domingo, 22 de abril de 2012

LAS DIFERENCIAS EXISTEN

“…la clase media es como una categoría vacía que a veces opta por la derecha, a veces por la izquierda, como que le falta consolidarse ideológicamente. Y eso ocurre siempre: hoy está parada en un lugar, mañana puede estar en otro. Si vamos a los textos, remitiendo a Sebreli, quizás porque no está ligada en forma directa con la producción –no es el patrón ni el obrero–, como hace un trabajo más simbólico le cuesta más llegar a una conclusión de cuál es su papel dentro de la sociedad. Pero clases medias, como dice Maristella Svampa, hay muchas. Están las clases medias retrógradas, que apuntan a la derecha, y las clases medias progresistas, que apuntan a un bien común amplio e inclusivo. Esa tensión está todo el tiempo.” Juan Carlos Domínguez, cineasta, autor del documental Clase Media, entrevistado por Marcela Mazzei en Revista Ñ Digital, Abril del 2012. Nuestras campañas electorales presidenciales no terminan de cuajar, quizás parte de la responsabilidad sea de los medios de comunicación que se han limitado a informar el día a día, sin articular las propuestas, sin ponerlas a tiro para que sean profundizadas por los candidatos o los partidos que los apoyan. Estamos cayendo en lo meramente anecdótico, en los errores cotidianos, algunos de fondo pero muchos de simple forma, el problema es que no los diferenciamos ni los dimensionamos adecuadamente. Afortunadamente el proceso electoral ha transcurrido sin problemas de inseguridad, esa calma chicha debiera permitir un espacio para reflexionar en lo que se ha dicho, por ejemplo, en ese tema, dos de los candidatos siguen insistiendo en mantener la estrategia actual: el ejército y la armada en las calles casi por tiempo indefinido, el establecimiento de una fuerza policial nacional militarizada; del otro lado, el énfasis en ponerle límite preciso, seis meses, a la militarización del país; el atacar las causas y no sólo los síntomas reforzando y reformando el sistema educativo, promover empleos para evitar que el crimen organizado se alimente de jóvenes aprovechando el desempleo y falta de oportunidades educativas, el cultivo de un modelo de convivencia social basado en la solidaridad, en la expresión y manejo de las emociones, de los afectos. El “tratamiento financiero” recetado a los países europeos tendría que estarse relacionando con las deshilachadas propuestas económicas en el nuestro. Diferenciar a los candidatos que insisten en seguir aplicando las “reformas” que hundieron a ese continente en el caos financiero, donde unos pocos ganan muchísimo y muchísimos pierden lo poco que les va quedando, y el que propone rescatar lo que queda del modelo llamado “estado de bienestar”, modernizarlo sin perder esa esencia y ambición para combatir las desigualdades provocadas por un falso “mercado libre”. Aquí vale un apunte, resulta que el candidato de las izquierdas es el que se ve como conservador porque busca evitar las “reformas” que el consenso (de Washington), quiere vendernos como indispensables para “seguir progresando”, aunque de lo que se trata es de desmantelar las instituciones sociales que han costado años y esfuerzos construir y que comprobaron su pertinencia y eficacia, no es un regreso al pasado, es aprovecharlo para avanzar sobre él, no tirarlo a la basura como hacemos cada seis años siguiendo las modas impuestas desde otros intereses. Aprovechar la crisis en la relación España-Argentina, la nacionalización de la empresa YPF (Yacimientos Petrolíferos Fiscales) para contrastar públicamente las posiciones al respecto. Quiénes son capaces de delimitar los intereses públicos de los privados, quiénes no tienen empacho en utilizar a los gobiernos para defender capitales que operan sin más brújula que la máxima ganancia sin importar nacionalidad, ni ética, ni solidaridad alguna. Por eso la cita con la que comenzó este texto, porque se interroga sobre la falta de identidad de la clase media, que le queda a la de cualquier país latinoamericano, que muchas veces se muestra confundida para identificar sus intereses y la forma de articularlos con las otras. Saber dónde están las contradicciones, los engaños, las manipulaciones. Hay que recuperar nuestra historia y experiencia, un profundo conocedor de la industria petroquímica el Ing. Heberto Castillo ―que muriera en abril de 1997 a sus 68 años―, decía que el petróleo producía riqueza donde se consumía, no donde se producía; que la división en petroquímica básica y secundaria era un invento de nuestros políticos para saquear y entregar PEMEX a los amigos del presidente en turno. Poco o nada ha cambiado. En fin, esperemos que los dos debates obligatorios sirvan para establecer algunas diferencias importantes, que las hay, entre los candidatos presidenciales y sus propuestas, que se note que atienden a intereses opuestos, que sirvan para saber de qué lado estamos, que no nos pongamos la soga al cuello y le demos el jalón nosotros solitos.

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