya se están aplicando en otros países, España parece ser nuestro modelo a seguir, pero puede ser cualquier otro país metido en este rollo neoliberal, aunque investigadores como Todorov van un paso adelante y le llaman ultraliberalismo porque ya está desbocado, como platicamos en un texto anterior. Como se llame. Un ejemplo de las consecuencias de esas reformas laborales que precarizan ─convertir algo, especialmente el empleo, en precario, inseguro o de poca calidad, según el diccionario de la real academia de la lengua española─ esos empleos que sustituyen a los antiguos, puede ser el caso de Latifa, quien: «A pesar de su título universitario como informática, de sus años de experiencia y de sus infatigables ganas de trabajar que recuerdan sus compañeros en la empresa, Latifa nunca fue promocionada. Tampoco vio crecer los 934 euros netos mensuales a los que se añadían las partes proporcionales de las pagas extra. Un sueldo que tenía que dar para mantener a su madre de 77 años, enferma de corazón y sin pensión. A pesar de haber cotizado siete años como asistenta, ésta estaba a cargo de Latifa en la Seguridad Social. Es fácil entender, pues, lo que recuerdan tanto los compañeros de trabajo como el hermano: “nunca renunciaba a hacer horas extra: necesitaba el dinero”». ¿Cuáles son algunas de las reformas laborales de las que fue víctima Latifa y que son aplicadas a millones de trabajadores? Además del tope salarial menor a los mil euros, de la falta de promoción sin importar la antigüedad o la calificación; a principios de febrero de este año entraron en vigor los cambios impulsados por el actual gobierno de derecha español, entre los más importantes está el que «una baja médica justificada entre nueve y 20 días es causa de despido procedente». Además, se obligó a las organizaciones sindicales a pactar los incrementos salariales para los años venideros, independientemente de las ganancias de las empresas o de la productividad de los trabajadores. Por ejemplo, la empresa para la que trabajaba Latifa, dedicada al telemarketing, llamada Konecta, propiedad en 40 por ciento de Banco Santander que es el socio mayoritario, con más de 14 mil trabajadores, el 70 por ciento mujeres, tuvo una ganancia reportada de 290 millones de euros tan solo en el 2011, y aún así, el convenio laboral firmado el 23 de mayo de este año 2012, que estaba congelado desde el 2009: “Incluye una subida salarial del 0,5% en los primeros tres años. Para 2013, el aumento salarial será del 0,6%, y del 0,7% para 2014 […] El convenio mantiene además el polémico artículo 17. Este punto establece la extinción del contrato por obra o servicio por disminución del volumen de la campaña contratada, dejando libertad al empresario para cuantificar dicha disminución” (Morir por miedo a perder el trabajo, nota periodística de Daniele Grasso del martes 12 de junio del 2012 en el Diario El País), lo que obviamente deja en manos de los patrones la libertad absoluta de despedir sin mayor argumento, sin pago de indemnización alguna. Latifa trabajó todos los días del mes de diciembre, todos los días se levantó a las 4 de la mañana para subir al transporte que la dejaría en su trabajo, acumuló además, todas las horas extras que pudo, hasta que su hermano la encontró tirada en el suelo, por agotamiento según se le diagnosticó en el centro de salud, una incapacidad justificada, pero el temor a ser despedida por ese motivo la hizo regresar a trabajar antes de recuperarse. Como era de esperarse su salud empeoró hasta que nuevamente fue a dar al centro de salud con apenas el 20 por ciento de su capacidad respiratoria, con eso la internaron en la Unidad de Cuidados Intensivos de un Hospital más grande en el cual murió de neumonía el 19 de marzo pasado, con la preocupación por perder su empleo. «Sentado en el bar de la periferia madrileña, Mounir ─hermano de Latifa─ recuerda a Dimitris Christoulas, el pensionista que se quitó la vida en Grecia ante la situación desesperada en la que se encontraba. La muerte de Latifa no fue voluntaria ni dejó el tiempo para una nota de despedida. También fue la de un “soldado desconocido” caído en la batalla diaria para llegar a fin de mes.» Esos son los empleos “nuevos” que se buscan con la abusiva reforma laboral que defienden 3 de nuestros 4 candidatos presidenciales, adivinen quiénes son.