jueves, 17 de diciembre de 2009

PROSPECTIVA 2010

Joaquín Córdova Rivas

La propuesta parecía atractiva pero en algo frustrante. Hacer un número monográfico sobre lo que se espera el próximo año suena más a tarea de adivinos y charlatanes que una cosa seria, pero la tentación por siquiera hacer el intento tampoco es despreciable, así que caigamos en la provocación.
Y es que según el diccionario de la Real Academia Española la palabra prospectiva viene del latín prospicere que significa mirar, pero no es cualquier mirada, no es al menos la del voyeur, palabra francesa que designa a quienes gustan de mirar a personas en situaciones íntimas o eróticas, sino las del curioso que armado de sus conocimientos y experiencias intenta hacer un “Conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro, en una determinada materia”. Allí está el intríngulis del asunto, hay que mirar al futuro.
Usted amable lector estará de acuerdo que ninguno de los sentidos con que nos dotó la naturaleza sirve para ver tan lejos en el tiempo, las herramientas tendrán que ser otras, quizás las enlistadas antes, los conocimientos y las experiencias, pero esas sirven para hacer posmoniciones, es decir, para saber lo que ya pasó; para las premoniciones hay que agregar la imaginación.
Comencemos pues. La producción de Magazine Televisión consultó a la ciudadanía sobre lo que espera en los últimos tres años de la administración de Felipe Calderón, las respuestas, como es lógico, fueron variadas y algunas hasta divertidas, se me ocurrió imaginarme qué podría haber respondido si alguien se hubiera tomado la molestia de preguntarme ¿Qué espera del gobierno de Felipe Calderón? Respuesta: que se termine. Tenemos pues, una primera predicción: nos la vamos a pasar el 2010 en la batalla por encontrarle pies y cabeza a la propuesta de reforma política del ejecutivo federal, porque de alguna manera tiene que encarar la difícil tarea de festejar el bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución; siendo ideológicamente contrario a esos movimientos sociales hay que centrar la atención en cambios que busquen deshacer el monopolio de la representación política de los partidos, pero eso no podrá hacerse desde el Congreso, las cúpulas partidistas no se van a suicidar teniendo la mirada y la ambición puestas en el 2012, porque si los festejos mencionados se ponen a bordar sobre esas viejas demandas y anhelos capaz que los resucitan y eso es impensable para un partido de derecha de los antigüitos. Cosa diferente pudiera suceder si la reforma propuesta fuera dirigida a la ciudadanía en su conjunto, a sus organizaciones sociales, apostando a la movilización pero ¿cómo se hace eso metidos en una guerra contra el narco que se libra en las calles y con las fuerzas armadas fuera de los cuarteles?
Aún así algunos de los poderes fácticos, que se refieren según el diccionario mencionado a: “El que se ejerce en la sociedad al margen de las instituciones legales, en virtud de la capacidad de presión o autoridad que se posee; p. ej., la banca, la Iglesia, la prensa”. Tendrán que ceder terreno debido al excesivo desgaste y abuso de su poder extralegal. Ya se está viendo el alto costo político que tiene mantener al duopolio televisivo, o las modificaciones a las constituciones de los estados que imponen creencias religiosas a todos, o los altísimos costos de las prácticas agiotistas de nuestro sistema bancario. Si no tienen la sensibilidad para retroceder corren el riesgo de que otro poder los sustituya completamente ¿el ejército?
Pocas figuras sociales destacan en el firmamento opaco y mediocre mexicano, de los que seguirán aprovechando los reflectores por ser considerado como una voz diferente seguirá siendo: el rector de la UNAM, que ya escogió las batallas en que sabe que puede ganar, la primera, la propuesta de un proyecto de Nación (así, con mayúsculas) aprovechando la riqueza cultural y científica que contiene una Universidad Nacional bien posicionada internacionalmente. La segunda, enmarcada en la anterior pero que merece una consideración aparte, el deslinde del que podría despegar como el único proyecto visible y “exitoso” del calderonismo, las reformas integrales a la Educación Básica (RIEB) y a la Educación Media Superior (RIEMS) y su apuesta por una educación basada en “competencias”. Ambas con un soporte único y fácil de tirar, la prueba ENLACE.
Lo queretano resulta más fácil de adivinar. Terminará la “luna de miel” de los ciudadanos con el nuevo gobierno, no gracias a la actividad opositora del resto de las fuerzas políticas que buscan acomodarse al cambio en los colores y en la redacción de los lemas, sino por el afán revanchista de algunos priistas que se vieron desplazados 12 años de las definiciones y los negocios. Se ve difícil un ataque directo a la figura del gobernador lo que hace más fácil pegarle a alguno de sus inexpertos colaboradores o a alguno de los viejos que no se han percatado que las cosas no pueden ser como antes, aunque su cerebro y sus deseos les digan lo contrario. Predecir una desilusión ciudadana total es casi imposible, los desastres que dejaron las administraciones panistas dan mucha ventaja, pero si no se ventilan se pueden revertir, por eso hay que escarmentar en algunos que resulten representativos por lo desastroso de su gestión ¿qué le parecen los ex de la CEA y de obras públicas estatales?
Las presiones sobre el sistema educativo estatal serán brutales, principalmente en educación media y superior. Para nadie es desconocido que uno de los principales apoyos del gobierno anterior era y sigue siendo la gran cantidad de escuelas privadas y su ideología conservadora, los caminos para neutralizar esa situación serán dos: llevarlas al cumplimiento estricto del marco legal constitucional y reforzar significativamente la educación pública masiva, laica y de calidad; eso traducido en cambios urgentes y reforzamiento de la UAQ, el COBAQ, CECYTEQ, meter en estos sistemas a personas que sepan de educación y no a simples administradores o a cuates del rector y del director general respectivamente, como suele suceder.
Podemos seguir imaginando el futuro, pero entre más temas se incluyan se incrementa el margen de error, además no se trata de hacer una lista de buenos deseos, hasta lo malo hay que verlo, las resistencias a cambiar las cosas serán importantes, hay que contar con ellas y saber convencer.
Sería bueno hacer un corte a mitad del 2010 para ver si en algo atinamos o hay que corregir, conocer los factores que no se tomaron el cuenta y que corrigieron el curso de la historia.

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