martes, 6 de octubre de 2009

MERCEDES SOSA

Dicen los filósofos, que si hay algo que a los humanos nos diferencie de los animales es saber que nuestra vida tiene un límite, que hagamos lo que hagamos o dejemos de hacer de todas formas vamos a morir. Esa certeza, quizás la única que nos queda, debiera llevarnos a convivir de una forma racional, a prever las consecuencias de nuestras acciones sobre los demás, a identificarnos con los que tendrán el mismo fin, a no hacernos daño pase lo que pase.
Pero algunos se creen inmortales y lo racional se lo dejan a los demás, creen que como pueden comprar casi todo también pueden comprar la vida, la suya y la de los otros.
Todo este rollo lo provocó la muerte de la cantante y excepcional ser humano Mercedes Sosa, esa que le daba voz y gracias a la vida, la que le cantaba canciones de cuna a los niños olvidados y sacrificados por estas ansías desmedidas que tienen algunos de riqueza y poder, la que le prestó sus pies cansados a esos miles de refugiados para volver a su tierra aunque fuera con la imaginación, la que protestaba contra los gorilas militares que sólo piensan en hacerse dictaduras enarbolando falsamente el bien común.
Mercedes Sosa no fue cualquier cantante, su importancia está más allá de cantarle a las aventuras y a las desventuras, a oponerse a los abusos de los que se creen dueños de los demás, a cantar a favor de los derechos humanos de todos y para todos, a confiar, quizás vanamente en el resto de sus congéneres. Sino porque fue un referente para una generación que ve el mundo de forma diferente, que cree que hay más cosas que nos unen y que la riqueza y el poder son para compartirlos, porque si se concentra en pocas manos se pudre y envenena todo lo que lo rodea.
Las dictaduras no se llevan con la inteligencia, son profundamente ignorantes y le temen hasta a su sombra, lo decía la propia Mercedes Sosa: "Los premios no son sólo porque canto, son porque pienso. Pienso en los seres humanos, en la injusticia. Pienso que si yo no hubiera pensado, otro sería mi destino", para los ignorantes con poder quienes piensan son más peligrosos que sus más profundas pesadillas, por ello dan muestras de su saña cuando detienen y asesinan a personajes como el obrero Víctor Jara, que por cantarle a sus semejantes, por desnudar artísticamente la explotación laboral fue objeto de tortura e incluso le cercenaron las manos para que no pudiera tocar su guitarra antes de matarlo. Pero su obra queda allí, como reproche a esos que le tuvieron miedo.
El tema da para mucho pero hay otro que se atraviesa, esta vez sobre el desvío de fondos públicos para pagar, ilegalmente, comisionados sindicales y aviadores en la secretaría de educación del estado, con fondos federales transferidos. Coincido con los comentarios escritos hasta el momento, falta darle una buena revisada a todas las instituciones educativas, no creo que alguna se salve del cuestionable manejo de sus finanzas, en todas se crearon puestos de alto nivel, con salarios altísimos para repartirlos entre los cuates, se privilegió el amiguismo a la eficiencia y al conocimiento del tema, fueron verdaderos cotos de privilegios para los compadres e incondicionales, que se sirvieron de los presupuestos públicos sin desquitar los sueldos y prestaciones, ¿para qué si estaban seguros de que se iban a quedar otros seis años? Y luego nos sorprendemos de que el país esté como está. Con más pobres, con más desempleo, con menos acceso a los servicios públicos porque ya hay miles de familias que no pueden pagar las tarifas del agua potable, de la electricidad, las carreteras, los combustibles y ese largo etcétera que adorna los discursos vacíos para meterle más la mano a nuestros bolsillos.
En fin, como cantan todavía, desde algún lugar de la conciencia de miles de seres humanos, Mercedes Sosa, Violeta Parra, Gabino Palomares y esa gran cantidad de cantautores la inteligencia y su canto son como la cigarra, que a pesar de que algunos la dan por muerta resucita y sigue cantando.

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