sábado, 20 de mayo de 2017

NIÑOS EN CRISIS

Joaquín Córdova Rivas No votan, no marchan porque no es su manera de expresarse, pocas veces se les considera para consultarles su opinión, de hecho, infantia “no significa puramente en latín «incapacidad de hablar», puesto que el verbo fari no es simplemente «hablar», sino hablar o expresarse en público, o si se quiere, expresarse de una manera inteligible para otros”. Por lo cual se considera a la infancia como el periodo de tiempo entre el nacimiento y los 7 años, porque a esa edad los niños “comenzaban a acudir a los ludus o escuela de primeras letras, y empieza a tener una expresión pública”. http://etimologias.dechile.net/?infancia Por adjudicarles esa incapacidad de no poder hablar, o de que no se les entiende lo que pueden expresar, los adultos lo hacemos por ellos, o al menos eso queremos hacernos creer. Y entonces el llamado día del niño (y de la niña, por si hace falta aclararlo) es uno en el año, debe ser el 30 de abril y “celebrarse” dándoles dulces, comida chatarra o algún regalo para irlos convirtiendo en consumidores de cosas que ni necesitan, y eso si bien les va. Pero cualquier fecha sirve para repasar la situación de esos infantes mexicanos, que solo están en crisis en las mentes malvadas de los adultos que no creemos en la propaganda oficial. Evitando caer en el fetiche comercial, UNICEF México presentó el 3 de mayo de este año, su Informe Anual 2016, en el apartado inicial con el título “Una oportunidad justa en la vida”, señala que «En México, un tercio de la población —unos 40 millones de personas—, son niños, niñas y adolescentes, de los cuales 21 millones (el 54%) viven en condiciones de pobreza y 1.5 millones sufren desnutrición crónica.» Los números puede que pasen desapercibidos en nuestra mente apabullada cotidianamente por cifras que parecen absurdas si no fueran ciertas, pero saber que más de la mitad de nuestros niños viven en pobreza, contrasta con la campaña oficial que nos quiere convencer que estamos cada día mejor, y que señalar cosas como estas es por ganas de llevar la contraria. Saber que, con todo y la millonada que supuestamente se gasta en programas sociales, en mantener nuestra moneda en niveles “aceptables”, que a pesar de las bondades de las reformas estructurales, que nos están llevando directo al paraíso, tenemos un millón y medio de infantes en desnutrición crónica, constituye un golpe al ego público nacional y un desmentido a los economistas que se desgañitan en los noticieros preguntando “¿cuál crisis?” Muy en su papel, UNICEF presenta las acciones que realiza para disminuir o intentar acabar con esa absurda realidad, nada digna de la decimosegunda economía del mundo. Si alguien quiere saber de esos afanes, convencerse de que hay que hacer algo, o por lo menos convertirse en donador si el tiempo no le alcanza para contribuir de otra manera, puede entrar al sitio www.unicef.org.mx o en http://bit.ly/2ptXJle En el apartado llamado “Protección Integral de Derechos” se menciona que «En México, 6 de cada 10 niños han vivido algún tipo de violencia en el hogar, y la mitad de las y los adolescentes del país, han sufrido algún tipo de agresión psicológica.» Como era de esperarse en un país que padece de una espiral de violencia, el contexto de desarrollo infantil necesariamente refleja sus efectos; ese ambiente de supuesta guerra contra el narcotráfico que se desarrolla en nuestras calles y espacios públicos, y no en las cuentas bancarias de los cárteles y de nuestros corruptos gobernantes, permea los espacios más íntimos, y los niños también son víctimas en ese contexto familiar que debería protegerlos y garantizarles derechos para su desarrollo adecuado. Hay que mencionar que los datos corresponden a cifras oficiales, principalmente de la Encuesta Intercensal 2015 realizada por el INEGI. Tanto que se habla de la supuesta Reforma Educativa y no hemos podido cumplir con lo más básico. En lo correspondiente a Educación de Calidad para Todos, encontramos que: «En México, más de 4 millones de niños, niñas y adolescentes están fuera de la escuela. Además, más de 600 mil podrían dejarla si no se crean estrategias para evitarlo.» Esto ya lo conocíamos, cada año más de medio millón de niños y jóvenes mexicanos son abandonados por un sistema educativo que cuida más la disciplina y las formas, que en promover algo tan indispensable y barato como la lectura, y es que leer nos vuelve reflexivos y críticos, y eso a nuestro gobierno no le conviene, no podría comprar votos, ni indigestarnos con su verdad histórica, ni convencernos que la crisis habita en nuestra mente y no en la realidad del día a día. ¿Cuál es el presente y el futuro de esos 4 millones que ni siquiera están en la escuela? Hay que romper con esa definición etimológica de infancia, que más parece condena, organizaciones especializadas en trabajar con este segmento de la población lo tienen bien claro: «Contar con las voces de las y los niños y adolescentes es fundamental para guiar las políticas que tienen impacto en sus vidas, por ello UNICEF apoyó la creación de una Guía nacional sobre participación infantil y realizó foros de participación infantil en Ciudad de México, Coahuila, Guerrero, Nuevo León y Sonora.» Hay que realizar foros de esos en nuestras escuelas queretanas, bien hechos, sin la intención de manipular sus efectos y resultados, con la asesoría y vigilancia de quienes saben hacerlos. Como bien dijo Christian Skoog, representante en México de esta organización: “La visión de UNICEF para los próximos años es un mundo en el que nuestro trabajo ya no sea necesario, un mundo en el que cada niño esté sano, seguro, educado, atendido y protegido. Por ello, cada año continuamos redoblando esfuerzos, para trazar nuevos caminos que permitan colocar en la agenda nacional a la niñez en condiciones más vulnerables.” En eso debemos coincidir todos.

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