domingo, 11 de marzo de 2018

DISQUE AUSTERIDAD

DISQUE AUSTERIDAD Joaquín Córdova Rivas En el ámbito público, las políticas de austeridad son una forma de agresión. Principalmente porque los recortes de gastos caen en los que menos ganan, ya mero los que deciden que hay que ser austeros, se aplican esas medidas, claro que no, si alguien lo decide es para aplicárselo a los demás. Padecemos de varios ejemplos, los trabajadores al servicio de los poderes del estado de Querétaro no han recibido aumento salarial alguno en lo que va del año, con todo y que, se supone, ya está acordado y firmado, a ver si para esta quincena les llega. Otro, los trabajadores que cumplen con la antigüedad y hasta el ilegal incremento en la edad para jubilarse, se las están viendo negras para ejercer tal derecho, que porque no hay dinero para pagar los finiquitos —hay retrasos hasta de dos años y amenazan con que serán más—, y al parecer la lista de trabajadores “atorados” o pendientes del dictamen correspondiente por la Cámara de Diputados crece sin que haya mayor esperanza que la espera indefinida. Ya en otros textos hemos planteado la inexistencia de los fondos requeridos hasta para implementar la demagógica reforma educativa. Mientras esto sucede, vía nuestros impuestos y la poca o insuficiente infraestructura pública, crecen los fraccionamientos, condominios o edificios de lujo que buscan satisfacer la necesidad de aparentar de nuestras élites políticas, económicas y religiosas. Para ellos la austeridad no existe. Lo que está detrás de mecanismos como estos, es una forma más de transferencia de riqueza de los más jodidos hacia los más pudientes, sin que las cúpulas sindicales, ya muy “entregadas” a los intereses ajenos a los de sus agremiados, hagan nada por revertir esa tendencia. ¿De veras el gobierno y sus partidos esperan que las víctimas directas de sus decisiones y omisiones voten por ellos? Como que ya no es tan seguro como antes. Conste que no nos referimos al significado bondadoso de la austeridad que definen los diccionarios como el de la RAE: «1. adj. Severo, rigurosamente ajustado a las normas de la moral. 2. adj. Sobrio, morigerado, sin excesos. En esa época, llevaba una vida austera, sin lujos. 3. adj. Agrio, astringente y áspero al gusto. 4. adj. Retirado, mortificado y penitente.» O la santa Wikipedia: «Austeridad se define como la capacidad de una persona de administrar sus bienes materiales y riqueza de una manera justa y sencilla sin lujos o extras empequeñeciendo sus gastos en lo esencial.» El otro, el que estamos comentando, es tan evidente que hasta analistas del espectro ideológico contrario han alertado sobre sus efectos, por ejemplo, Diego Castañeda de la Revista Forbes ha señalado que: «Después de todo, la austeridad –tal como ha sido entendida por los hacedores de política pública en México, con la serie de recortes que se han realizado en los últimos años, y como se ha entendido en el resto del mundo– no ha tenido un efecto positivo. [...] La austeridad, como se ha aplicado en México y en especial en Europa, ha sido característicamente nociva para la actividad económica. Ha producido tasas de crecimiento mediocres y causado un innecesario malestar social. [...] Durante los últimos años, México ha realizado fuertes recortes a la inversión pública, llegando a niveles 40% por debajo de la media de los países en desarrollo. A tales recortes se han sumado otros a la educación pública, a la salud y en general a la provisión de bienes y servicios públicos de calidad. Todos los anteriores, precursores del crecimiento económico sostenible en el tiempo. [...] La apuesta de la austeridad es la del abandono del Estado de las actividades que fomentan el crecimiento, es el abandono de los mecanismos que favorecen el desarrollo económico. [...] Los países con políticas de austeridad severas como Italia, España, Grecia o Portugal no sólo tuvieron un impacto negativo en su crecimiento de corto plazo, sino que han tenido un efecto permanente en su crecimiento potencial; el costo de la austeridad no es sólo crecer menos hoy, también es crecer menos por años y años en el futuro.» https://www.forbes.com.mx/los-peligros-la-austeridad-mexico/ Pero aquí nuestros gobernantes no tienen una visión siquiera desarrollista, a ellos les importa la austeridad como la forma corrupta de seguir aprovechando lo poco de margen que le pueden sacar de ganancia a los servicios públicos indispensables para eternizarse en el poder y echarse el dinero a la bolsa, aunque tengan que hacer maromas financieras por diversas partes del mundo. Mientras, los efectos de tales medidas disque de austeridad, las pagan las mayorías con un declive en su calidad de vida actual y en las esperanzas de vivir mejor de las generaciones siguientes, pero a nuestros funcionarios neoliberales eso les importa menos que un cacahuate.

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