sábado, 4 de mayo de 2019

LOS AÑOS Y LOS DÍAS

Joaquín Córdova Rivas A veces hay que dejar pasar algunas conmemoraciones para que los temas se “enfríen” tantito, no porque dejen de tener importancia o se intente disminuir su impacto cotidiano, sino porque también hay que evaluar las reacciones —muchas irreflexivas, en automático— y rescatar lo más valioso. Son 100 días no cien años. Así comenzaba un análisis de ese número de jornadas que como número mágico quién sabe de dónde salió. En días un sexenio tiene 2,190. ¿Por qué menos de una vigésima parte va a ser indicadora de algo que ni se sabe, que está perdido en un futuro incierto? Lo más rescatable y que había mencionado en un texto anterior, el “pegamento” de esas ideologías contradictorias que llevaron al poder al presidente es la lucha contra la corrupción, que, junto con un gobierno austero, serán suficientes para cambiar el rumbo del país, al menos esa es su premisa básica: recursos sí hay, pero se los robaban. La duda que surge es si el neoliberalismo es viable sin corrupción, yo creo que no, y esa confrontación queda pendiente. Las mujeres y su día internacional, la conmemoración que interpela a todos saltándose la frontera de los géneros. Mucho análisis y poca voluntad. Hay avances, eso es innegable, pero han costado mucho y las reacciones en contra se vuelven violentas, allí están los feminicidios, las mujeres son violentadas en el espacio que debiera ser más seguro: el refugio familiar, lugar de supuesta convivencia pacífica aislado, en algo, de los otros que por lo mismo se vuelven incontrolables. Son violentadas por sus parejas que las sienten como propiedad, sujetas a un poder patriarcal, machista, sustentado por siglos de dominación ejercida a través de instituciones que predican la comprensión y la piedad como coartada para hacer lo contrario. Los hombres también mueren, pero mayoritariamente en espacios públicos y víctimas de otros como él, por motivos que poco tienen que ver con esa afectividad enfermiza que convierte a una persona en propiedad de otra. Allí están los datos, refregándonos en la cara una realidad que ya no se puede ocultar: «...a diferencia de los mecanismos de defensa inherentes en el ser humano, la violencia se aprende, tiene una intencionalidad y está tan normalizada en la sociedad “que se encuentra inserta en la publicidad, en el humor, en los memes y en diversos productos y programas que forman parte de nuestro día a día”. [...] “En el caso de la violencia de género, sobre todo hacia las mujeres, sabemos que se asume cultural y socialmente que está condición sexuada es inferior en capacidades, en aporte a la humanidad y hay que dar cuenta que estas violencias pueden ocurrir en la calle y en el espacio privado, dentro del hogar. Y que parece que el motor detrás es controlar a las mujeres, suprimir la libertad de decisión y acción”. ONU Mujeres estimó que de las 87 mil mujeres asesinadas en 2017, más de la mitad de los homicidios fueron perpetrados por las parejas sentimentales o los familiares.» http://www.gaceta.unam.mx/la-violencia-no-es-natural-se-aprende/ Tania Rocha Sánchez, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM entrevistada por: Magali Espinosa / Damián Mendoza, Nayeli Manuel UNAM Global. Mar 4, 2019 «Este sistema es complejo y difícil de erradicar, y no ocurrirá sólo por medio de leyes y reglamentos o políticas públicas, se requiere además de cambios culturales en cuanto al significado que tiene lo femenino y lo masculino, y cómo se traduce en prácticas sociales. [...] Un rezago a superar es la división sexual del trabajo, porque ellas se incorporaron al empleo formal, pero los varones no se integraron a las tareas del hogar, del cuidado y responsabilidad familiares, “y ahí viene el concepto de la jornada doble y hasta triple para las mujeres”. [...] las labores que hacen ellas en sus casas supera el valor económico y es imposible valorizarlo en dinero, “porque no puede ponerse precio al cuidado de los hijos, al apoyo emocional, sentimental y de cuidados que dan”.» Pero el control se cuela hasta en lo más sensible y cotidiano «Patricia Castañeda Salgado, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), indicó que los estereotipos de género son un tipo de violencia. En general se trata de “una imagen fija y al mismo tiempo prefijada; es una manipulación de la realidad que genera una idea que no se cuestiona”. Es un ideal aspiracional que, en el caso de ellas, consiste en ser delgadas, de cabellos largos y, de preferencia, blancas o rubias. Eso conduce a que, a veces, las personas que no responden a ese modelo sean violentadas o se violenten a sí mismas.» http://www.gaceta.unam.mx/persiste-la-desigualdad-entre-hombres-y-mujeres/ Laura Romero / Guadalupe Lugo. Mar 7, 2019 Parece que no hay para donde hacerse, además de la violencia en la familia, en el noviazgo, en las relaciones de pareja en general, la corrupción y el crimen organizado tienen como víctimas preferidas a las mujeres, la cosificación lleva a verlas como simples mercancías en un mercado que parece no tener límites, allí también la educación, escolarizada o informal, tiene mucho qué hacer: sin demanda la oferta se cae. Mientras, hay mecanismos alternos, con las becas para educarse y capacitarse muchas jóvenes podrán tener algo de independencia económica, por lo menos no ser percibidas como una carga a la economía familiar que no valora el trabajo doméstico ni el cuidado de los demás, su permanencia en la escuela y su avance académico servirá para empoderarlas en un contexto sensible a ese tipo de argumentos. Hay muchas cosas por hacer y por cambiar, el entorno parece favorable a pesar de la resurrección de grupos conservadores que, hipócritamente, llaman a la paz utilizando la violencia.

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