domingo, 23 de diciembre de 2012

RETOS EDUCATIVOS 2013

“La educación es importante porque hay que fabricar ciudadanos, fabricar ciudadanos es fabricar algo más que empleados. Está muy bien que las personas desarrollen conocimientos para ser capaces de hacer trabajos útiles en la vida, en la comunidad, pero eso no basta, un ciudadano tiene que hacer mucho más que eso […] Un ciudadano tiene que hacerse y tiene que ser educado para eso. Muchas veces, los Estados piensan que la educación es muy cara, porque lo es; la buena educación es muy cara. Exige muchos profesores, apoyo, grupos pequeños, renovación, reciclaje de los conocimientos de los maestros, pero hay que recordar que la mala educación se paga mucho más cara.” La mala educación es la más cara del mundo. Un diálogo entre Fernando Savater y Rafael Pérez Gay en la FIL 2012 publicado el 10 de diciembre en El Universal. Al momento de redactar este texto se discuten en el Congreso los cambios en el artículo tercero constitucional y en otras leyes y reglamentos relativos a la educación, se dice que son indispensables para que el Estado recupere la rectoría en el tema, como si la dirigencia sindical del SNTE fuera la única interesada en mantener sus privilegios, en influir en lo que aprendemos y en cómo nos comportamos. Aprender a ser ciudadanos no es tarea exclusiva de la escuela, también educan las familias, los medios de comunicación, las iglesias, las empresas, las ciudades; todos educamos y somos educados. Uno de los primeros retos que tenemos como país, es recuperar esos espacios de decisión que los llamados “poderes fácticos” han estado aprovechando para sus propios intereses, alinearlos en dirección a objetivos comunes, que participen en un ambiente plural, diverso, tolerante; que tengamos acuerdos que todos respetemos porque nos convienen a todos, Savater lo dice así: “La política es la organización institucional de la sociedad. Sociedad quiere decir que somos socios. Los socios no se tratan de manera violenta, no se intentan asesinar, los socios son socios porque intentar colaborar unos con otros, intentan remediar las carencias de unos y otros porque intentan ganar juntos o minimizar pérdidas juntos, eso es la sociedad y la política es el propósito de institucionalizar ese intento de vivir como socios”. Pero las cosas no se han hecho así y este es el segundo reto. Hay que recordar que desde la primera década de este siglo los contenidos, los planes y programas, la articulación entre los niveles, la manera de evaluar, han tenido cambios importantes con resultados más pobres de los esperados. La experiencia nos dice que mientras esos cambios se decidan en las cúpulas, sin la participación de los docentes solo existirán en los escritorios, en los discursos, en la escasa imaginación de los gobernantes. El reto es abrir la discusión, informar, convencer, sensibilizar a la sociedad sobre la necesidad y pertinencia de los mismos. La calidad tampoco es la deseada, no trascendemos en educar para la democracia, no educamos ciudadanos, allí está el tercer reto; las competencias educativas crean empleados sin iniciativa, sin creatividad, apenas para seguir instrucciones muy básicas, apenas para hacer como que entienden. Y mientras, la reprobación ─que desaparece por decreto─ y la deserción incrementan a niveles alarmantes, ya ni mencionar la casi nula comprensión lectora y la escasa habilidad en el uso de las matemáticas para entender, disfrutar e influir en un mundo que cambia cada vez más rápido. El cultivo de las artes sería una estupenda idea, indispensable. Un cuarto reto lo tenemos en el adecuado reparto de responsabilidades. De unos años para acá se ha desatado una campaña para desprestigiar a la educación pública y a los profesores, a la desgastante actividad de intentar crear ambientes de aprendizaje en escuelas y aulas que carecen de lo más indispensable, hay que agregarle otras que las familias han abandonado, como la lucha contra las adicciones, por una alimentación y estilos de vida saludables, por fomentar hábitos como el de la lectura, de estudio. Nuestros niños y jóvenes llegan a las escuelas desfasados en su desarrollo físico y emocional, se saltan la infancia y adolescencia en un fracasado intento por adquirir una madurez que los adultos que los rodean han renunciado a ejercer. Muy temprano son encargados de criar a hermanos y sobrinos, despuesito a sus propios hijos, tienen que decidir si continúan estudiando o no, porque muchas veces los padres no se comprometen a apoyar sus esfuerzos, no disfrutan a plenitud cada etapa de su vida, a los 15 años no tienen mayor expectativa ni proyecto que “seguirla pasando”. Y esto no se va a arreglar con las escuelas de tiempo completo o de jornada extendida, más de lo mismo agudiza los problemas, no los resuelve. Hay otros retos, pero quedémonos en un quinto que tiene mucho que ver con el anterior: “En cuanto al laicismo: es uno de los componentes de la democracia. Las democracias tienen que ser laicas porque es la única forma de respetar la religión, en contra de lo que creen los fanáticos o los teócratas que piensan que el laicismo es despectivo o contrario a las religiones. No, el laicismo es la única forma de respetar las religiones, pero todas. Porque, claro, tener creencias religiosas es un derecho de cada cual, pero no es un deber de nadie y mucho menos es un deber de la sociedad; por lo tanto las creencias o no creencias religiosas deben ser respetadas mientras se sometan a unas leyes comunes, porque nosotros no vivimos en una teocracia, sino que vivimos en una sociedad que tiene unas leyes organizadas de acuerdo con las luces de la razón humana. Luego dentro de ellas, cada uno si quiere, puede buscar una trascendencia o no, eso ya depende de cada cual”. Hay valores a los que no podemos renunciar, que trascienden los tiempos porque tienen que ver con nuestra humanidad y por lo mismo están más allá de alguna religión en particular porque aparecen en todas, por eso no se puede privilegiar a ninguna, eso sí sería discriminatorio. Estos son algunos retos, actuemos para vencerlos.

viernes, 14 de diciembre de 2012

LO NUEVO ES LO VIEJO

Los usos y costumbres también cambian, pero sus cambios son muy lentos, obligados por las circunstancias, porque se tiene la sensibilidad para detectar que está en riesgo la sobrevivencia como individuo, como grupo social, como partido político. El “nuevo PRI” tiene en sus genes una forma de gobernar que le permitió ser uno de los partidos más longevos en el mundo, apenas el partido comunista ruso, el cubano o el japonés que resultó después de la segunda guerra mundial, le disputaban la casi eternidad en el poder. Actualmente y por circunstancias muy particulares solo prevalece el dirigido por los revolucionarios cubanos, los otros perdieron lo invicto. El PRI, viejo y nuevo que no es lo mismo pero es igual, intuye que perdió el poder presidencial en el año 2000 porque el salinismo lo precipitó a la derecha, directito a la nueva ola del neoliberalismo, quitándole el flotador y sin saber nadar, porque nadar de muertito sirve cuando no hay oleaje, cuando lo que importa es no moverse aunque no se llegue a ninguna parte. Salinas primero y Zedillo después, dejaron en manos de otros buena parte de ese poder político que permitía al priismo concentrar las mayores decisiones, en cantidad y calidad. La consecuencia la vimos todos, ese poder se fragmentó cuando la punta de la pirámide fue ocupada por una oposición incompetente, que en doce años no pudo cambiar la forma tradicional de ejercer ese poder que los ciudadanos, a un costo social muy alto, le prestaron. El PRI necesita la presidencia de la república. La necesita para no desmembrarse, su dependencia a un líder supremo le da cohesión a su estructura. El presidente es a la vez el primer priista, el que decide y reparte las parcelas de poder entre los diferentes grupos, el que concilia o exilia, el que premia o reprime. Por eso, cuando la perdieron, solo encontraron una forma provisional de coordinarse a través de sus estructuras territoriales en los estados y municipios que todavía gobernaban y que fueron, poco a poco, recuperando. Pero el poder que se pierde alguien más lo gana, y aparecieron otras instancias que gustosas lo recibieron y ejercieron, arrebatárselos no será fácil. Los poderes fácticos son esos grupos que no se atreven a mencionar porque no conviene enfrentarlos directamente, por lo menos en el discurso. Con las privatizaciones y tratos preferenciales los banqueros se volvieron mucho más poderosos; lo mismo el duopolio televisivo que se expandió a la radio, a los medios impresos, a la discografía, a la telefonía, a la internet; ni que decir del crimen organizado que ya estaba presente en las corporaciones policíacas, en los ministerios públicos, en las cárceles, en los juzgados y que se descontroló a tal grado que ya atenta contra sus entusiastas solapadores; o el único sindicato nacional que trascendió a una descentralización inacabada del sistema educativo, que se apropió del mismo y se expandió al grado de adueñarse de estructuras políticas municipales y estatales, de organismos clave como el ISSSTE, la lotería nacional y hasta llegó a tener la coordinación política del tricolor en la cámara de diputados. El cobro de facturas llegará hasta la cúpula de las iglesias, esas que imponen sus doctrinas y creencias por la vía de la penalización de los pecados. Esos poderes fácticos y algunos más imponían candidatos, las agendas legislativas, se repartían presupuestos y cargos públicos, depredaron y destruyeron cuanto encontraron a su paso sin más horizonte que sus propios intereses personales o de pequeñísimos grupos. Por eso el “nuevo PRI” busca, madrugando a esos poderes fácticos que tardarán en coordinarse y ponerse de acuerdo, implementar reformas que le permitan concentrar el poder, allí están las nuevas supersecretarías de gobernación y de hacienda, los amarres en la estructura partidaria, en las coordinaciones de los grupos parlamentarios, en las gubernaturas y presidencias municipales. Se reconstruye la pirámide desde arriba, vuelve la disciplina, la línea, y todo con la complacencia de una oposición fragmentada que parece que añora el viejo reparto de las migajas del poder. Aparte, muy aparte, quedan los ciudadanos. Que si se ponen vivos alcanzarán a meter algunos cambios que les den mayor presencia, más influencia, que les permitan defenderse y acotar esos poderes que encontrarán un nuevo equilibrio para tratar de seguir haciendo lo que saben hacer, abusar de los demás. El PRI no es nuevo, el contexto en que se mueve sí lo es. Falta que aprenda la principal regla de la evolución: no sobrevive el más fuerte, ni el más rápido, ni el más corrupto, sino el que mejor se adapta a las nuevas circunstancias.

viernes, 7 de diciembre de 2012

RELIGIOSIDAD MESTIZA

Las efemérides corren el riego, por repetitivas, de perder todo significado. En fechas importantes, esas que forman parte de nuestra forma colectiva de procesar la vida, apenas nos quedamos con el día de descanso, de no asistencia a un trabajo que por obligatorio se vuelve indeseable; si acaso nos quedamos con algunos rituales sin saber de dónde vienen o para qué sirven. Nuestro país tiene una fecha especial en el 12 de diciembre de cada año. Parte de nuestro comportamiento barroco es que definiéndonos como un Estado laico respetemos festividades religiosas, pero es que es parte de nuestra historia, de lo que podríamos llamar nuestra genética espiritual. Variedad de autores han intentado explicar el guadalupanismo mexicano, tan vital que trasciende fronteras, aunque sigue siendo profundamente nuestro, nada más lo prestamos por ratitos, somos celosos, ni modo; pero no hay que olvidar que sin el proceso de conquista por parte de unos españoles frecuentemente invadidos y conquistados no se podría explicar. “Encerramos el hecho de la conquista en el siglo XVI, pero no es verdad, la conquista todavía no ha terminado. Desde comienzos del siglo XIX, los estados latinoamericanos retomaron el proyecto de la corona española de sustituir el mundo americano por el mundo europeo. Los pueblos que no pudieron ser exterminados fueron expulsados de sus regiones y obligados a vivir en regiones inhóspitas, donde debieron resguardar sus restos culturales en pésimas condiciones. Los herederos de ellos son los que ahora reaparecen en el escenario de América Latina, para su última defensa, antes de ser conquistados definitivamente, es decir, son los indios que ya no pueden restablecer, reconstruir su propia identidad y en ese sentido, lo que se percibe justamente y como fenómeno negativo del mestizaje es esto: la imposibilidad de reconstruirlos. Los indios de hoy en los Andes ya no pueden reconstruir el incario; los mayas de hoy no podrían ya reconstruir su sociedad, sus religiones, sus lenguas. Es imposible, todo eso está perdido, o peor aún, como una herida abierta, está terminando de perderse. Esa pérdida es una llaga que está sangrando desde hace siglos y que no tiene la salida ideal que uno podría imaginar, la de recomponer el mundo prehispánico; y sin embargo los restos de esas culturas continúan allí siendo completamente destruidos” ?Bolívar Echeverría, Mestizaje y Codigofagia en: http://www.lai.fu-berlin.de?. Pero Bolívar Echeverría lo sabe y nosotros también, la conquista no fue una relación pasiva, de simple sometimiento, hubo resistencias hasta donde se pudo, también hubo formas de influenciar las nuevas creencias, los nuevos dioses, de hacerlas y hacerlos a la imagen de esos pueblos originarios que ya no existen en estado puro, original. Sucede con el lenguaje pero no se queda allí, abarca todo lo que el lenguaje puede representar: “El proceso de mestizaje es un proceso lleno de violencia; las identidades culturales no se encuentran para resolver o dirimir sus diferencias en una mesa redonda, sino para devorarse las unas a las otras, para golpear una a otra hasta dejarse inerme y devorarse. Es un proceso muy doloroso históricamente. Ya en el siglo XVII es la tragedia de la destrucción de las culturas prehispánicas, la que prevalece en la mínima población indígena que quedó después de la devastación del siglo XVI. Y es esta situación de desesperación la que los lleva, imposibilitados de reconstruir su propia civilización, a reconstruir la civilización europea devorándola desde adentro y construyendo de esa forma la peculiaridad de la cultura latinoamericana. Esto podemos observarlo en la reconstrucción de la lengua española como español americano”. Allí puede estar una de las razones del porqué el 12 de diciembre nos parece tan entrañable, tan metido en nuestros genes como mestizos que somos, porque le damos la vuelta a esa conquista y la devoramos por dentro, le incluimos, disfrazada, una cosmogonía que se presentaba como incompatible, como pecaminosa. “La primera pieza de la literatura guadalupana es el breve y delicado texto de la relación del aparecimiento de la Virgen Maria al indio macehual Juan Diego; relación conocida como el Nican mopohua (Aquí se relata) y redactada en 1556 como es ya reconocido por todos, por Antonio Valeriano, un indio cultivado -sin ser pilli o noble de nacimiento- en el famoso Colegio de Tlaltelolco, discípulo aventajado de Fray Bernardino de Sahagún, el autor de la gran Historia general de las cosas de la nueva España. (El Nican mopohua fue publicado sólo en 1649 por Luis Lasso de la Vega. Su manuscrito se conserva actualmente en la Bibioteca Pública de Nueva York.)” Bolívar Echeverría Meditaciones sobre el barroquismo. Se termina el inclemente espacio, todavía hay que relatar que el culto mariano no fue aceptado a buenas y primeras, también hubo resistencias por parte de una jerarquía eclesial que notaba una desviación del catolicismo ortodoxo, va la última cita: En 1556, fray Francisco de Bustamante pronuncia un sermón, que causa gran escándalo en el auditorio y en la ciudad, en contra de la creciente devoción, según él idolátrica, a la imagen de Guadalupe en el Tepeyácac, “adorada allí como si fuera Dios” lo mismo por los naturales que por los españoles, como el famoso “ganadero” español curado milagrosamente por ella. Escándalo que el Arzobispo Montúfar aprovecha para promover la “Información de 1556”, cuyo procurador, Juan de Salazar, deberá concluir con la consideración de que es prudente censurar a Bustamante, y esto no sólo porque la devoción, que reúne ya a todos, ha crecido desmesurada e indeteniblemente, sino porque la devoción guadalupana resulta útil contra la idolatría abierta, precristiana, a la que Salazar llama eufemísticamente “excesos que la gente hacía antes de que se venerara a la Madre de Dios en el Tepeyac”.

viernes, 30 de noviembre de 2012

REALIDAD LITERARIA

Hay muchos lugares desde donde mirar nuestro país. Lo podemos hacer desde las vallas que amurallan nuestro Congreso, en una muestra más de miedo que de simple precaución; lo podemos hacer desde nuestra frontera norte, carcomida por un indefinido crimen organizado que lo contamina todo, con sus cientos de mujeres asesinadas y desaparecidas, con la impunidad y corrupción rampantes; también desde el otro lado, a las riveras del Suchiate, en los techos de los vagones de ese gusano metálico y privatizado llamado “la bestia”; o desde un mirador que lo abarca todo, que permite escudriñar los detalles, saborearlos o repudiarlos. Más importante que un cambio de gobierno, la cultura trasciende las coyunturas políticas, se salta la censura, sin falsos pudores le pone nombre a las cosas: “Tenemos casi 60 millones de pobres. La pobreza es la mayor derrota de un país. Nuestros jóvenes no tienen sueños. Cuando pregunto a mis alumnos donde quieren estar dentro de 50 años no lo saben, no tienen proyecto de vida”. Élmer Mendoza entrevistado por el diario El País el 26 de este mes, sabe de lo que habla, es uno de los escritores de la llamada narcoliteratura, autor de 3 novelas con ese tema: Balas de plata, La prueba del ácido y Nombre de Perro, además, es profesor desde hace un buen tiempo. Lo dice desde una tribuna privilegiada, la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), una de las más importantes de habla hispana donde este año se dan cita más de 2 mil editoriales diferentes, 17 mil profesionales del libro, que tiene programada la realización de más de 300 mesas redondas, conferencias, debates y entrevistas; con la presencia de más de 600 escritores y con la invitada de honor, la literatura chilena. En un país donde escribir es jugarse el pellejo, y allí están como muestra macabra los periodistas asesinados y desaparecidos, referirse al narco aunque sea desde la ficción tiene su chiste: “Es una estética de la violencia que se está dando en el cine y la música pero también en la ópera, la danza, las artes plásticas y el teatro. Es todo un movimiento, no es oportunismo. Es como descubrir una veta de metales: habrá quien saque las mejores pepitas y quienes solo rasquen. Me gusta la palabra narcoliteratura porque los que estamos comprometidos con este registro estético de novela social tenemos las pelotas para escribir sobre ello porque crecimos allí y sabemos de qué hablamos”. Tan saben de lo que hablan que Tijuana se ha convertido en la ciudad que más campeones de boxeo ha producido en los años recientes, nos lo platica Omar Millán, entrevistado el 27 de noviembre desde la FIL por el mismo diario español, su libro se titula La fábrica de boxeadores en Tijuana e intenta ser un homenaje a esa sufrida parte de nuestra geografía nacional. L. Prados lo reseña así: De los barrios y gimnasios de Tijuana han surgido en los últimos 30 años 18 campeones mundiales, entre ellos Julio César Chávez y Erik el terrible Morales, hombres cuyos éxitos y fracasos simbolizan el alma de esta ciudad, que como dice el periodista John Lee Anderson en el prólogo, “parece maldecida” por su cercanía a EE UU, “condenada a ser un lugar del que se quiere partir y al que nunca se quiere llegar”. Terrible sentencia esta última, la joya de nuestro experimento neoliberal convertida en un lugar de paso que se convierte en permanencia, que muestra un proceso de descomposición que se está viviendo en otras partes, como Querétaro, con la instalación de maquiladoras con miles de trabajadores jóvenes provenientes de otras partes del país, condenados a no pasar de ser simples obreros por más educación y capacidad que tengan, porque los puestos de supervisión y superiores están destinados a extranjeros. Omar Millán nos da un retrato poco halagüeño de la juventud tijuanense, cuya imagen comienza a aparecer en nuestros barrios y comunidades: “Éramos, sin saberlo ni quererlo, hijos de las devaluaciones y las crisis económicas que azotaban el país cada sexenio. Nuestros padres habían grabado en nuestros cromosomas los funerales de la esperanza. Así que pelear a puñetazos, conocer el sexo y emborracharse hasta olvidar nuestros nombres antes de cumplir los 15 (…) significaba nuestro mundo; el mundo que nacía cada vez que nos levantábamos del sillón donde dormíamos porque ninguno tenía una recámara propia”. Finalmente, la literatura y la política tienen puntos de encuentro, en este caso lo hace Élmer Mendoza con una declaración que explica, quizás, el porqué el triunfo del partido de la dictadura perfecta, según Mario Vargas Llosa, otro de los asiduos protagonistas de esta feria internacional: “Comparto la indignación de los 50 millones de mexicanos sometidos a la angustia de ver al Ejército en sus calles. En mi ciudad jamás había estallado una bomba y más de 60 policías fueron asesinados. La guerra contra el narco creó terror y una atmósfera de desconfianza. Dicen que la van ganando, pero la guerra no afectó a las actividades principales de las bandas. Todos tenemos la esperanza de que se acabe esta guerra, por eso voté al PRI, porque queremos recorrer las calles sin ir mirándonos la espalda”.

sábado, 24 de noviembre de 2012

LOS EDUCADORES

“La educación es corregir siempre cosas. La idea de que la libertad de expresión se debe dar desde niño no es viable porque simplemente no educaríamos. El asunto es quién lo va a educar, ¿las personas que lo quieren y que se van a preocupar por él o lo va a educar el medio ambiente, la banda del barrio, el tipo que quiere aprovecharse de ellos? Los que se aprovechan de los niños y los convierten en niños soldados y a los ocho años les dan un fusil también los están educando, los están educando para el horror, para la muerte o la esclavitud. Nosotros lo que queremos es educar para otras cosas. Eso naturalmente exige que al niño le quites el Kaláshnikov, y que si le ves que quiere estrangular a su hermanita le digas que no se puede hacer, y si quiere estar todo el día apretando un botón en vez de aprender a leer o a sumar, tienes que decirle que tiene que aprender a leer y a sumar. Los educadores tenemos que caer antipáticos porque el que halaga y da la razón no educa. Lo más repugnante para mí son los viejos que siempre se pasan la vida dándoles la razón a los jóvenes.” Fernando Savater. A cierta edad dejas de ser vendible y eres como un florero. Por Juan Cruz Ruiz, en Revista Ñ 16 de Octubre del 2012. ¿Quién educa? La pregunta no es ociosa porque detrás del quién está el para qué. Aprovechando los malos resultados en evaluaciones internas y externas, nuestro sistema educativo sufre el embate de organizaciones supuestamente preocupadas y bien intencionadas. Nada más falso. Se nos olvida que no solo la escuela educa, también lo hacen las familias, las integradas y desintegradas, las tradicionales y monoparentales, las violentas y las indiferentes, las colaborativas y las castrantes; pero también educan los medios de comunicación, sus estúpidas telenovelas, sus enajenantes reality shows, sus sermoneantes noticieros, sus interesadas ignorancias. Poner el acento únicamente en un sistema educativo público que sufre del desmantelamiento compartido con el de salud, el de generación de energía, el financiero, y demás, es injusto y nada casual. Como sustituir de golpe y porrazo a casi dos millones de profesores es imposible en el corto plazo, se utiliza un atajo, arrancar al Estado la capacitación y actualización de los mismos, reeducarlos para que lleven a las aulas los intereses particulares de los grupos de poder que se quieren eternizar utilizando la democracia formal. Por eso y de forma creciente, la capacitación y actualización están encargándose a empresas privadas, de esas que asesoran bancos, refresqueras, grandes corporativos. Se trata de darles chamba con el dinero de nuestros impuestos a la vez que inoculan la visión de sus dueños y accionistas en el pensamiento y actuar de los educadores, para que estos hagan lo mismo en las mentes y acciones de los niños y jóvenes que contribuyen a formar. Renegamos de nuestro sistema educativo mientras queremos implementar unas reformas que nos son ajenas. Es cierto, el mundo de hoy no es el mismo al de hace algunos años, nunca lo ha sido. Pero el modelo, el currículo no es lo único importante, Fernando Savater ahora premiado por su obra literaria con el premio Octavio Paz, reflexiona sobre su experiencia docente: “Se les educa a los jóvenes en unas realidades que cambian, puedes cambiar de canal, utilizar el photoshop para quitar arrugas, pero la realidad no tiene mando ni zapping posible. Es importante manejar ordenadores pero también es importante la relación de tú a tú, por eso creo que el aula es más importante que todo lo que se enseña en ella. El hecho de estar ahí sentado con 40 personas a las que no conoces, a las que tienes que respetar pero con las que no tienes por qué tener ningún tipo de relación afectiva y que sean lo más variadas posible es muy importante. Separar a los niños de las niñas es un disparate. El aula debe darte esas divergencias que hay en la realidad, de género, de etnias, de estratos sociales, y cuanto más variados sean más te educan. Luego, además, aprendes geografía pero lo importante es la educación que te da la pura convivencia dentro del aula. No puedes modificar al otro como tú quieras”. Esa rica experiencia colectiva puede fastidiarse echando mano de intentos repetidos que busquen la uniformidad de pensamiento, si los educadores se muestran persistentes en inculcar interpretaciones de la realidad que atenten contra los intereses colectivos. No estamos hablando solo de sumas y restas, de puntos cardinales, de ríos y cordilleras, de átomos y moléculas, de hardware y software: “Mientras que la técnica se preocupa de las cosas que pasan y se transforman, la ética se preocupa de lo que no pasa, de lo que está ahí permanentemente. Esos principios se ejercen sobre cosas que están modificándose. La ética de Aristóteles está llena de reflexiones importantes sobre la vida humana pero no habla de biogenética porque Aristóteles no la podía conocer. La combinación es que hables de biogenética pero sabiendo que en el fondo estás vinculado a Aristóteles […] la visión ética más profunda es la que ve la parte invulnerable que hay en el hombre, el sentido de su vida. El entender que efectivamente estamos amenazados por muchas cosas pero que en cambio en nosotros mismos hay algo que no va a pasar o que no va a morir. El que es generoso, solidario, tierno, está actuando desde el lado invulnerable que hay en él, no desde el lado de lo perecedero y asustadizo”. También se privatiza la educación cuando pierde su esencia crítica, cuando mata la diversidad, cuando se culpa y se asusta a los educadores para después adularlos y volverlos dóciles. Para que acepten lo que sea sin cuestionar.

viernes, 16 de noviembre de 2012

NO DESAPARECEN, ALLÍ ESTÁN

«Al menos catorce mujeres han desaparecido en un período de 37 días (del 1 de octubre al 6 de noviembre de 2012), en el estado de Querétaro, es decir, dos por semana […] Se trata de Andrea Zermeño Hernández de 17 años de edad; María Magdalena Hernández Ayala de 16 años; Ximena Andrea Ramírez Reséndiz de 16 años; Diana Jiménez Ordaz de 15 años; Brenda Luna Hernández de 17 años; Teresa de Jesús García Sánchez de 15 años; Andrea Alejandra Camacho Amaro de 15 años; Verónica Tovar Sánchez de 16 años; Samantha Costello N. de 14 años (a la que se le agrega en su ficha de datos que es originaria de la ciudad de Guadalajara y que “anda en Querétaro con un joven”); María Fernanda Trejo Sánchez de 16 años; Vanessa Pozos Hernández de 15 años; y Vanessa Tapia Moreno de 17 años de edad (consultar http://www.pgjqueretaro.gob.mx/Extraviados/Ext_MujMen.html).» Iván Alcama Garnica, Libertad de Palabra 13 de Noviembre del 2012. Lo que pasa en Querétaro ya lo vimos y seguimos viendo en otras partes de nuestro país, en los estados donde predomina la incorporación femenina al mercado laboral. Es uno de los muchos productos perversos de un modelo neoliberal que beneficia a los grandes capitales que se mueven con el modelo maquilador. Todavía no lo digerimos, estamos metidos en un solo ángulo del problema que no puede ser desdeñado pero que no es suficiente. Las alertas queretanas se prendieron con la creciente violencia dentro de las familias y en las relaciones de noviazgo, algo estamos haciendo mal como sociedad que producimos, toleramos, callamos ante el maltrato y la desigualdad contra la mujer. Parece que nuestro machismo no alcanza a soportar y solucionar, de manera inteligente, el que las mujeres puedan tener oportunidades laborales, ingresos propios no sujetos al capricho del hombre ─sea el padre, el esposo, el novio o cualquier otra forma que adquiera una relación sentimental o de pareja─, que puedan decidir sobre su maternidad, el ejercicio de su sexualidad, en fin, que se produzca un desequilibrio en esa relación de poder que tradicionalmente beneficia y fortalece al lado masculino. Eso hay que conocerlo, asumirlo, solucionarlo. Pero las llamadas “desapariciones” o el encontrar con mayor frecuencia los cuerpos maltratados de jovencitas en lugares apartados o abandonados, puede que obedezcan a otros factores. Es un problema grave que ya vimos aparecer y crecer en Tijuana, Ciudad Juárez, en muchas ciudades y municipios del norte y centro del país cuyo común denominador parece ser el asentamiento de numerosas empresas maquiladoras de capital extranjero, de esos enclaves manufactureros que se benefician de privilegios fiscales que casi nadie conoce, de la mano de obra numerosa, barata, dócil y con un elevado grado de eficiencia, de la impunidad que se les garantiza por debajo de la mesa, de la existencia de sindicatos fantasma que hacen todo menos proteger a las trabajadoras, porque su mano de obra es mayoritariamente femenina y muy joven. Al menos algunos de nuestros lectores opinan que por esa línea investigativa puede encontrarse algo. Reproduzco un mensaje electrónico que me llegó como reflexión al texto titulado “Crímenes sin sentido” publicado en este semanario en el número correspondiente a la semana del 4 al 10 de noviembre de este año, me reservo la dirección electrónica y el nombre del remitente: “acabo de estar por Tijuana este fin de semana y a propósito de tu artículo crímenes sin sentido, quiero mandar una alerta. Allá comenta la gente que los casos de las muertas de Juárez son producto de empresas orientales que le dan gran precio a la virginidad y que hay grupos de trata de personas que les consiguen a las mujeres y una vez vendidas las matan pues ya cumplieron su función, desde luego se comenta que esto es avalado por políticos corruptos desde la época de Fox porque como uno de sus negocios, está el favorecer el capital chino en varias de sus modalidades aquí en México… Cierto o no, más de uno lo comentó en la plática del aeropuerto, hotel, etc. Y cuando el río suena… Yo solo mando la alerta, no sé si sirva de algo, solo soy un ciudadano sin más interés que la seguridad en Querétaro.” Este comentario hay que considerarlo como eso, no se trata de contribuir a la creación de una ola xenofóbica por su coincidencia temporal con los maltratos sufridos por un trabajador en una empresa coreana y que fue ampliamente difundido, en contraste con otros muchos de los que no se quiere saber nada; anteriormente señalamos que difícilmente se puede creer que la narco delincuencia “caliente las plazas” nada más por el capricho de algún descontrolado, lo que sí, es que estos crímenes incrementan su frecuencia y salvajismo a partir de la negligencia de las autoridades que deben investigarlos, esa es la experiencia manifestada por luchadoras sociales como Marisela Ortiz de Nuestras Hijas de regreso a casa A.C.: “En Ciudad Juárez desaparecen mujeres y no se vuelve a saber más de ellas, a menos que sus raptores decidan hacer aparecer sus cuerpos sin vida y con evidencias claras de haber sido brutalmente torturadas y asesinadas, violadas de manera tumultuaria y arrancadas partes de su cuerpo o quemadas. Es un dolor terrible para esta sociedad. ¿No hay nada que mueva a quienes pueden hacer algo al respecto? La desesperación y miedo de las familias de vivir en tal inseguridad al ver a las hijas salir del hogar sin saber si van a regresar, no son motivo que afecte la voluntad de nadie de poner un freno a estos hechos. A la fecha estos crímenes están impunes, y a las mujeres desaparecidas nadie las busca... y los asesinatos y desapariciones continúan sin que a la fecha haya responsable alguno.” Ya no son “incidentes aislados”, es algo mucho más grave que hay que encarar abiertamente, no ocultándolos alegando un falso ambiente de paz y tranquilidad que se resquebraja aún más por el desconocimiento. Una nota triste. Los que conocimos a don Salvador Canchola Pérez no podemos hacer otra cosa que lamentar su muerte, este gran viejo se caracterizó por la congruencia con sus ideales, con sus luchas, con su visión optimista de que el mundo puede cambiar para mejorar, ser más justo e igualitario. Aunque muchos pretendieron abusar de su buena fe, los exhibidos fueron esos otros porque don Salvador nunca transó ni se traicionó, tampoco se envenenó guardando rencores. Su firme compromiso con los más pobres y necesitados marcó su vida desde muy joven, desde su ministerio religioso y después con su testimonio cotidiano, 87 años bien vividos y bien merecidos.

sábado, 10 de noviembre de 2012

EDUCACIÓN GENIAL

“¿Cómo reprobar personas? Todos los niños y las niñas que asisten a una escuela regular de educación básica poseen todas las disposiciones para aprender, a menos que un diagnóstico médico diga lo contrario: ¿Cuál es la razón entonces para que un niño no aprenda? ¿Quién es el responsable por ello?” Julio César Gómez en el texto llamado: Acuerdo 648: fin de la reprobación. En Educación 2001, septiembre 2012. Otros temas le habían quitado oportunidad al acuerdo de la SEP respecto del cambio en la forma de evaluación en la educación básica, que abarca de preescolar hasta secundaria. Ese Acuerdo 648 cuyo propósito es evitar la reprobación como una medida para acabar con la deserción escolar, así lo dijo y lo reportó el diario La Jornada el 21 de agosto de este año, el secretario respectivo en funciones: “los países más desarrollados como Estados Unidos, Finlandia, Suecia y Noruega, no reprueban a los alumnos para abatir la deserción”. Quizás lo que habría que reprochar, en primer lugar, es que se mezclen sistemas educativos tan distintos y con resultados tan divergentes; nuestros vecinos del norte no dan pie con bola mientras que Noruega y Finlandia están en la cima de los resultados de pruebas tan reputadas como PISA. Pero dejemos los detalles, la nueva forma de evaluar para saber si un estudiante acredita un curso se alarga a cada 3 años, aunque se argumenta que en realidad, con el nuevo modelo educativo, la evaluación es constante y el acompañamiento permanente. Ojalá la teoría y la práctica se alinearan tan dócilmente. Aunque la preocupación aumenta después de conocer los resultados de la evaluación universal a los docentes de educación básica, que acabó siendo voluntaria, que indica que el 38 por ciento de los profesores queretanos necesitan de un curso inmediato de capacitación, según la nota de Gamaliel Contreras en Libertad de Palabra del 24 de agosto, porque su desempeño es considerado como insuficiente para estar frente a un grupo de escolapios. Ni qué decir que la prueba fue duramente cuestionada por varios frentes, especialistas como Eduardo Andere del ITAM se refirió a ella de esta forma: “decir que esta política educativa pretende mejorar la educación en México es una afirmación que pertenece al terreno exclusivo de la retórica”, como reseñó Héctor Rojas de La Jornada. De cualquier manera los datos arrojados son preocupantes, en el país y en el estado. ¿Cómo se implementa una reforma educativa cuando casi la mitad de los docentes ni siquiera están capacitados para estar frente a grupo? Al menos se reconoce que no tienen los conocimientos disciplinares y mucho menos pedagógicos para asegurar, guiar o acompañar, el aprendizaje de los alumnos puestos bajo su cuidado y responsabilidad. Ya que mencionamos al especialista Eduardo Andere, que ha tenido la voluntad y los recursos para viajar y analizar los sistemas educativos mejor posicionados internacionalmente, ha llegado a la siguiente conclusión: “No importa el método o la teoría pedagógica, no importa el enfoque o la técnica de instrucción, lo que importa es el maestro. Claro, importan más los padres de familia y la interacción con los adultos, pero dentro de los factores asociados al éxito o fracaso educativo, el maestro es primero y luego el director, ya que son los que más importan […] En el siglo XXI ser buen docente no es suficiente, es preciso ser excelso […] importa la capacidad de liderazgo del maestro para entender y adaptarse, para motivar y encauzar. Pero cada alumno, es como el agua, y toma la forma del contenedor, y cada contenedor debe ser distinto. Ahí radica la genialidad del maestro: en detectar qué tipo de cauce necesita cada alumno, según el contexto y la situación. Y como las huellas digitales, cada uno será distinto” ─Pedagogía (a)pedagógica y los maestros del siglo XXI, en Educación 2001, junio 2012─. Desgraciadamente, el sistema educativo mexicano está lleno de trampas que bloquean el trabajo de ese tipo de docentes, los programas de estímulo a su desempeño consideran todo menos los aprendizajes de los estudiantes; la meritocracia atenta contra el liderazgo, la soberbia contra la motivación, la mala dirección ahoga la genialidad, la excesiva reglamentación fomenta la uniformidad y atenta contra la diversidad. Para terminar, los discursos oficiales, que dicen tener en alta estima a la educación, finalmente la desdeñan, como sucede en Querétaro y en casi todos los estados del país.

viernes, 2 de noviembre de 2012

CRÍMENES SIN SENTIDO

No se vale. Hasta hace muy poco tiempo, dele vuelo a la memoria y verá, sabíamos de asesinatos sin sentido por las series extranjeras, principalmente norteamericanas, y nos asombrábamos de los grados de locura a los que podía llegar una sociedad desequilibrada, dividida entre un puritanismo extremo por falso y una liberalidad muy localizada geográficamente ─California, Nueva York quizás─ o bien instalada, comercialmente, en los medios de comunicación. Los asesinos seriales eran casos que brincaban de las investigaciones policiales a los tribunales y a la conciencia colectiva que los veía como símbolos de fuerzas externas ─malignas─ descontroladas. Pero la mitología primero y las ciencias sociales después, encontraron que lo maligno vive dentro de nosotros, de todos, no afuera como una amenaza que simplemente hay que reconocer y evitar. Esos comportamientos aparentemente absurdos que cuestionan nuestra humanidad, porque hacen que predomine nuestra animalidad, se están presentando entre nosotros, pero su mañoso manejo mediático evita que encontramos o siquiera ensayemos explicaciones. El caso más reciente son los restos humanos femeninos encontrados, casualmente, en un pequeño cuerpo de agua en la delegación de Santa Rosa Jáuregui. Las notas periodísticas producto de la “información” oficial son intencionalmente imprecisas, detrás del lenguaje aparentemente técnico y cauto se ocultan datos que la ciudadanía, por su lado, está obligada a completar. La crítica al manejo noticioso tendrá que esperar aunque no hay que olvidarlo. Por ahora recuperemos el hilo de este texto. Como lo demuestran diferentes investigaciones recientes ─por ejemplo “Narcotráfico” de Ioan Grillo, por muchos años corresponsal de medios de comunicación ingleses y europeos en nuestro país─, los descuartizamientos son utilizados por fuerzas militares y paramilitares para producir terror en sus enemigos, el ejemplo más cercano es el de los kaibiles guatemaltecos cuyas atrocidades han sido adoptadas por los “zetas” mexicanos. En ese contexto, el de la delincuencia muy organizada que aprovecha los altísimos niveles de corrupción de nuestra clase política, empresarial y religiosa; la saña respondería a un escalamiento en esta guerra entre grupos opuestos de narcos buscando el control territorial de un mercado en expansión continua. Eso no le quita lo aberrante, pero, aparentemente, estaría contenida a dos bandos que se identifican mutuamente con cierta precisión. Aunque su desbordamiento finalmente es inevitable. Pero nos estamos refiriendo a eventos que no tienen relación con un lucro inmediato, hablamos de crímenes a los que no les encontramos algún sentido, por así decirlo, en términos de una disputa por un mercado ilegal. Parece que la sombra de los feminicidios ─término que ni siquiera reconoce la Real Academia de la Lengua Española─, de la violencia extrema dirigida hacia las mujeres por el simple hecho de serlo, se escapó de Ciudad Juárez para expandirse por todo el país, sin ser Querétaro la excepción. La primera vez que se denunció un evento de tales características fue en el 2009 en San Juan del Río, a grado tal que agrupaciones sociales de distinto signo hicieron el reclamo público como lo reseña “Libertad de Palabra” del 2 de Noviembre de ese año: “El feminicidio no debe quedarse sólo en cifras. Debemos denunciarlo como parte de una política de control contra las mujeres. La violencia contra las mujeres es una forma de control social. Además, la crisis económica y la inestabilidad política desatan la violencia y las principales víctimas son las mujeres. Queremos que la memoria de Alí Cuevas y María Fernanda Loranca Aguilar, no sean sólo una cifra, como no lo deben ser los asesinatos de mujeres. Ni cifra, ni nota amarillista.” Las redes sociales, los medios de comunicación alternativos generados por la propia ciudadanía, son abundantes en alertas que denuncian desapariciones de mujeres, muy jóvenes en su gran mayoría, que contrastan con el silencio o el desprecio por el tema de las diferentes instancias oficiales. En el 2009 siquiera sabíamos los nombres de las víctimas, ahora hasta eso se quiere ocultar. Al menos hasta la redacción de este texto no se sabía.

sábado, 27 de octubre de 2012

OCTUBRE EN ROSA

Octubre se vistió de rosa, no es su color usual, esa tonalidad se eligió como símbolo de la lucha contra el cáncer de mama, una de las enfermedades más devastadoras en el sentido biológico y psicológico y casi, casi propia de las mujeres. Sumergirse en las estadísticas no tiene caso, ya se han repetido en otros medios y sabemos de la importancia del tema, de su forma de prevención y atención temprana, pero involucra aspectos que tocan algo más trascendente y que damos por hecho o que evitamos remover. A fines de la década de los 70 del siglo pasado, nuestro país y buena parte del mundo, llamado occidental, estaba metido en la dinámica de la discusión de los derechos propiamente femeninos. Detrás de la fachada de los derechos sin distingos, de la generalidad, estaban escondidos los derechos de, por lo menos, la mitad de la humanidad. De repente descubrimos que nuestro machismo estaba inextricablemente unido a nuestro desarrollo histórico de casi 2 mil años, que lo que dábamos por “natural” era, en realidad, un artificio socialmente construido, pero deshacerse de inercias que convienen a la otra mitad de esa totalidad de la que hablamos, no es nada fácil. Octubre de 1976 es importante en ese feminismo que se ha ido decantando, que decidió investigarse, definirse, plantearse metas; es la fecha en que aparece el primer número de la revista “fem”, sus fundadoras y artífices intelectuales fueron Alaíde Foppa y Margarita García Flores, quienes plantearon en la editorial de ese primer número, hace apenas 36 años: “Fem se propone señalar desde diferentes ángulos lo que puede y debe cambiar en la condición social de las mujeres; invita al análisis y a la reflexión. No queremos disociar la investigación de la lucha y consideramos importante apoyarnos en datos verificados y racionales y en argumentos que no sean sólo emotivos” (como nos recuerda Alejandra Parra Toledo en La Jornada del 03 de Octubre del 2005). Su intención era evidente, además de lo expresado en la cita anterior había que concentrar los textos y las luchas que parecían dispersas: “hacía falta un medio que hablará de los asuntos de las mujeres, aunque en ese entonces varias feministas escribían en periódicos nacionales; allí estaban, por ejemplo, Marta Lamas en El Universal, Angeles Mastreta en Últimas Noticias de Excelsior, Antonia Tarrascón en Excelsiór y Esperanza Brito en Novedades. También era cierto que hacía falta un vehículo que diera especial protagonismo a los temas de las mujeres. Por ello se dieron a la tarea de fundar un proyecto editorial de corte feminista.” En el camino hubo que deshacerse de prejuicios, apelar a la razón sin desconectar al sentimiento, quitarse de hembrismos y develar situaciones que a muchos nos convenía, aparentemente, dejar ocultas. Las preocupaciones iniciales estaban reflejadas en los primeros 21 artículos de la revista, señaladamente, según Alejandra Parra Toledo «de Alaíde Foppa, “Anatomía no es destino”; Elena Poniatowska, “Castillo en Francia”; Elena Urrutia, “Del trabajo invisible al trabajo visible”; Margo Glantz “¿Quién terminará con el fascismo amoroso”; de Simone de Beauvoir una entrevista a Jean Paul Sartre; una de Carmen Lugo a la psicoanalista Marie Langer; el artículo de Marta Lamas, “Las taquilleras del Metro ganan una batalla”» A 36 años mucho se ha avanzado, ese “feminismo” fue ganando terreno también en los hombres, se transformaron muchas relaciones de pareja, se abrieron nuevas posibilidades, se reivindicó el derecho al trabajo dignamente remunerado y en igualdad, a la participación en terrenos políticos y laborales antes exclusivos para los machos de la especie; al conocimiento del propio cuerpo sin culpas, a su disfrute, a la toma de decisiones respecto del mismo. Se han trastocado muchas cosas, el mundo no es el mismo. Pero las conquistas no han sido parejas y continuamente se cuestiona su permanencia, por eso no se puede descuidar lo ganado, no se puede dejar de avanzar, de investigar, de reflexionar, de convencer. Por eso la lucha contra las enfermedades que aparentemente son propiamente femeninas simboliza muchas cosas que no se pueden quedar en las corbatas de los conductores de noticias de la televisión, en el color temporal de los uniformes de algunos equipos de futbol, en la iluminación de edificios históricos o comerciales, en la compasión. La última edición impresa de “fem” fue en el 2005, hace 7 años, por problemas de matrocinio (es que patrocinio como que desentona), de distribución; en lo personal prefiero pensar que fue porque sus contenidos ya no cabían en sus numerosas páginas, en sus leales colaboradoras y público lector, que se filtraron en otros medios, en el surgimiento de organizaciones no gubernamentales de distinto tipo, y lo mejor, en nuestras vidas.

viernes, 19 de octubre de 2012

LOS MATICES CUENTAN

La oportunidad para enfocar el tema cayó solita. La nueva villana favorita, por obvias razones, emite una declaración que no está completamente desacertada, pero yerra en un punto importante: se le olvidan varias décadas de lucha continua a favor de los derechos de las mujeres. Matizar se vuelve difícil, estamos acostumbrados a aceptar discursos o tomas de posición completas o a rechazarlas absolutamente. Las críticas interesadas de asociaciones como Mexicanos Primero parten de situaciones reales, pero sus interpretaciones son sesgadas y mañosas; a pesar de que se esfuerzan por ocultar sus intereses empresariales, legítimos si nos los negaran, sus propuestas ignoran el desarrollo de la educación en México, como si no hubiera historia, como si todo se resolviera aplicando la voluntad autoritaria por encima de la construcción institucional democrática. ¿Qué parte de la declaración de la indigerible líder formal magisterial sirvió para descalificar todo lo que dijo?: “El abandono de la madre en la formación de los hijos, convirtió a las escuelas en guarderías juveniles, a los maestros, en solidarios responsables de la educación, y vació de contenido educativo y de convivencia humana, enormes cantidades del tiempo familiar, el cual fue ocupado por el excesivo consumo de la televisión chatarra y el abusivo uso de instrumentos lúdicos envueltos en ropajes de tecnología, también chatarra”. Sólo que la señora Elba Esther Gordillo no habla de un abandono intencional, por flojera o irresponsabilidad; tampoco se refiere a una sociedad ideal donde la educación familiar de los hijos es tarea intencionalmente compartida, habla de realidades evidentes. No las culpa, por lo menos no se ve eso en el sentido del texto, simplemente retrata, a su manera, lo que está pasando. ¿Por qué no se cuestiona lo que dice acerca de la televisión chatarra, o del desplazamiento de la tarea educadora de la familia tradicional, que cada vez es menos, a la escuela? Tampoco se niega que las escuelas se hayan convertido, en muchos casos y por periodos de tiempo cada vez más prolongados, en guarderías. Tal vez habría que reprocharle que no lo dijera antes porque no convenía a sus intereses personales, porque el texto de referencia habla de hechos muy evidentes: "Cuando la familia dejó de ser el centro de la formación de los valores, éste fue ocupado por otros sistemas de comunicación con otros objetivos […] Ello nos remite a reflexionar lo que implica y seguirá implicando, la desvalorización que la sociedad ha experimentado en las últimas décadas y que hoy se materializa en formas diversas, dramáticas, como son los homicidios múltiples, el incremento en las adicciones, el trágico aumento del número de NiNis o el fracaso del Estado para garantizar la seguridad". Hay que aprovechar para que diga claramente cuáles son los valores “desplazados” y qué intereses los sustituyeron y de quién son. Creo que todos lo intuimos si no es que los conocemos. El que nuestros niños y jóvenes no practiquen los valores que se consideran deseables e importantes, que aborrezcan la lectura y por eso no comprendan lo que leen y lo que viven, que carezcan de las más elementales habilidades matemáticas, que la ciencia les parezca algo extraño e inútil, no puede ser accidental. Las otras instancias educadoras de la sociedad, no solo la familia y la escuela, están aprovechando su desarrollo tecnológico, su omnipresencia, para atentar contra un proyecto de país o de humanidad si se quiere, que sea incluyente, equitativo, plural, tolerante, respetuoso del planeta que habitamos. Quizás sí habría que reprocharle que evitara referirse a los cambios acelerados en la composición e integración familiar, el reconocimiento de los otros modelos de familia provocados no por la inmoralidad, la irresponsabilidad, la flojera, sino por un modelo económico que propicia la concentración de la riqueza y de los medios de comunicación, y de todo lo que resulte rentable ─el esclavismo moderno, la trata de personas, el narcotráfico, bueno, lo que sea que pueda ser negocio─. Ni siquiera la “maestra” tiene la capacidad y el poder para desaparecer de un plumazo la lucha y los avances en el reconocimiento de los derechos de las mujeres, aunque todavía sobrevivan las dobles o triples jornadas de trabajo, frecuentemente mal remuneradas; el que se discutan abiertamente sus derechos sexuales y reproductivos, se acepten, se practiquen; el que deje de considerarse su potencial y realidad de dar vida como una desventaja, como un destino impuesto por una sociedad machista que la valora idealmente y la desvaloriza realmente. No se trata de defender al personaje, poco hay que hacer en ese sentido. Sí de mencionar que quizás tenga algo de razón porque hasta ella se da cuenta de cosas como esta: “"¿Cuándo se socializan los problemas, las aspiraciones y aún los miedos y fracasos de quienes forman la familia? Porque estamos claros que en los pocos momentos disponibles para ello, es cuando la televisión, con su monótono e insulso ruido, avasalla con el entretenimiento".

viernes, 12 de octubre de 2012

DESPEDIDAS Y ARREPENTIMIENTOS

Los testimonios son escalofriantes por emotivos, porque destilan vergüenza y culpa. Toda una generación de ciudadanos que se descubren engañados y que han condenado a otra de ellas a la migración, a la pobreza, a la desesperanza. No por nada Europa hierve de indignación en manifestaciones multitudinarias. Hay que prestarles el espacio y sumar nuestra voz: “Ayer me despedí de mi hija. Emigra en busca de un futuro que no ha podido encontrar en su país y que la sociedad, o sus padres, no le ha sabido dar […] Marchar le ha costado quedarse sin pareja, por lo que el llanto, apagado, que oía por la noche desde mi cama, se me hacía aún más amargo […] Como muchos jóvenes de su edad, mi hija ha completado su formación profesional con el paso cambiado. En la primavera regresó a España con la intención de buscar un empleo, en lo que fuese pero a poder ser "de lo suyo". Consiguió algunas entrevistas de trabajo, pero las condiciones siempre eran abusivas: salario de becario, 400 € al mes, para una persona con una licenciatura, un master, que domina cuatro idiomas y con experiencia laboral en el extranjero. Estos sueldos no le darían ni para comer ni para alquilar una habitación en las ciudades donde le ofertaban estos empleos. Tendría que tener una ayuda de sus padres, a lo que, por supuesto, estamos dispuestos. Pero ella no quiere seguir dependiendo de nosotros, con una ayuda que, de hecho, estaría subsidiando a los empresarios que abusan de nuestros jóvenes. Este verano han pasado por casa, para despedirse, muchos amigos suyos. Sus conversaciones siempre giraban en torno a lo mismo: la depresión de la crisis, los despidos o el miedo a ser despedido, los abusos de los empresarios que, aprovechándose de la crisis imponen condiciones leoninas, despidiendo a buena parte de la plantilla para que los "supervivientes" hagan el trabajo del resto, intimidados por la amenaza de ir a la calle […] En Mallorca, donde vivo, ha sido un año espectacular de turismo, con cifras récord de viajeros e ingresos. Un amigo que tiene un restaurante me dice que este verano ha hecho un 15% más de caja. Sin embargo, muchas empresas del sector han despedido a buena parte de sus plantillas, de nuevo forzando al resto a asumir las tareas de los despedidos, aprovechándose del miedo a perder el empleo para aumentar sus márgenes de beneficios. ¿Es esto lo que ha conseguido la reforma laboral?” Es el lamento ─tardío pero honesto─, de Carlos M. Duarte profesor investigador del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados, publicado en el Huffington Post del 5 de octubre de este año. Es la voz de esa generación que ha visto sus expectativas y los sueños de sus hijos despedazados, que se creyeron el rollo de que la reforma laboral que abarata los despidos, restringe hasta casi desaparecer los derechos laborales, posibilita los contratos a prueba y el pago por horas, era la gran solución contra el desempleo, y que vieron los efectos ahora vistos y padecidos. Los grandes beneficiarios, otra vez, los grandes empresarios, que no pueden ocultar, ni operándose, la sonrisa de la cara. Pero, en el desastre, no todo puede estar perdido: “Hay quien se felicita, estúpidamente, de que muchos seguimos en silencio, pero algo está cambiando. Ya no nos vale más de lo mismo, ya no nos aplacan con mentiras calculadas, engaños burdos, eufemismos y la cantinela de que lo que nos pasa es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y nos merecemos lo que pasa”. En esta coyuntura estamos los mexicanos, está a punto de aprobarse una reforma laboral casi calcada de la aplicada sin piedad en los países europeos que se encuentran en crisis profunda y de la que tardarán años en salir. Ojalá alcancemos a vernos en ese espejo y no persistamos en los mismos errores. Me gustaría haber viajado en el tiempo, hasta 1492, encontrar una historia más convincente del encuentro de dos mundos, no del “descubrimiento” de uno sobre el otro. Compartir otras versiones e interpretaciones que nos permitan revalorarnos, ya no ser el pueblo vencido, humillado, que tiene que renegar de su pasado, de sus dioses, de su forma de ver y explicar el universo, pero el presente se nos viene encima y hay que dar espacio a la reflexión y a la crítica, seguramente habrá oportunidad para viajar en otro momento, que para eso sirve la Historia ─esta vez con mayúsculas─.

viernes, 5 de octubre de 2012

CONTANDO HISTORIAS

La historia como un galimatías prescindible y olvidable, como una simple sucesión de fechas destinadas a volver loco a cualquier escolar, y más en un examen; el eterno desfile de personajes con peluquín o vestidos estrafalarios, los grandes acontecimientos considerados así por algún genio de gabinete que nuca se tomó la molestia de explicarlos. Esa era mi visión de esa ciencia social enseñada por profesionistas de las disciplinas más disímbolas y que, obvio, tampoco entendían nada de lo que enseñaban. Hasta que conocí, por sus escritos, a Eric Hobsbawm. Ni siquiera recuerdo el año cronológico o escolar y eso podría considerarse una grosería, pero si tomo en cuenta mi aversión por las fechas, porque históricamente prefería olvidarlas por su falta de significado, ese olvido es una consecuencia lógica de la incomprensión. Con Las Revoluciones Burguesas, ?texto que necesito releer por el simple gusto de volver a entender la relación entre las revoluciones Francesa e Industrial, avistar el nacimiento de conceptos que se requerían ante fenómenos completamente nuevos y por ello íntimamente ligados a su pasado, encontrarle sentido a las fechas, llenarlas de contenido y relacionarlas con el mundo que estamos viviendo?, cambié mi perspectiva y aprecio por la historia, con minúsculas o con mayúsculas, es lo mismo dada mi aversión anterior. Saber, por fin, que la historia es mucho más que algo que ya pasó, fue un descubrimiento que reordenó todo lo que sabía y le dio sentido. El pasado adquirió vida y la sigue teniendo porque no es algo muerto, sino sujeto a reinterpretaciones, a descubrimientos. A Hobsbawm seguramente es mejor entenderlo y conocerlo a través de sus propias palabras, en este caso recopiladas por José Andrés Rojo del diario español El País del 1 de Octubre del 2012, por ejemplo, sobre este individualismo feroz que promueve el capitalismo voraz: “Creo que el individualismo libertario no es una base adecuada para la política del poder. Porque, en el fondo, el individualismo es lo opuesto a una política colectiva. Se puede movilizar a los pueblos en la senda del nacionalismo, del patriotismo o de otras rutas colectivas, pero si se dice al individuo que lo que cuenta es su supremo interés, luego es muy difícil convencerlo de que debe subordinar ese interés, aunque sea solo en parte, a los intereses de los demás”. Y menos si ese “individuo” está en una posición privilegiada, cercana al poder político o económico, entonces sí, que alguien pretenda convencerlo de que los demás existen más allá que como meros consumidores. Con todo y que nunca renunció a su cercanía ideológica con el marxismo, es más, esa manera de analizar las cosas fue su característica principal, tampoco se engañaba: “…los regímenes comunistas eran, en cierto sentido y deliberadamente, regímenes elitistas. Aunque sólo fuese por el énfasis que ponían en el papel de guía que debía desempeñar el partido. Su objetivo no era convertir al pueblo, las suyas no eran fes, sino iglesias oficiales. Por esta razón, la mayor parte de los pueblos sometidos a estos regímenes estaban fundamentalmente despolitizados. El comunismo no entró nunca en sus vidas en el sentido en que, por ejemplo, el catolicismo entró en las vidas y en las conciencias de los pueblos de América Latina tras la colonización. El comunismo era algo de lo que se esperaba buenos o malos resultados, pero que en general no fue interiorizado por los pueblos”. Hay categorías que se antojan indispensables en un historiador como este, pero que notamos totalmente ausentes en los procesos escolares de aprendizaje, seguramente por eso nunca me gustó la historia hasta que pude comprenderla a través de este ciudadano del mundo nacido en Alejandría, en un año que aparece continuamente en las efemérides de nuestra cultura occidental, 1917: “Es posible garantizar a todo el mundo que van a tener igual acceso a la Coca-Cola. Pero no es posible que todos tengan el mismo acceso a una entrada para el teatro de ópera de la Scala, de Milán. Porque por la naturaleza misma de este bien, el número de entradas de la Scala es limitado y no se pueden producir más. […] Por eso creo que el problema de la globalización es la aspiración a garantizar un acceso tendencialmente igualitario para todos los productos de un mundo que es, por su naturaleza, desigual y distinto. Hay una tensión entre dos ‘abstracciones’. Se intenta encontrar un denominador común al que puedan acceder todas las personas para cosas que no son, repito, accesibles naturalmente a todos. Y ese denominador es el dinero, es decir, otra ‘abstracción”. Recuerdo como entre brumas el 68 mexicano y francés, que después adquirieron sentido a través de los recuerdos y textos de Heberto Castillo, Eduardo Valle “El Búho”, Elena Poniatowska, Luis González de Alba y otros que de momento se me escapan. Entre Hobsbawm y el 68 se me aparece un camino que vale la pena volver a recorrer, esperando que haya tiempo, porque también no puedo dejar de reconocer la angustia que provoca que los referentes que forman parte de mi vida estén muriendo físicamente. Mientras, hay que disfrutar y comparar otros puntos de vista, desde la literatura por ejemplo, desde un continente que seguimos ignorando, nadie mejor que la joven escritora nigeriana Chimamanda Adichie para saber del “peligro de una sola historia”.

viernes, 28 de septiembre de 2012

DECISIONES CORRECTAS

“La deliberación exige responder a razones, y no sólo a intereses. Por eso, se apoya en las libertades fundamentales de pensamiento y expresión, pero también las apuntala. En un régimen democrático de calidad, nadie es, a priori, dueño de la verdad, y se establecen procedimientos que garantizan a todas las posiciones la posibilidad de participar en el debate.” Fernando Castaños Zuno del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Buena razón nos da el investigador universitario para aquilatar la importancia de la instalación formal de la LVII Legislatura del Estado y del relevo en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, ambos órganos, uno del poder legislativo y el otro del judicial, son colegiados y por tanto deben ser netamente deliberativos. No está de más recordar que el ejecutivo se deposita en una sola persona, el gobernador en este caso, mismo que deberá llevar a cabo, de la forma más puntual deseable, las decisiones tomadas en colectivo por los otros dos poderes Pero a nuestro sistema político lo ahoga el protagonismo, basta revisar las primeras planas de cualquier medio de comunicación impreso para darse una idea de quién las acapara. Nada más fácil que cubrir una nota que se refiera a la construcción de algo, a la invención de un nuevo programa, a la aplicación de otros tantos, pero no existe la cobertura suficiente para seguir al detalle los procesos de discusión que llevan a la toma de decisiones, a menos que se trate de ridiculizar a alguien, o bien ocurra cualquier cosa que parezca un escándalo. Si tuviéramos el detalle de las discusiones, si viéramos aflorar los intereses y las razones, sabríamos con cierta certeza para quién trabaja cada quién, qué representa cada fuerza política que forma parte de la legislatura, si en realidad nos representan o solo se hacen guajes, hasta dónde cuidan las razones los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, porque Fernando Castaños lo tiene muy claro: “Para que en nuestro país ─la democracia─ se consolide y llegue a ser de calidad, es necesario que la deliberación entre actores políticos, y entre éstos y la ciudadanía, adquiera un lugar central. Es la mejor compañera del respeto a la pluralidad de posturas y de la toma de decisiones en órganos colegiados representativos, y son imprescindibles en un sistema democrático como el que aspiramos a tener los mexicanos, y se impulsan entre sí”. Ya se complicó el asunto, la democracia, desde esta perspectiva, no solo requiere de conocer la discusión, crítica, propuesta y negociación con base en razones, dentro de los órganos colegiados, sino que estos establezcan mecanismos plurales y transparentes para deliberar con la ciudadanía, para conocer sus puntos de vista, para considerarlos al momento de tomar una decisión que afectará, para bien o para mal, a todos o a los grupos más sensibles o más vulnerados. La práctica de esta característica democrática la ilustra muy bien la legisladora islandesa Birgitta Jónsdóttir (entrevista de Klaudia Álvarez / Barcelona Lunes 24 de septiembre de 2012. Diágonal Número 181) cuando recuerda la discusión respecto de la propuesta de su presidente de asumir las deudas privadas como públicas, vamos, sería la versión islandesa de nuestro FOBAPROA-IPAB: “Nosotros, el pueblo, descubrimos una manera de detener esto. La responsabilidad y el rol del presidente de Islandia es firmar las leyes, pero es el Parlamento quien las aprueba. Él dijo hace unos años que si existía una brecha entre la nación y el Parlamento, se negaría a firmar esa ley y daría a la nación la oportunidad de votarla. Todos lo recordamos diciendo eso, así que reunimos 70.000 firmas (un número enorme, teniendo en cuenta que hay 310.000 habitantes en nuestro país). De esta manera se vio obligado a convocar un referéndum nacional. Después el Gobierno intentó de nuevo firmar un contrato inconstitucional con los británicos y los alemanes, y nosotros lo rechazamos otra vez. Estas dos consultas nacionales fueron muy importantes para formar a las personas en la corresponsabilidad compartida.” Pero la legisladora también hace una advertencia, “Recuperar nuestra democracia es un proceso que no va a pasar en un año, o en cuatro años, es a largo plazo. A ellos les costó mucho tiempo quitárnosla y nos costará tiempo recuperarla.” Entonces, va quedando claro que por muy representativas que crean ser nuestras democracias, necesitan refrescarse y legitimarse, estableciendo formas diferentes de discusión y negociación para llegar a acuerdos, eso de quitarse de encima los intereses propios o ajenos a conveniencia no es nada fácil, es más, nuestros poderes constitucionales siempre serán los primeros en rechazar esas ideas argumentando la falta de tiempo, el presunto desorden de consultarlo todo, su disque alto nivel de representatividad, pero no hay de otra si se quiere evitar el abismo que separa a la clase política del resto de los ciudadanos y que finalmente puede llevar a estallidos sociales. Pero no todo puede quedar a la buena voluntad, si es que la hay, de legisladores, jueces y gobernadores o presidentes, la ciudadanía debe hacer su trabajo para lograr lo que por simple simpatía no se le dará, incluso establecer canales de comunicación, los que sean necesarios, para volcar esa diversidad e identificar posiciones que puedan ser comunes, sin caer en la trampa del consenso, otra vez la experiencia de Birgitta Jónsdóttir: “convencer a la gente para crear una red de medios de comunicación on line basada en el periodismo ciudadano, porque los mass media nunca cubrirían la perspectiva de los activistas.”

viernes, 21 de septiembre de 2012

NUESTROS MUERTOS

“Tal vez suene anacrónico o pueda parecer demagógico, pero a veces es necesario ser ‘como el tenor que imita la gutural modulación del bajo’ y decir palabras como patria, futuro y esperanza, aunque frente a nuestra cándida nariz rían los eternos polkos o se burlen los falsos cosmopolitas.” Hugo Gutiérrez Vega en su discurso como integrante de la Academia Mexicana de la Lengua, La Jornada 13 de septiembre 2012. Hay que recuperar la voz y la palabra, no dejársela a quien no la respeta, a quien la usa para engañar y esconder sus múltiples perversidades. Hay que nombrar a nuestros muertos, hablar de lo malo sin fingir que todo es bueno. Hermoso descubrimiento el del periodista John Harold Giraldo Herrera de la Revista Ñ (12 de septiembre del 2012), en esa tierra latinoamericana a la que Enrique Peña Nieto fue a pedir asesoría para seguir la guerra disque contra el narcotráfico: “En Guayabito vive muy poca gente. Los pocos habitantes del pueblo están surcados por extensos cultivos y sembrados de maíz. Son miles de hectáreas con más ganado que gente. Un puñado podría decirse. Y las pocas fincas se mantienen en solitario, salvo algunos fines de semana cuando llegan los patrones a pasar revista o a veranear con sus amigos. Sin embargo, María Isabel y su familia han tenido un contacto directo con los muertos, no solo porque los ven pasar ahí como en el patio de su casa, sino porque los muertos han sido una constante desde que ella llegó. Hace dos meses, decapitaron a dos muchachos del lugar y sus cadáveres fueron echados al río. Allí anduvieron flotando, entre algunas vacas que caen, en medio de esas aguas pasivas en la superficie pero tumultuosas debajo. Cuarenta metros de ancho mide el río, que a veces llega a 15 de profundidad. Allí guarda los misterios del devenir cruel y sanguinario de la historia colombiana. Los cuerpos deshilvanados, maltrechos, putrefactos y torturados no son normales para la poeta de los muertos. A ellos les ha escrito cientos de poemas en papelitos. El asombro la hizo escribir, aun exhausta tras su trabajo, sentada bajo un árbol escribe. Por necesidad, emoción y puro sentimiento […] Mientras nadie dice nada, mientras muchos callan el dolor y la angustia por “estar curtidos de tanto muerto”, María Isabel escribe, exorciza sus penas, ajenas, prestadas y las vuelve suyas. Ella no conoce a quienes con indolencia e inhumanidad han bañado al río de sangre, a las familias de vacíos, al país de olvido y a los muertos de desolación.” Así es María Isabel Espinosa, quien desde su sensibilidad, que algunos teníamos y hemos perdido, busca lo que muchos han renunciado a hacer: “Para María Isabel, haber llegado a este sitio fue asunto del destino. Los muertos no tenían quién les escribiera y al parecer zambullidos allí, los victimarios esperaban borrar sus rastros y que quedaran impunes sus atrocidades, pero la pluma de esta mujer aviva la memoria e impide el olvido. Los cuerpos no son sus parientes, no conoce ni sus nombres, ni su procedencia, tampoco los llora como las madres en Trujillo, Bolívar, Salónica, Bojayá, Riofrío y muchos lugares más; sitios que han tenido que padecer lo fatídico de los asesinatos en serie y las masacres. Nada de eso, María Isabel, les escribe por pura humanidad. Alguien los debía anclar, una persona se debía escandalizar y nada más que una mujer que tenía por pasión escribir, variar los sentidos emocionados por el color de las flores, al del horror producido por los muertos.” En el mismo afán está nuestro poeta Javier Sicilia, que los muertos por esta masacre cotidiana no se olviden, nos pertenecen a todos porque reflejan nuestro fracaso como seres humanos que pretenden trascender la muerte. Una caminata, tres caravanas cruzando el país y buena parte de la geografía de nuestro cómplice del norte, un intento de diálogo con una enferma clase política que no sabe honrar ni su propia palabra y que por eso nos corrompe a todos. Dice Sicilia estar “hasta la madre” de no encontrar la respuesta suficiente para detener esta guerra demencial que no parece tener fin, porque a muchos poderosos no les conviene que termine, porque se enriquecen enviciando a los demás, porque nos convierten a todos en mercancía. Los tres poetas, desde sus respectivas tribunas, tienen razón; hay que recuperar la palabra porque es lo único que nos queda, hay que nombrar a los muertos para que su muerte tenga sentido e impida la desmemoria, que nos ayuden a detener la espiral sangrienta en que estamos metidos. “En estos tiempos dolorosos –alertó el director del suplemento cultural La Jornada Semanal y autor de la columna Bazar de Asombros–, agobiados por las más lacerantes contradicciones, por la corrupción, la violencia homicida, la pobreza extrema, la injusticia, la cháchara redentorista y el terrible crecimiento de los fundamentalismos, tenemos la tentación de abominar de la política, pero la vencemos, pues es doblemente peligroso desconfiar de todo y de todos.” Es cierto, no podemos suicidarnos desconfiando de todos, tenemos que recuperar la humanidad perdida, olvidada, arrinconada, no caer en el juego de los que nos dividen para vencernos. Nos ocultan la realidad, nos maquillan las cifras, dicen cometer atrocidades por nuestra seguridad, hasta que nos convertimos en víctimas directas porque renunciamos a nuestros derechos, a nuestra memoria.

viernes, 14 de septiembre de 2012

MALDITO ANIVERSARIO

Desde 1973 el 11 de septiembre está metido en nuestra historia personal, lo sepamos o no para Latinoamérica es una fecha fúnebre, marca la forma más cruel y cínica de intervención en asuntos que rebasan pisoteando nuestras fronteras y la poca soberanía nacional que nos dejan. Hace 11 años, el corazón financiero del imperio del norte se derrumbó producto de un atentado terrorista planeado por un Osama Bin Laden, que lo conocía a la perfección por haber sido entrenado y financiado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para enfrentar a las tropas soviéticas en Afganistán. Pero el malamente célebre saudita, integrante de una de las familias más ricas del mundo con intereses globales, incluidos los Estados Unidos, no sabemos cómo ─porque es parte de esa historia no contada─, termina identificándose con intereses contrarios a sus patrones y utiliza todos sus recursos para exhibir su falsa fortaleza. Hace 39 años, un golpe militar fríamente calculado desde la oficina oval de la Casa Blanca, termina con un proceso democrático en Chile. A la vista de todos pero con la interpretación interesada de los medios de comunicación controlados desde nuestro vecino del norte, el presidente Salvador Allende es acorralado en una bombardeada Casa de la Moneda para salir sin vida. Todo por la manipulación del miedo irracional a una forma diferente de hacer las cosas, a ejercer la autodeterminación de cada país. Fue un golpe que retrasó y dejó marcada a nuestra deforme democracia. En el 2001 la destrucción del World Trade Center engrosó las prácticas discriminatorias y antiinmigrantes, a la fecha no estamos seguros de cuántos latinoamericanos sin papeles murieron en esas torres, trabajando en empleos que los blancos no quieren ocupar por considerarlos poco dignos y mal pagados. Se evita mencionar que los terroristas entraron a ese país legalmente, que tenían pasaportes y visas, que estudiaron para pilotos en escuelas autorizadas para ello, que compraron sus boletos y pasaron los filtros de seguridad sin problema alguno, que estuvieron, en todo momento, al alcance de las fuerzas de inteligencia y seguridad que prefirieron ignorarlos. No eran “mojados” ni “ilegales”, no cruzaron la frontera guiados por un pollero, no vivieron hacinados en un cuartucho ni trabajaron sin seguridad social con el miedo permanente a ser deportados y criminalizados. En 1973, con el pretexto de unas elecciones legislativas intermedias, los
medios de comunicación difunden resultados falsos, asignándole a los partidos de oposición al gobierno popular, cantidades de votos que sólo existen en sus planes golpistas, por eso apresuran sus planes. Las prácticas especulativas, el ocultamiento de alimentos básicos, el incremento desmedido de precios, el desmantelamiento de fábricas por parte de los patrones como una forma de provocar una crisis productiva y atizar el desempleo, se suman a los ríos de dólares que van a los bolsillos de los supuestamente afectados y de los militares que le ponen precio a su lealtad institucional. «Esto fue el principio del llamado “experimento Chileno”, un experimento social impulsado por el gobierno de los Estados Unidos cuyo método fue la implementación de la “doctrina del shock”, que consiste en generar impacto en la psicología social a partir de desastres y/o contingencias, de este modo se logra implementar el modelo económico-político neoliberal que fue desarrollado por Friedrich Hayer en los años 40´s y 50´s y posteriormente en Chicago por Milton Friedman.» http://www.yosoy132media.org/media/memoria-11-de-septiembre-de-1973/ Los resultados del 11-S-2001 están a la vista. El mundo es más inseguro que nunca, se declaró la guerra contra un país que no tenía nada que ver con el atentado, el pretexto sirvió para invadir un territorio rico en petróleo y con una posición geográfica envidiable para apoderarse o influir, por las buenas o por las malas, en el resto que hacen frontera con la antigua unión soviética. Es cierto que Hussein era un dictador, pero no hay que olvidar que fue impuesto con el visto bueno de nuestros vecinos del norte, hasta que ya no les sirvió. Afganistán siguió el mismo destino determinado por los intereses representados por la Casa Blanca. "No veo por qué tenemos necesidad de estar parados y ver un país ir al comunismo por la irresponsabilidad de su propio pueblo". Ese fue el epitafio dictado por Henry Kissinger, secretario de estado norteamericano, en 1970, al enterarse del triunfo electoral de Salvador Allende en Chile. De acuerdo con el segundo informe de la Comisión Valech, entregado en agosto de 2011 al presidente Piñera, las víctimas de la dictadura de Pinochet suman más de 40 mil, entre ellas más de tres mil muertos. Pero el golpe en el ánimo democrático de nuestros países fue brutal y lo seguimos padeciendo. Este mes que los mexicanos andamos tan patrioteros, es importante recuperar esas partes de nuestra historia colectiva, cuestionarnos qué tan independientes somos, qué tan democráticos podemos ser.

viernes, 7 de septiembre de 2012

NO APRENDEMOS, ENLACE 2012

Esta experiencia ya la vivimos, sólo la estamos repitiendo porque no hay capacidad ni voluntad para escaparse de ella. Hace un año nos lamentamos de los bajos resultados alcanzados por nuestros niños en la prueba ENLACE, lo volvemos a hacer, la única diferencia es que el desplome ahora fue mayor. Según los datos disponibles, Querétaro ocupa el poco halagüeño lugar 29 (de 32) si se suman los porcentajes de alumnos de educación primaria que alcanzan las categorías de Bueno y Excelente (34.7), en lo que se refiere a la materia de español; en matemáticas, en el mismo nivel, estamos en el lugar 30 con apenas un 35.3 en la suma de las mismas categorías. En los siguientes niveles educativos todavía nos defendemos, estamos con la inercia de las generaciones que tuvieron puntajes arriba del promedio nacional, pero la diferencia se achica y pronto se revertirá por el efecto en cascada. Esto es, que las generaciones actuales, que tienen magros resultados en primaria, llegarán a secundaria y preparatoria dentro de algunos años y arrastrarán, a la baja, los que tenemos hasta el momento. Según la nota de Alan Gamaliel Contreras Guadarrama de Libertad de Palabra del 30 de agosto pasado «en el caso de Matemáticas, en nivel Secundaria, el estado logró un promedio de 20.5 por ciento de alumnos en “Bueno Excelente”, mayor al de la media nacional que es de 20.3 por ciento, logrando así el lugar número 11 a nivel nacional. En Español, el 24.3 de los alumnos evaluados obtuvieron calificaciones de “Bueno Excelente”, lo que lo coloca en por encima de la media nacional que es de 20.7 y en el tercer lugar nacional.» En la media superior el estado de Querétaro, en Matemáticas, tuvo un 36 .1 por ciento de alumnos en “Bueno Excelente”, con el sexto lugar nacional; mientras que en Comunicación logró obtener 60.1 puntos porcentuales y colocarse en el lugar número 3 a nivel nacional. A pesar de las posiciones obtenidas, la pérdida en los puntajes del 2006 al 2012 es evidente y preocupante, quien esté interesado puede consultar un análisis más a detalle en http://enlace.sep.gob.mx/content/gr/docs/2012/historico/22_QRO_ENLACE2012.pdf La respuesta de las autoridades es igual de deficiente que lo mostrado por los estudiantes de educación básica, según la misma nota, «el secretario de Educación, Fernando de la Isla Herrera, refirió que se implementará un programa piloto en 50 escuelas primarias para mejorar los niveles de calidad de lectura (comprensión) de los estudiantes, en el cual se involucrará a los estudiantes y padres de familia a través del uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC’S).» Así, sin más detalles y apenas 50 escuelas de las cientos que existen en el estado. Ojalá que alguien les avisara que a leer se aprende leyendo, y a escribir, escribiendo. Vamos a ver hasta dónde llega el repartidero de culpas, fastidiar a los profesores está de moda, sería la salida fácil para ignorar que desde hace meses los recursos financieros no fluyen a las escuelas, del nivel que sea; o se están desviando o se están quedando en otras manos, pero cada vez se depende más de las cuotas, mal llamadas voluntarias, que se les exige a los padres de familia. Ejemplos sobran. Los estudiantes también pueden ser chivos expiatorios, llamarlos flojos, decir que están desmotivados, que sus padres no son lectores y que eso influye es descubrir el hilo negro. Vale la pena insistir en algunos puntos que se pierden en el discurso autojustificatorio. Primero, los programas institucionales de promoción a la lectura han fracasado, su principal logro es haber convencido a los niños y jóvenes que leer es aburrido, trabajoso, inútil; que no comprenden lo que leen porque son tontos, porque “no le echan ganas”. Nuestras escuelas, con todo y las reformas que se cargan más al aspecto administrativo y que ha convertido a los maestros en coleccionistas de formatos absurdos, en simples aplicadores de un programa que les es completamente extraño y ajeno, son espacios de aburrimiento, casi de reclusión en algunos casos, donde imperan más los castigos que los estímulos, donde se busca uniformar la apariencia y estandarizar el pensamiento. No olvidemos el pésimo papel que juegan los medios de comunicación, la verdadera secretaría de educación en este país, en este desbarajuste; no cumplen con los preceptos constitucionales, fomentan el fanatismo, el pensamiento mágico llevado al absurdo, sus argumentos telenoveleros justifican la doble moral, imponen modelos de comportamiento y apariencia que son ajenos a nuestra cultura, que ignoran a propósito los valores que creemos convenientes. Saben qué es lo peor, que es hora que los profesores y padres de familia no conocen los resultados que tuvieron sus alumnos e hijos, la información se queda en algunos medios como nota rutinaria anual y en algunos funcionarios que harán declaraciones tronantes para después olvidarse del tema, hasta el siguiente año. Los consejos educativos se entretendrán dictando reglas absurdas sobre la apariencia conveniente de alumnos y alumnas, sobre el largo de la falda del uniforme, sobre el color de tenis y zapatos, sobre el apego estricto a reglamentos absurdos que no favorecen el aprendizaje, y no le entrarán a la discusión de temas como los malos resultados académicos o los perversos programas de estímulo a la eficiencia docente. Lo que sea, menos entrarle directo al problema.

domingo, 2 de septiembre de 2012

DOCE AÑOS, DOS FRASES

Las claves del reto, las de su posible triunfo o derrota, las de su evaluación están en sus propias frases. Quizás ese sea el principal problema, los principios e ideología reducidos a simples aforismos que por lo mismo se quedaron en la superficie, sin poder anclar en el inconsciente colectivo. “Ganar el gobierno sin perder el partido”. Ese fue el primer reto. El problema es que comenzaron a perderlo desde el salinismo. La eclosión de un fenómeno de repudio popular que se volcaría en las urnas en julio del 88 los tomó desprevenidos. El Partido Acción Nacional se veía a sí mismo como la alternativa frente a un priismo corrupto, fincado en viejas prácticas corporativistas que secuestraban la libertad de elección de sus agremiados; creían ser el otro lado del espejo. Pero de tanto mirarse en él se fueron convirtiendo en lo mismo que reflejaban. Ante la disyuntiva, prefirieron transar con el PRI de siempre, por su miedo a un PRI renovado que fue empujado, tantito, hacia la izquierda. El debilitamiento del panismo tradicional, el de los principios, el representante de millones de ciudadanos que no cabían en un partido oficial caduco, el de la larga brega, comenzó cuando legitimó al salinismo a pesar del escandaloso fraude electoral, a partir de ese momento comenzó a arriar sus banderas y fueron raptadas por el partido del neoliberalismo institucionalizado disfrazado de revolucionario. Tradicionalmente el poder priista estaba apoyado en los “sectores” obrero, campesino y popular, allí se daban los primeros jaloneos y acuerdos por posiciones políticas en las cámaras, en el gabinete, en los estados, en los municipios, en la burocracia interna del partido. Cada dirigente se encargaba de “controlar” el pedacito que le tocaba y entregaba cuentas al escalón siguiente de la pirámide, hasta llegar a la cúspide, la presidencia de la república y del partido; y de allí corría en sentido contrario, todo bien amarradito. Carlos Salinas pretende cambiar, sustituyéndolos, esos equilibrios; su inmensa megalomanía (nunca tan bien empleado el pleonasmo) busca destruir esos tres sectores y hacer una controlable masa amorfa llamada Solidaridad, y es que el neoliberalismo transita por el debilitamiento de los gremios que pretenden, aunque sea en el discurso, defender ciertos derechos históricamente ganados. Perdida la primera oportunidad de cambiar esa manera de hacer política, en el 2000 la inconformidad ciudadana vuelve a expresarse, la derrota tricolor, antes impensable, quedó al alcance de la mano. Desgraciadamente para el PAN, su candidato oportunista: Vicente Fox, representante de ese neopanismo pragmático y sin raíces, desplaza de las decisiones a su partido y queda en manos de una manada de farsantes ampulosamente llamados “head-hunters”. Se ganó el gobierno pero se perdió al partido. El bono democrático se tiró a la basura y se hicieron los tratos cupulares con los viejos resortes del poder, con el sindicalismo más corrupto y rancio de los petroleros, del SNTE y de la miríada de agrupaciones que habían resistido, aunque fuera conservando el nombre y parte de su membresía, a los embates del salinismo en su versión zedillista. También se solapó la corrupción de gobernadores y presidentes municipales; es cierto, el PRI se fragmentó pero conservó su pegamento: la corrupción. “Haiga sido como haiga sido”. La frasecita retrató todo el sexenio calderonista, se perdió la brújula de la ética pública y política, otra vez, como en los más de 70 años de predominio tricolor, el fin justificando los medios, por muy ilegales y dañinos que sean estos. Perdida la legitimidad interna y externa se buscó darle la vuelta a la aprobación popular imponiendo una guerra cuyas víctimas mortales sobrepasan las 90 mil, según cifras oficiales del INEGI; también hay cientos de miles de desplazados que prefieren perder lo ganado con muchos años de trabajo y esfuerzo por quedar a merced de la violencia e inseguridad. Caso paradójico, la necedad y autoritarismo calderonista impidieron que se acordaran las reformas estructurales que tanto busca el neoliberalismo para apropiarse de lo poco que queda, y que son, además, coincidentes con el priismo que llega impune con todas sus mañas para comprar y coaccionar el voto. Por eso la recurrente crisis económica que tiene postrada a la zona euro no nos ha pegado tan fuerte. No por la fortaleza ─en realidad inexistente─, de la economía mexicana, si no por los frenos puestos por la falta de esas reformas con las que vuelven a amenazar. No por nada se pierde ahora el gobierno, el panismo se quedó sin banderas, no sólo perdió la batalla contra la corrupción, se sumergió en ella hasta ahogarse, dejó de ser funcional para unas cúpulas empresariales que tomaron partido por el otro lado del espejo, total son lo mismo. Queda la incógnita de qué tanto aprendió la lección la izquierda partidista, porque la otra, la social, parece tener más claro el panorama. Para el PAN, sería un suicidio refundarse al estilo felipista; hay que regresar a los orígenes, recuperar los ideales y las banderas, porque hoy existen dos partidos de derecha en México, el blanquiazul y el “nuevo” PRI, y esa redundancia paraliza y volverá obsoleto y prescindible a alguno de los dos.