domingo, 24 de julio de 2011

CALIFICACIÓN PENDIENTE

Allí están los datos, acomodados de la forma más lucidora posible aunque sea la más incomprensible, ¿cómo esperar que un ciudadano cualquiera se lea hojas y hojas de autoelogios con chispitas de cifras que pretenden justificarlos? Imposible.

Más que dar cuenta de una obligación legal, los informes de gobierno se convirtieron en una coyuntura esperada y previsible, es la fiesta con que una administración municipal o estatal celebra a su titular. No quiere decir que es mejor que no se haga, al menos es una oportunidad para verle las entrañas al monstruo que constituye el creer que se gobierna un municipio o un estado.

A final de cuentas, el ciudadano tendrá la idea de su gobernante que le provoque el enfrentamiento cotidiano con las primeras figuras de autoridad, con el policía, el agente de tránsito, el ministerio público, el burócrata de ventanilla, el profesor y director de la escuela; o las ausencias de los mismos, que también pesan. Cuenta la existencia o no de los servicios públicos, su buena o mala calidad, como el transporte público, las vialidades, la disponibilidad de agua potable, el ordenamiento urbano, las áreas verdes y zonas de esparcimiento, el goce cotidiano del arte y la cultura.

Si algo queda claro después de revisar el texto de 142 páginas –incluyendo fotografías grandototas―del informe de la Presidencia Municipal de Querétaro, que por ser el más grande y que mayores recursos maneja tiene prioridad, es que “administrar” una ciudad de 1 millón de habitantes tiene su complejidad y su mérito. Por lo mismo ¿cómo evaluar? ¿Cómo saber si el presupuesto se utiliza en lo más importante? ¿Qué calificación merece?

Parece necesario partir de un falso consenso, creer que se hace lo indiscutible, que se interpretan con fidelidad los deseos de la gente, que lo que se hace está legitimado de antemano, por tanto la crítica sale sobrando: “Hace casi dos años convocamos a todos los habitantes del Municipio a construir y a compartir una visión común para el futuro de Querétaro”, la pregunta es obligada, ¿cuál es esa visión común y entre quienes la “vieron”?, principalmente porque implica el ejercicio de una buena cantidad de presupuesto público, en 11 meses: “la presente administración ejerció 2 mil 689 millones 846 mil 882 pesos”, comparado con: “un total de ingresos de 2 mil 960 millones 485 mil 533 pesos”, lo que significa que hay un guardadito, pero lo importante es que no existe una valoración de si es poco o mucho de acuerdo a un diagnóstico certero de necesidades. Lo que sí es que hay un deslinde respecto del gobierno estatal que no es de su partido: “el 51.5% correspondió a ingresos propios y el 48.5% a ingresos de origen federal”. Pero hay algo que hay que llenar y por eso la necesidad de legitimarse, lo dice el psicólogo social Pablo Fernández Christlieb: “Tal vez la tragedia de la época contemporánea, esa tragedia que se llama desánimo, desgano, descorazonamiento, desaliento, hastío, aburrimiento, es por el hecho de que los pensamientos que se producen son muchos y pueden ser verificados y correctos, pero no creídos, no habitados, y por lo tanto uno está ausente de ellos”.

Por lo menos se hace política, eso lo señalan la forma en que se toman las decisiones en un cuerpo colegiado como es un Ayuntamiento: “celebramos 30 sesiones de Cabildo: 24 ordinarias, cuatro extraordinarias y dos solemnes, en las cuales autorizamos 388 acuerdos: 324 por unanimidad y 64 por mayoría”, para que luego no salgan los otros partidos con regidores diciendo que no se les hace caso, obligándolos a ser corresponsables, sería bueno que ellos hicieran su propia evaluación y la dieran a conocer.

Lo demás son cifras y cifras acomodadas en 4 ejes de gobierno, pero resulta casi imposible aquilatarlos en conjunto, no se mencionan antecedentes, no se confrontan con necesidades, de qué sirve saber que se reforestaron “67 mil 200 m2 con plantas nativas del Municipio” si al mismo tiempo “Revisamos y autorizamos 17 proyectos inmobiliarios que representan 6 millones 210 mil 749 m2 de tierras para la construcción…”. O que se utilizaron “102 millones 587 mil pesos del recurso federal SUBSEMUN en el rubro de equipamiento para la adquisición de armas cortas, largas y municiones”, mientras que “Logramos asegurar 10 mil 635 kilogramos de mariguana, 276 dosis de cocaína, 63 dosis de metanfetamina, 188 pastillas psicotrópicas y 51 armas de fuego”.

Como dijimos antes, la valoración dependerá del contacto directo del ciudadano con su cotidianidad territorial y del oso que haga la propia autoridad municipal con las obras grandototas, como la pifia del llamado Distribuidor Capital, y todo por rescatar a un funcionario que lo mejor que le sale de la obra pública es la ineficacia y la polémica.

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