lunes, 15 de noviembre de 2021
domingo, 18 de abril de 2021
ESTÚPIDA OBEDIENCIA
ESTÚPIDA OBEDIENCIA
Joaquín Córdova Rivas
La
pandemia ha dejado salir lo mejor y lo peor de lo que somos. Los medios de
comunicación masiva se han dado vuelo mostrando lo que, a su pobre juicio,
dictado más por la búsqueda de audiencia que por lo ejemplificante del caso,
creen que es lo que debiera ser públicamente imitado o condenado.
Y
vuelven viral la excepción y no la regla, los cantantes de ópera en los
balcones de alguna ciudad italiana como si todo el país estuviera cantando, o
las multitudes chinas o japonesas que están casi condenados a usar el
cubrebocas para no respirar tanta porquería que flota en el ambiente de sus
contaminadas urbes, como si fuera muestra de la disciplina que hay que imitar
para sacarle la vuelta al coronavirus. O los elogios a la aplastante e invasiva
cyber vigilancia que en esos y otros países lleva a saber dónde y en qué
momento está cada ciudadano.
Pero
lo peor es esa aparente conformidad para seguir reglamentos, medidas
aparentemente legales, ocurrencias de gobernantes ignorantes, pero con muchas
ganas de hacerse notar y obedecer. Y allí está el problema: nos acostumbramos a
obedecer sin cuestionar, anulando el sentido común, lo aprendido en milenios de
historia, lo que nos ha dejado la academia y la experiencia ancestral, para
seguir instrucciones aplicadas por aparatos “de seguridad” que no tienen
absolutamente nada que ver con el control, contención o solución de un problema
global como muchos de los que padecemos.
Y
hacemos caso y hasta justificamos los “filtros sanitarios” en las carreteras,
que violan flagrantemente la libertad de tránsito, sin ninguna manera de
demostrar su efectividad más que contando el número de vehículos revisados, o
los que se impidieron seguir en su viaje, como si eso limitara los contagios.
Llegamos a la tontera de dejar pasar a quienes muestran un código de
reservación de un hotel o restaurante, como si los contagios tuvieran relación
directa con la capacidad económica de los viajantes. Aquí valdría la pena
recordar el repudio que provocara esa propuesta hecha por el infumable gobernador
de Guanajuato y el presidente municipal de su capital que se lamentaba del
turismo que “no gasta” y solo abarrota las calles y las ensucia, en su pobre
visión del “turismo” que ellos mismos promueven. Pues bien, ese repudio pronto
se olvidó y ahora se justifica para impedir el libre tránsito por carreteras
estatales o federales basados en una campaña de miedo que paraliza las neuronas
ciudadanas.
¿Cómo
se mide la capacidad de afluencia a una playa, a un bosque, a una plaza
pública, a un centro comercial? A capricho, no hay de otra. ¿A poco aplican un
“coeficiente” para dividir el número de metros cuadrados entre el volumen medio
que ocupa un mexicano obeso, típico producto de la mala alimentación impuesta
por la industria de la chatarra ultraprocesada? ¿O consideran la marea y la
fase lunar en el caso de las playas? ¿Miden también el espacio que ocupa la
mercancía en un supermercado, tienda de conveniencia o changarro cualquiera?
Claro que no, mandan a alguien que “a ojo de buen cubero” dicta el número de
clientes permitidos en cualquier espacio que se le ponga enfrente, con la
sabiduría que le da una credencial plastificada, quizás un chaleco mugroso por
exceso de uso y falta de lavado y la presencia de algún policía malencarado y
harto de seguirle la corriente a esos dictadorcitos que refuerzan la
discrecionalidad y abuso de sus meros jefes. Esos que admiran en secreto,
porque en público es políticamente incorrecto, a los Franco, Pinochet, Videla,
Plutarco Elías Calles o cualquiera que se les parezca sin importar tiempo,
lugar o daño histórico.
No
se les olvida, es que ignoran que cualquier actividad humana implica la
presencia social de otros semejantes, hasta el consumo tiene que ver con
rituales de comunicación, de vanidad, de comparación, de opinión. De tristeza y
estupidez ver librerías vacías que impiden la entrada de dos personas que, con
sus propios gustos, expectativas y carteras, que practican el arte de buscar y
dejarse conquistar por autores, temas o libros que les llamen la atención, con
la absurda regla de no dejar entrar más que una persona por grupo o familia; y
en lugar de orientar sobre su materia se contratan “vigilantes” destinados a
impedir la compra, la recomendación, el compartir expectativas. Las librerías y
espacios culturales convertidos en una ampliación de la absurda lógica
reglamentaria que anula el criterio propio, que convierte a empleados en
responsables privados del seguimiento ciego de medidas que no sirven para nada
ante una pandemia que han logrado que provoque más terror que ganas de indagar,
investigar, cuestionar y superar de manera sana y socialmente responsable.
Esos
grandes espacios comerciales, a veces al aire libre, que se han convertido en
lugares de segregación en donde, con un aparato de sonido permanentemente conectado,
repiten incansablemente las absurdas “disposiciones oficiales”, ante los oídos
torturados de guardianes y público en general, como si la simple repetición
incitara a la estúpida obediencia dictada por legisladores y reglamentadores
que parece que nunca pasaron por el bachillerato o alguna universidad que los
educara sobre lo elemental de los virus y lo complejo de la genética humana.
Pero que quieren justificar su ignorancia y falta de empatía con sus
representados o gobernados imponiendo reglas sin sentido y que solo provocan lo
contrario de lo que dicen evitar.
Ya
se está volviendo costumbre observar solitarios automovilistas con las ventanas
cerradas y el cubrebocas puesto, o ciclistas y corredores al aire libre con el
mismo trapo colgado de las orejas, que se ha convertido en un fetiche más, en
algo que por el simple gesto de llevarlo —aunque sea mal puesto, esté sucio o
muy usado— impide el contagio de algo que puede ser mortal pero que sigue sin
comprenderse. Y nuestros gobernantes abonan esa ignorancia para sembrar miedo,
para justificar arbitrariedades, medidas que atentan contra los más elementales
derechos humanos.
Hay
que cuestionar, informarse de fuentes confiables, recordar lo que aprendimos en
la escuela, consultar a nuestros viejos, hacer uso de la memoria ancestral,
inconformarnos ante el abuso, la mala información y la estupidez.
miércoles, 24 de marzo de 2021
DESENCUENTROS
Joaquín
Córdova Rivas
Alguna
vez escuché de uno de mis maestros, de esos que conoce uno fuera de las aulas,
de esos que tienen amplia experiencia y reflexionan sobre ella, una frase que
bien viene a cuento en este advenimiento de supuestas y reales corrientes
feministas y el discurso de las nuevas masculinidades: “a los mitos hay que
dejarlos en paz”.
El
contexto era radicalmente diferente, pero entiendo que hay ciertas
características de personajes que finalmente pasan a la historia por su
oportuno y temerario desempeño, que hacen prescindibles otras que ahora serían
social y políticamente incorrectas.
Entre
la indiscreción, la impertinencia y el sacrilegio podría pasar el revisionismo
de heroínas y héroes si solo nos fijáramos en su desempeño amoroso, en su
franca transgresión a la moral imperante de entonces y ahora. ¿Qué sería de la
historia oficial de doña Josefa Ortíz si solo nos detenemos en sus afanes amorosos?
¿Se le consideraría protofeminista? En el caso de los masculinos, como el cura
Hidalgo que mostraba poco respeto por la virtud de la castidad ¿Se le
calificaría de acosador sexual, nos quedaríamos en eso?
Si
hay algún personaje actual que resulta mediáticamente poco presentable es Félix
Salgado Macedonio, según los estándares de belleza o guapura queda en el mismo
nivel que el 90 y algo por ciento de mexicanos, vamos, si nos comparamos con el
modelo de los personajes cinematográficos que vemos diario en las series de
paga estamos feos, además su comportamiento público no siempre es ejemplar, su
lenguaje tampoco es adecuado para las buenas maneras. Parece que sí hay
diferencia si el cortejo o el acoso viene de alguien guapo o famosillo: Roemer, calcetín
con rombos ataca de nuevo | SinEmbargo MX
Recuerdo
algo que en su momento me impactó, era 1983 si la memoria no traiciona, y al
interior del Partido Mexicano de los Trabajadores se procesaba una denuncia
contra uno de sus fundadores más respetados, dirigente sindical y
ferrocarrilero de décadas de lucha, encarcelado en Lecumberri por 12 años,
asesor de la que es ahora la cooperativa de refrescos Pascual, secretario
general de ese PMT que se jugaría su registro condicionado en 1985, el
histórico Demetrio Vallejo. La denuncia, sustentada por dos compañeras
integrantes del CEN era por acoso sexual. Y es que el “chaparrito de oro”, como
se le llamaba (Demetrio
Vallejo, el indoblegable (lasillarota.com) tenía fama de
coqueto.
Dicen
los que saben, que el protagonista de la novela de Elena Poniatowska “El tren pasa
primero” Trinidad Pineda, está basado en el rebelde y congruente líder sindical
ferrocarrilero.
La
sinopsis dice: ««Tuve hambre y frío, sentí que ningún fuego, ningún abrazo me
calentarían, pero sé que si un solo hombre lucha y no se deja morir, la vida
vale la pena.» Este era un hombre que nació en un pueblo del sur de México.
Nunca hubiera salido de él, pero un día el tren pasó frente a sus ojos y en el
ruido de esa máquina escuchó el relato de su vida; supo el porqué de la
indomable ansia de saber que lo empujaba siempre más allá de sus límites. Y en
efecto, a Trinidad Pineda Chiñas, el personaje central de esta novela, el tren
lo llevó a todo: a lugares que nunca imaginó, a incontables saberes, oficios,
personas, posibilidades, y sobre todo al instante en que habló a sus compañeros
ferrocarrileros con tal ardor y convicción que los convirtió en vanguardia de
la lucha de los trabajadores. Y pusieron de cabeza al país y al régimen. El
tren es la vida. Pero si ser ferrocarrilero es asunto de hombres, ninguno de
ellos es nada sin las mujeres. Madres, esposas, maestras, amantes, rieleras,
transitan por estas páginas con poderosa presencia, con la fuerza inabarcable
que late dentro de cada una. Son lo que los hombres no alcanzan a ser, o ni
siquiera imaginan.» El
Tren Pasa Primero de Poniatowska, Elena 978-84-204-6983-6 (todostuslibros.com)
El
asunto terminó con la expulsión de Demetrio Vallejo del PMT, aunque la historia
oficial dice que él renunció por desacuerdos en el manejo de la huelga y
fundación de la cooperativa de refrescos Pascual que él impulsó, de todas formas,
fue diputado federal por el Partido Mexicano Socialista en 1985, año en que
murió.
Soy
de la generación que vio crecer al movimiento feminista en este país, cuando
lograron conquistar muchos derechos que ahora dan por sentados, como si siempre
los hubieran tenido, pero necesito que alguien me explique ¿qué sería de la
historia y de sus personajes si se juzgaran desde las redes sociales o desde
ese feminismo —de los muchos que hay— que desconoce la historia y persigue más
ser “trending topic” que los cambios a profundidad, a largo plazo, cambiando cotidianidades
y fundando instituciones que promuevan y hagan realidad nuevas formas de
convivencia?
viernes, 19 de febrero de 2021
HOMBRES Y MUJERES GRISES
Joaquín
Córdova Rivas
Sin
brillo, sin destello alguno, interpretando leyes que ni conocen, a conveniencia
o por seguir la línea que les llega “de arriba”, porque no hay intento de
paridad que los iguale. Son grises en una sociedad diversa y multicolor, quizás
porque saben que no se representan ni a ellos mismos, para colmo, algunos
quieren seguir en la misma grisura, en el mismo cargo, haciendo sin hacer,
desatinando sin querer atinar. Quieren que se les reelija para seguir con lo
mismo.
El
17 de febrero pasado se realizó la reunión de la pomposamente llamada Comisión
de Gobierno, Administración Pública y Asuntos Electorales de la LIX
Legislatura, es la encargada, por lo que se puede ver, de alinear el trabajo de
las otras comisiones para que los asuntos corran por el carril marcado desde el
poder que sí puede.
Es
más, está todo tan predeterminado que difícilmente se apartan un renglón del
guión establecido y leído, a trompicones, sin emoción ni énfasis alguno, por
sus exiguos integrantes. No hay debate, no hay ideas ni argumentación posible.
Es el apego absurdo a lo que alguien ya escribió desde el aburrimiento, sin
creatividad, sin ritmo, sin trama, todo subordinado a un desenlace
anticlimático, como esas telenovelas de 600 capítulos que desde el promo se
sabe en qué van a terminar.
Es
la comisión que emitió una serie de cambios legislativos que fueron juzgados de
inconstitucionales por la justicia federal, es la que se mete en los asuntos
que le competen a las otras y que quieren sacar en un mal llamado fast track
sin importar vulnerar preceptos que tendrán que ser revertidos, otra vez, por
los tribunales federales, embrollando innecesariamente lo que les estorba; por
ejemplo, la progresividad de los derechos laborales; tienen una irracional
aversión a que los trabajadores tengan derechos que les garanticen condiciones
de vida dignos, no fallan en proponer y aprobar lo que se les ocurre para
revertir lo ya ganado; tampoco disimulan en querer aplicar, retroactivamente, preceptos
ya superados en cualquier democracia que se respete.
Es
la que, sin ser la competente, puesto que para eso existe la del trabajo y
previsión social, dictamina sobre las jubilaciones de las exmagistradas que se
ampararon contra el tope impuesto de 42 mil pesos mensuales, otra vez sin
debate, sin argumentos, sin rectificaciones, sin crítica.
El
pleno del congreso, de mayoría conservadora, tampoco duda en aprobar
iniciativas y dictámenes que van en contra de sus representados quienes incluso
tienen que recurrir al amparo federal para defenderse de sus supuestos
representantes. En un intento de réplica, mal articulado, pero con algunos
datos, el presidente de otra comisión, la del Trabajo y Previsión Social, que desaparecería
si el pleno aprueba el dictamen de la de Gobernación, mencionó que se habían
recibido 531 amparos de trabajadores porque lo aprobado por esta legislatura
violentaba sus derechos. Cualquier “legislador” que recibiera tal avalancha de
amparos en contra de su trabajo estaría muriéndose de vergüenza y remendando lo
mal hecho, pero esta “mayoría” prefiere seguir las órdenes, hasta la ignominia,
del ejecutivo o de su partido.
La
sesión tenía asuntos que suscitaban interés, el principal porque impacta en la
vida de miles de familias, las de los trabajadores al servicio de los tres
poderes del estado, que se presentó sin el tiempo suficiente para ser conocida
previamente y discutida por los trabajadores, los cambios a la ley respectiva
que regula sus derechos y su relación con ese patrón que a la vez es autoridad.
Entre
las “novedades” del dictamen, que ya podría estar votado a la publicación de
este texto, porque las prisas son las prisas, está el incrementar la edad de
jubilación de 28 a 30 años, la desaparición de las prejubilaciones o
prepensiones, que es el periodo que sucede entre que el trabajador, ya con
derecho a cualquiera de estos, solicita se dé trámite a su jubilación o pensión
y la aprobación del pleno legislativo por ser trabajadores al servicio del
estado.
Sin
el proceso de revisión del trámite respectivo, de la publicación del dictamen
para que cualquiera lo conozca y pueda manifestar alguna inconformidad —por
ejemplo, que alguien con influencias se haga pasar por trabajador sin haberlo
sido o sin cumplir con los requisitos legales—, ahora todo quedara a
discrecionalidad de la oficialía mayor o equivalente de cada dependencia,
siendo conocido que algunas de ellas no se apegan a lo legalmente establecido
—por ello la gran cantidad de amparos— como COBAQ, CEA, el mismo poder
legislativo y los municipios según lo mencionó, sin que lo refutaran, el
diputado Néstor Gabriel Domínguez Luna.
Imaginen
a un trabajador de base, de esos que tienen muchos años llegando a tiempo a su
trabajo, cumpliendo con lo que le toca y hasta más, que no está sindicalizado o
que sus líderes no lo asesoran por estar “vendidos” con el patrón, que no tiene
acceso o los recursos para pagar un abogado que le elabore un amparo que lo
proteja de alguna arbitrariedad cometida por la oficialía mayor de su
dependencia al momento de determinar su antigüedad, o su percepción como
pensionado por vejez o jubilado, que queda indefenso ante un poder para el que
trabajó pero que no lo respeta.
En
fin, en estas estamos, me quedó pendiente darle término a nuestro retrato
estadístico del censo del año pasado, no se me olvida.
lunes, 8 de febrero de 2021
SE RECIBE CASCAJO
SE RECIBE CASCAJO
Joaquín
Córdova Rivas
Lo
que para unos ya es simple desperdicio, para otros tiene múltiple utilidad, lo
mismo sirve para allanar lo disparejo y dar una falsa percepción de solidez,
que para rellenar oquedades o darle algo de firmeza a lo que de por sí es
resbaladizo y traicionero.
El
cascajo político sirve para lo mismo y daría igual que las oficinas de algunos
partidos políticos clavaran su letrerito en su puerta principal.
No
se trata de despreciar a ciertas figuras de la farándula y del deporte que hicieron
lo que podían y disfrutan de cierta fama en lo que parece que sabían hacer y
que ahora deciden jugar su resto en los escenarios de la picaresca política. Por
lo menos aportan algo: su fama pública y el prestigio que puedan tener, otros
ni eso. A fin de cuentas, todavía no hay licenciaturas en candidaturas
instantáneas, ni maestrías en regidurías negociadas, mucho menos doctorados en
diputaciones plurinominales por influencia. En política todos partimos de cero,
a menos que alguien tenga un “padrino” que desde las sombras mueva los hilos,
cual eficaz titiritero, o se sea parte de la dinastía de los dueños del circo.
En
las candidaturas locales el cascajo estará representado por aquellos personajes
que se cansaron de ser incidentales o secundarios y que quieren ser
protagonistas. Aunque a diferencia de estos últimos, saben que el cacicazgo que
ejercen todavía en algunos grupos o comunidades está seriamente socavado por
una posmodernidad que nunca han entendido, por un proceso de industrialización
que los hace ver como obsoletos y prescindibles, por un neoliberalismo que no diferencia
entre el pastoreo de base y el corporativismo ideológico —colonialización
intelectual dirían los estudiosos— de la tecnología de la comunicación y sus
omnipresentes redes sociales.
El
problema es que se difumina el perfil ideológico que supuestamente es la base
de una democracia sustentada en partidos políticos, donde estos, representan
formas diferentes de ver y de presentar soluciones a los problemas sociales de
toda índole.
Cuando
tres partidos aparecen “fundidos” en las boletas electorales —presentando el
mismo candidato— y uno supuestamente representa las demandas sociales de la
mayoría, el otro los intereses perfectamente caracterizados de la derecha
política y económica, y el tercero las propuestas históricas y de nueva
generación de la izquierda, la existencia de los tres no se justifica. Para
acabarla de refundir, los acuerdos cupulares ni siquiera posibilitan la
alternancia puesto que apuestan a la continuidad, partiendo de que quien está
en el poder tiene mano en la candidatura —común— respectiva. La reelección
perpetua y casi sin cambiar de nombres ni de patrocinadores. Lo conducente entonces
es pensar que la amalgama de los hipotéticos desiguales la da la pura
conveniencia y las ganas de seguir lucrando con el presupuesto público.
Y
entonces aparecen los partidos que reciben el cascajo político de los tres ya mencionados.
El problema es que esos “sobrantes” han formado parte de la estructura
antidemocrática y cupular que ahora no los benefició pero que antes les
permitió crecer hasta que se volvieron un estorbo. Obvio, vienen con las mismas
mañas.
Lo
que sigue es un guión ya escrito. Los suspirantes se presentarán ante su nuevo
partido portando sus mejores galas: yo tengo estructura para controlar el voto
de tantas comunidades; yo puedo aportar ciertas cantidades de dinero para
comprar votos; yo soy reconocido —aunque sea por sinvergüenza— en todo el
territorio; yo represento a las históricas familias caciquiles del municipio y
puedo influir en las preferencias electorales…
Pero, así como traicionan a sus partidos de origen, son traicioneros con quien ingenuamente les ofrece su registro para seguir con su modus vivendi. No será la primera vez que negocien, en lo oscurito
, una regiduría o una diputación a cambio de prometer un voto diferenciado a la gubernatura. Es decir, llegarán con el candidato que ellos creen ganará para decirle que “su gente” votará por ellos para la planilla municipal, pero que pueden ofrecer que esos votos cambiarán de color en la elección de la gubernatura o de las diputaciones federales, total, lo que está en juego no es la lucha contra la desigualdad social o la corrupción y la impunidad, ni el desarrollo equitativo del municipio, ni la salud, educación o posibilidad de trabajo para sus representados, ni la reducción de la pobreza o la inseguridad, la prioridad es su puesto durante los próximos tres o seis años o hasta donde su incapacidad los deje llegar.
Veremos
que hacer lo mismo produce el mismo resultado. Si MORENA está esperanzado, como
partido político, en crecer electoralmente a nivel local, haciendo esas
alianzas con el cascajo de los demás, se encontrará una candidata a la
gubernatura con una votación desinflada en comparación con la de algunos
municipios. Ni cómo ganar. En lo federal, la izquierda —con los grupos
ecologistas, feministas, los que están en pro de un estado de bienestar; contra
la pobreza, la corrupción y la impunidad; los defensores de la diversidad
social, política y de género; en favor de la educación pública, la salud y
demás— tendrá que refugiarse en esas candidaturas e influir en las propuestas,
intentar marcar una diferencia frente al acartonamiento de las candidaturas
locales, mostrar que el cascajo se queda abajo y no sirve para construir los
pisos superiores.
RETAZOS ARMÓNICOS
RETAZOS ARMÓNICOS
Joaquín Córdova Rivas
No,
no es una guerra, no se arregla con policías, ni bloqueando carreteras con
falsos filtros sanitarios; tampoco evitando el acceso a espacios abiertos como
playas, bosques, plazas y jardines; es un problema de salud pública, de
devastación de la naturaleza, de contaminación de ríos, de mares, de
destrucción de tierras agrícolas, de maltrato extremo y de extinción de
especies, de una relación enferma con la naturaleza propia y externa —que a
final de cuentas es la misma—; es un problema de maltrato planetario, de
desigualdades sociales, de pobreza, de individualismo a ultranza. Por eso no se
arregla con policías antiCOVID que buscan reprimir a los ciudadanos hasta en
sus espacios más íntimos, como el interior de sus hogares, tampoco poniéndonos
unos en contra de otros. Es un problema de educación, de solidaridad, de
humildad con la Tierra y el Universo. Lo advertimos desde el principio, esta
pandemia no se detendrá hasta que nos contagiemos todos, sea de manera directa
o con las vacunas, el problema es que según avanzan los días se convierte en
una enfermedad de pobres, de los que no tienen acceso a un sistema público de
salud digno, suficiente y eficiente porque sus gobernantes lo fueron
desmantelando a través de varios sexenios; de los que no tienen para comprar
las medicinas, el oxígeno (concentradores, tanques); de los que tienen que usar
un transporte público hacinado, sin medidas de salud necesarias para evitar el
contagio directo, de los que mueren en sus domicilios contagiando a quienes los
cuidan; de los que no tendrán disponibilidad de vacunas (parece que no será
nuestro caso).
Es
el daño, no el año. Creemos que la distribución arbitraria del tiempo, de su fragmentación
en días o años, hará que el estado de cosas cambie sin hacer nada más que
arrancarle hojas al calendario. Renegamos de un 2020 por fatídico, por
desgraciado, como si el 2021 tuviera que ser, en automático, diferente, sin
necesidad de modificar nuestro comportamiento suicida colectivo. Es el daño que
le hemos hecho al único planeta que nos soporta, no el número que le imponemos
al paso inexorable del tiempo que todo recompensa o se termina cobrando. Lo
peor es que viene un proceso electoral con las mismas mañas de siempre, con el
empleo discrecional, arbitrario e ilegal de los recursos públicos para comprar
votos, para burlar la voluntad ciudadana a cambio de promesas que no se
cumplirán; de lo mismo de siempre sin presentar alternativas que cambien el
rumbo de una humanidad extraviada que destruye su entorno para beneficio de una
casta política y económica que se apropia de lo ajeno y lo convierte en aglomeraciones
de viviendas mal hechas, en espacios no adecuados para la convivencia familiar
ni comunal, en el simple lucro inmoderado desplazando a los habitantes tradicionales
de barrios ricos en historia para imponer sus plazas agringadas y sus conjuntos
departamentales amurallados. No hay medida alguna para detener o revertir lo
que se pierde para todos —en aire limpio, en agua potable suficiente y sin
provocar déficit entre el agua que se capta y la que se saca de los mantos
acuíferos, en espacios de convivencia, en tierra cultivable, en ríos y cuerpos
de agua convertidos en cloacas y demás que ya sabemos y no arreglamos—
Otro
mundo es posible, otra forma de relacionarnos con lo que nos rodea y con los
que nos rodean:
«Las
relaciones afectivas constituyen el verdadero poder y el eje de los procesos
económicos. La sociedad occidental, el capitalismo y el modelo actual de
globalización, menosprecian y combaten el vínculo emocional, lo consideran un
peligro. Para que el sistema capitalista funcione se requieren menores índices
de cohesión, más impersonalidad, concebir a los demás como medios para
extraerles determinados beneficios. Pero hay muchas demostraciones de que un
equipo, un grupo, un país, cohesionado, integrado emocionalmente, logra niveles
de productividad mucho mayores que aquellos en los que cada uno dedica tiempo y
esfuerzo a cuidarse de los demás. Como germen de la nueva sociedad se necesita
generar y desarrollar una “tecnología afectiva” que propicie enlaces progresivos
entre quienes buscan la justicia, para elevar su poder de con-vocar a muchos
más. El verdadero poder no lo da un cargo público ni el dinero. El poder en
esencia significa “poder hacer”. El poder efectivo de una persona o de un grupo
debe medirse por su capacidad de convocatoria y de organizar los variados
intereses y esfuerzos de los convocados.
Cuantos
esfuerzos actuales se desgastan por falta de integración afectiva entre los
seres humanos: hay que “vigilar y castigar” (Foucault, 1996), porque los otros
constituyen amenazas latentes o chivos expiatorios. Cuántas horas de esfuerzos
y vidas humanas, se gastan en hacer y usar armas, así como sistemas de
vigilancia, de represión y reclusorios. Cuántos problemas de salud y cuántas
muertes son causadas por el estrés en las ciudades; cuántas parejas rotas por
la rutina y las presiones; cuántos niños y adolescentes crecen sin respaldo
afectivo suficiente; cuántas venganzas, reproches e insultos; cuánta monotonía;
cuántas muertes prematuras.
Toca a los artistas de todos los géneros
y a los científicos de todas las áreas, especialmente a los psicólogos,
producir los símbolos y técnicas necesarios para contribuir a la expansión y
profundidad de los afectos (Gramsci, 1975). Despertar en muchos el poder para
construir un sueño colectivo posible: la sociedad del afecto.» De la “sociedad
del conocimiento” a la “sociedad del afecto” en la perspectiva de la Teoría de
la praxis. Marco
Eduardo Murueta (2010). Alainet.org
Esa
democracia es puro espectáculo, es pura escenografía para hacernos creer que lo
que no cambia de fondo se transforma mágicamente, porque parece lo que no es y
nunca ha sido. Allí está la ejemplar, envidiable y exportable democracia
norteamericana. Cercada por las armas, las “legítimas” de las policías, de los
miles de elementos de su Guardia Nacional que impide el paso, aísla a un
presidente de sus ciudadanos, muestra que les teme, que su enemigo principal es
interno, que sus propias contradicciones afloran de maneras poco dignas, más
descaradas. Los enemigos no están detrás de un inacabable e inútil muro
fronterizo, ni escondido debajo de un turbante o de una piel no blanca, tampoco
cubierto por un hiyab o un burka. Míster Biden no será diferente del
aborrecible Trump, del hipócrita y mediático Obama o del extraviado Bush.
Cambia la cara, pero es el mismo sistema político excluyente, el mismo sistema
económico injusto y depredador.
Se
burlan, hacen memes, quieren exhibir la ignorancia ajena mostrando la propia. Y
es que, otra vez, el presidente de la república acierta al exponer el tema: en
las redes sociales ¿quién define la verdad? El dueño de Facebook y Whatsapp —es
el mismo— el de twitter o el de cualquier otro medio de comunicación masiva se
apropian e imponen su verdad, sus falsas buenas maneras, el disfraz cínico de
sus intereses comerciales escondidos detrás de supuestos algoritmos sin
intención alguna, que miden la “libertad de expresión” con la censura de
ciertos términos o temas, de imágenes que a ellos les resultan inoportunas,
repulsivas, indecentes; mientras “moldean” la opinión pública y se apropian de
contenidos y de la vida expuesta disque “voluntariamente” por sus numerosos
usuarios. Y es que no hay una red social alternativa, fuera de intereses
particulares y simplemente comerciales o complicadamente políticos. Hay
intentos, pero no han madurado por la falta de difusión, como ejemplo está «facepopular.net».
Hay que construir esos medios alternativos de comunicación, esas redes sociales
que respeten los contenidos y no se los roben, que no les teman a los disensos
y exhiban las “noticias falsas”, espacios virtuales de intercambio de
experiencias, de desarrollo de habilidades sociales y artísticas, con reglas
claras y sin intereses políticos y económicos ocultos. Hay que hacerlo.
MALDITAS MATEMÁTICAS
MALDITAS MATEMÁTICAS
Joaquín
Córdova Rivas
Un
poco de historia no viene mal, más cuando sirve para entender el panorama
político actual de nuestro estado, quizás este “clavado” en las engañosamente
tranquilas aguas queretanas sirva para explicar lo que sucede con la actual corriente
“morenista”.
Ahora
cualquiera sabe que la reforma electoral de 1982 sirvió para despresurizar un
ambiente político que amenazaba con radicalizarse debido a la intransigencia
del partido oficial y sus satélites, para reconocer el crecimiento y
representatividad de una corriente de izquierda, que veía, en las elecciones,
la oportunidad de incluir sus propuestas en la agenda legislativa nacional.
Desde el movimiento ferrocarrilero de 1958, pasando por diferentes luchas
sociales que se expresaran en diferentes momentos posteriores (1966, 1968,
1971…), había la necesidad de abrir el abanico electoral porque, ante la
cerrazón oficial, la vía armada seguía siendo, para algunos, la única posible.
No
nos metamos en más fechas, basta decir que lo que queda de esa izquierda
histórica se encuentra en una coyuntura que comparte algunos elementos comunes
a la del proceso electoral de 1985 (antes del enorme fraude del 88).
Regresemos
a Querétaro. Una parte significativa de la izquierda local estaba agrupada en
el Partido Mexicano de los Trabajadores, surgido a mediados de los setenta y
dirigido por el expreso político, inventor e Ingeniero Heberto Castillo
Martínez. El llamado PMT por sus siglas, había solicitado su registro
condicionado en 1984 para participar en el proceso federal del año siguiente.
En ese momento recibimos varias visitas de dirigentes nacionales para solicitar
que fuera el PMT queretano quien se encargara de la parte operativa de la
campaña en la circunscripción correspondiente (que abarcaba varios estados
grandotes y por tanto importantes), dado que era uno de los comités más activos
y mejor organizados. El mensaje era claro, aunque nos negábamos a verlo:
Querétaro, con menos del 2 por ciento del padrón electoral, no era prioridad,
había que sacrificar a los cuadros locales para reforzar el trabajo en otros
lugares con mayor porcentaje de participación en las urnas y lograr, a pesar de
ataques, hostigamiento y la maquinaria del fraude, el registro definitivo.
La
meta se cumplió, para las elecciones federales de 1985 el PMT logra traspasar
el porcentaje mínimo para conservar su registro, mismo que serviría años
después como base para el registro del Partido Mexicano Socialista y la fusión
para formar el PRD viejo, el de los principios y no la caricatura actual. Para
una síntesis apretada están los múltiples artículos del propio Heberto Castillo,
de Eduardo Valle “el búho”, y de otros, en los medios escritos de la época, el
impactante trabajo de caricaturistas y artistas plásticos, los testimonios de
intelectuales y escritores, el trabajo fino de pemetistas que fomentaron
cambios legislativos importantes para el desarrollo de instituciones
“ciudadanizadas” y algunos que siguen en la brega, como Marco Eduardo Murueta,
proponiendo hasta nuevos modelos constitucionales. Una breve revisión se puede
hallar en: A
45 años de la fundación del Partido Mexicano de los Trabajadores - La Crónica
de Hoy | Rodolfo Torres | (cronica.com.mx)
Sobra
decir que los valiosos aprendizajes en la lucha sindical y social del PMT
queretano quedaron frustrados y postergados para continuarlos en otras
oportunidades, que no se concretaron porque las prioridades siempre fueron
otras y porque parte de sus liderazgos cayó en el pragmatismo del corto plazo,
cansados de una lucha desigual y desgastante.
El
proceso electoral federal de este año (2021), marca otra postergación para la
izquierda queretana refugiada en MORENA. En las prioridades pesa más la elección
de diputados federales porque hay que asegurar la mayoría legislativa, y los
procesos locales importantes quedan solo en estados donde hay cierta seguridad
de ganar sin distraer los escasos recursos con que se contará, frente al
dispendio del dinero privado prometido por cúpulas empresariales que han estado
perdiendo privilegios ilegales e inmorales.
Más
claro. MORENA priorizará las candidaturas federales a costa de algunas locales;
en el caso queretano, la propuesta de Celia Maya cumple con esos criterios.
Primero, ayuda a cumplir con la cuota de género; segundo, al ser un estado con
poco porcentaje en el padrón electoral no distrae recursos que tendrán que
invertirse en los 4 distritos electorales federales; tercero, queda, en algo,
fuera del desgaste que provocará el golpeteo por la gubernatura y las
presidencias municipales, que si bien se “reparte” alegremente el PRIAN —donde
las mismas familias de siempre aparecen en los dos partidos aparentemente
enfrentados— corre el riesgo de radicalizarse al ser más escasos los espacios a
repartir. MORENA participará de lleno en candidaturas locales donde tenga el
triunfo más seguro según sus propios cálculos, Zacatecas y Sonora podrían ser
ejemplo de ello, y algunas ciudades importantes, pero lo principal es conservar
la mayoría legislativa.
El
método de encuesta para definir las candidaturas locales en realidad encubre
ese pragmatismo electoral, a los morenistas queretanos les quedará la tarea de
ganar alguno(s) de los distritos federales de mayoría, allí es donde será la
batalla y donde pueden demostrar que están listos para ganar, a futuro,
presidencias municipales y la gubernatura con candidatos fuertes y no de
sacrificio, de perfil diferente y no figuras recicladas de otros partidos
políticos con las mismas mañas de siempre. Quizás exigir que un partido amalgamado
apenas en las banderas de la lucha contra la corrupción y la impunidad, muy
disperso en lo ideológico, presente un perfil definido a poco de su fundación
sea demasiado.
Las
inercias no se detienen en seco. Un sistema político tan corrupto como el
mexicano no cambia súbitamente ni solo por las buenas, hace falta mucho músculo
político durante un largo tiempo para revertir las prácticas y los daños de
décadas de corrupción e impunidad. Hay que construir Patria (así, con
mayúsculas) rompiendo moldes que se presentaban como los únicos posibles, a
costa de la pobreza y desigualdad de la mayoría.
En
otras coordenadas geográficas, los zapatistas planean una gira mundial para
relacionarse con otros movimientos sociales, pero nos deben la explicación de
porqué fracasaron en su intento de formar el FZLN —como un frente aglutinador
de múltiples organizaciones ciudadanas dispersas— en esa asamblea fundacional
que naufragó en Querétaro, después de su gira nacional. ¿Cómo se les ocurre que
tendrán éxito internacional si aquí no pudieron? ¿Dónde está la autocrítica que
a otros les reprochan?
Mientras,
nuestros vecinos del norte, andan fingiendo sorpresa e indignación porque,
creyéndose el país más poderoso del mundo, sucumben ante el embate de un puñado
de radicales. No es que los dejaran entrar al Capitolio, es que ya estaban
adentro desde hace más de cuatro años.
NOS CUESTA TANTO
Joaquín
Córdova Rivas
La
infodemia insiste en la catástrofe como futuro inmediato. Insiste en culpar a
los ciudadanos individuales de la crisis prolongada de un sistema político y
económico insostenible. Toda nuestra civilización occidentalizada está en
jaque, ese virus diminuto que aprovecha todas nuestras debilidades,
desarrolladas a través de generaciones de malas prácticas nutricionales, de
devastadoras prácticas económicas, de promover desigualdades y pobreza, le pegó
a nuestras principales festividades religiosas, a nuestras creencias más
arraigadas, cuestionándolas aunque no queramos enterarnos.
El
día de acción de gracias de los anglosajones, el día de muertos de nosotros los
latinos, su Halloween, nuestro 12 de diciembre, y vienen el 24 y el 31 de este
año, y no hablamos de las celebraciones judías o musulmanas que también han
sido acalladas, interrumpidas, acotadas. Los dioses permanecen callados e
impotentes, nuestra Basílica y numerosos templos vacíos y tristes. Nuestro
cristianismo católico requiere de las concentraciones multitudinarias, por eso
los campanarios que convocan a reunirse, a diferencia de los minaretes
musulmanes que convocan al rezo dondequiera que se esté en ese momento.
Apenas
iniciadas las primeras acciones de confinamiento social ya había un virus
anónimo —como todos— que advertía:
«La
globalización, la competencia, el tráfico aéreo, los límites presupuestarios,
las elecciones, el espectáculo de las competiciones deportivas, Disneyland, los
gimnasios, la mayor parte de los comercios, el Parlamento, la reclusión
escolar, las reuniones masivas, los empleos burocráticos, toda esa sociabilidad
ebria que no es más que el reverso de la soledad angustiosa de las mónadas
metropolitanas: Todo era innecesario una vez que se ha puesto de manifiesto el
estado de necesidad. Agradecedme las dosis de verdad que probareis durante las
semanas que vienen: empezareis por fin a habitar vuestra propia vida, sin las
mil escapatorias que, bien que mal, os hacen soportar lo insoportable. Sin
haberos dado cuenta, nunca os habíais mudado a vuestra propia existencia.
Vivíais entre las cajas de cartón y no os dabais ni cuenta. Desde ahora
tendréis que vivir con vuestros amigos más cercanos. Vais a vivir juntas. Vais
a dejar de estar como de paso hacia la muerte. Aborreceréis quizás a vuestro
marido. Vomitareis quizás sobre vuestros hijos. Quizás querréis hacer volar el
decorado de vuestra vida cotidiana. A decir verdad, no estaréis ya más en el
mundo, en las metrópolis de la separación. Vuestro mundo no era habitable en
ninguno de sus puntos más que a condición de una huida eterna. Teníais que
aturdiros con frecuentes desplazamientos y distracciones ya que el horror había
ganado en presencia. Y lo fantasmático reinaba entre los seres. Todo se había
optimizado tanto que nada tenía ya ningún sentido. ¡Estad agradecidos conmigo
por todo esto y sed bienvenidos de nuevo sobre la tierra!» Monólogo del virus.
Anónimo. Publicado en Lundi matin 21 de marzo, 2020.
¿Qué
hemos aprendido? Al parecer muy poco. El exceso de información (contradictoria,
mal interpretada) y de notas falsas parecieran indicar que sabemos muchos más
que al principio, sin embargo, esa presunción es falsa. Lo que sí ha crecido es
la resistencia para reconocer que, quizás, mucho de lo hecho ha sido inútil y
hasta contraproducente. Nos cuesta tanto reconocer que nos equivocamos.
Que
quizás las terapias extremas, la intubación y el coma inducido para soportarlo,
no sea la mejor decisión dada la alta mortalidad observada —que se acredita a
la irresponsabilidad individual por acudir tardíamente a los servicios de
emergencia—, en lugar de cuestionar su pertinencia. Tampoco hay autocrítica
respecto de la efectividad —si es que tienen alguna— de los toques de queda, de
los horarios limitados que provocan las aglomeraciones que se pretenden evitar,
de los cierres de espacios deportivos y parques produciendo un sedentarismo que
va contra la salud, el no entender la necesidad que tenemos de relacionarnos
cara a cara y de cómo convencernos de limitarnos temporalmente, en lugar de
usar amenazas, represiones abiertas y abusivas, el inducir el odio social
contra el otro aunque sea familiarmente próximo. Que posiblemente sea más
confiable, barato y oportuno usar un medidor de oxigenación para detectar algún
posible infectado, que intentar medir la temperatura corporal en distintas
partes anatómicamente inadecuadas o en momentos inoportunos que dan datos
inútiles.
Ahora
el asunto se complica por el temor de algunos gobiernos por el término de la
pandemia y el confinamiento, más preocupados por la reacción de una ciudadanía
que, en muchas ocasiones, se siente agraviada por una autoridad represora, que
dicta medidas estúpidas con el pretexto de “proteger la vida”.
Tampoco
hemos medido cambios aparentemente insignificantes: «Llevamos meses de
cuarentenas voluntarias u obligatorias y las videollamadas abundan en nuestras
vidas, ya sea en el ámbito del trabajo, la familia, los amigos u otro que
necesite de este formato de comunicación. De esta manera, nos hemos percatado
de que se abre una puerta a la intimidad y nos cuidamos de no estar en pijama,
de que nuestros convivientes no deambulen cerca, de que la casa no se vea
desordenada, etc. Así, lo que era nuestro espacio íntimo se vuelca como un
espacio público, donde entra todo tipo de personas, incluso quienes jamás
pensamos que entrarían a nuestro hogar.» Videollamadas, la pérdida de la
intimidad y la falsa libertad.
Camila Rojas Sánchez (Temuco, Chile). covid-19.
La comunicación en tiempos de pandemia Rodrigo Browne & Carlos del Valle,
editores. Ediciones universidad de la frontera. Julio 2020.
Vienen
los cambios provocados por las campañas masivas de vacunación, en el entendido
de que aún así habrá afectados —aunque la esperanza es que sean menos y de
menor gravedad—, lo que no debe tolerarse es que se utilice como pretexto para
un nuevo tipo de discriminación o represión. Apostar por el consenso social, el
convencimiento, no por la obligatoriedad disfrazada o no.
Y
exigir que las propuestas electorales incluyan cambios profundos en nuestra
relación con la naturaleza de la que somos parte, con nosotros mismos; nada de
que la “nueva normalidad” se restringa a embarrarse de gel antibacterial, esconderse
aterrorizado detrás de un cubrebocas, lavarse las manos o esconderse para
estornudar.
INTER-CONTAGIADOS
INTER-CONTAGIADOS
Joaquín
Córdova Rivas
La
cohetería de varias celebraciones de coartada religiosa en La Cañada y El
Marqués durante varias madrugadas seguidas a principios de este diciembre, dan
cuenta de un carácter festivo que no se apaga ni con las tragedias. Incluso
puede que se avive como necesidad de aferrarse a un pasado cercano menos
volátil y doloroso. Convivencias necesariamente multitudinarias que dejan
espacio para el olvido de precauciones con consecuencias intangibles hasta que
la enfermedad o la muerte aparece tocando a la puerta.
Pero
el virus biológico no es la única amenaza, existen “noticias” que se transmiten
a mayor velocidad y son igual o más dañinas. Desde el mes de abril se advertía
la propagación de información excesiva y falsa sobre la pandemia:
«Además
de enfrentar la pandemia de COVID-19, México vive la propagación de noticias
falsas que circulan en las redes sociales y algunos medios de comunicación
tradicionales, generando un impacto adverso para enfrentar la situación, afirmó
Luis Ángel Hurtado, profesor-investigador de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCPyS) de la UNAM. Las también llamadas fake news tienen
efecto directo en el estado de ánimo y éste poco a poco evoluciona hasta
generar pánico. “En algunas partes del mundo se han presentado situaciones que
derivaron en cuadros de histeria colectiva; este fenómeno es preocupante”.» Boletín
UNAM-DGCS-318. 9 de abril de 2020.
Los
grupos interesados en difundir información falsa no se limitan al tema pandémico,
ahora abarcan todo lo que pueden con tal de desprestigiar, insultar, o socavar
la credibilidad de políticas públicas (educativas, laborales, de seguridad), de
gobiernos, de medidas sanitarias y, ahora, de los esfuerzos por terminar con
las muertes, el confinamiento, el distanciamiento social que demoniza las
manifestaciones de afecto y la expresión no verbal de emociones (con los
cubrebocas ocultando más de la mitad del rostro), a través de la indispensable
campaña de vacunación. Noten la tendenciosa difusión de “noticias” promovidas
por las farmacéuticas que se disputan un mercado de miles de millones de vacunas
que urgen.
El
uso de la interconectividad, de las redes sociales para provocar miedo y
dinamitar la confianza y la solidaridad, a llegado a tal grado que hasta existe
una página electrónica —que debiera ser más difundida y consultada— para
exhibir algunas de las informaciones falsas de mayor impacto o más
“compartidas”: infodemia.mx
Ningún
gobierno ni sistema de salud, público o privado, estaba preparado para lo que
se nos vino encima, menos una economía depredadora y que basa su “éxito” en las
desigualdades sociales y la pobreza de la mayoría. Por eso urge un cambio de
rumbo que no se dará en automático, aunque parezca increíble y antihumano,
existen quienes se benefician de la destrucción del planeta y la explotación
bárbara de sus prójimos.
El
convencimiento y no la represión, es el camino para lograr que la población se
autoregule y se moderen —porque no se acabarán hasta que la mayoría sea inmune—los
contagios, esos gobernadores panistas que presumen el castigo y la obligación
de usar el cubrebocas hasta en espacios públicos sin importarles la sana
distancia, muestran su raíz autoritaria y su carencia de autoridad moral para
que sus ciudadanos les hagan caso.
Quizás
por eso fue poco conmemorado el día internacional contra la corrupción. En un
mensaje tibio pero indispensable, se recordó —por si hiciera falta—:
«Mensaje
del Secretario General con motivo del Día Internacional contra la Corrupción. Nueva York, 9 de diciembre de 2020.
En los
últimos años se han producido estallidos de ira y frustración contra líderes y
gobiernos corruptos. En algunos países la gente ha salido a la calle para
exigir justicia social y rendición de cuentas.
Por su
parte, la crisis de la COVID-19 ha creado oportunidades adicionales para la
corrupción, lo que se suma a esas graves preocupaciones. Los gobiernos están
gastando rápidamente para volver a encarrilar la economía, prestar apoyo de
emergencia y adquirir suministros médicos. La supervisión en esas
circunstancias puede ser más débil, y el desarrollo de vacunas y tratamientos
aumenta el riesgo de sobornos y especulación.
La
corrupción priva de recursos a las personas que los necesitan, socava la
confianza en las instituciones, exacerba las grandes desigualdades expuestas
por el virus y crea obstáculos para una recuperación sólida. No podemos
permitir que se malversen los fondos destinado a estimular la economía ni los
recursos vitales para hacer frente a la emergencia.
La
recuperación de la pandemia debe incluir medidas para prevenir y combatir la
corrupción y los sobornos. Debemos forjar alianzas amplias para fortalecer la
supervisión, la rendición de cuentas y la transparencia, aprovechando los
instrumentos mundiales de lucha contra la corrupción que nos ofrece la
Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción.
Las
medidas contra la corrupción deben formar parte de las reformas e iniciativas
de carácter más amplio adoptadas a nivel nacional e internacional para
fortalecer la buena gobernanza, eliminar los flujos financieros ilícitos y los
paraísos fiscales y devolver los activos robados, de conformidad con los
Objetivos de Desarrollo Sostenible. Debemos aprovechar la oportunidad que nos
brinda el primer período extraordinario de sesiones de la Asamblea General
contra la corrupción, que se celebrará el próximo año, para proponer reformas e
iniciativas ambiciosas en ese sentido.
En el Día
Internacional contra la Corrupción, todos nosotros (los gobiernos, las
empresas, la sociedad civil y todas las partes interesadas) debemos
comprometernos a trabajar juntos para promover la rendición de cuentas y poner
fin a la corrupción y los sobornos a fin de crear un mundo más justo e
igualitario.» ONU
México » Mensaje
del Secretario General con motivo del Día Internacional contra la Corrupción
Múltiples contagios, unos —la inmensa mayoría— nos
sirven para preparar y fortalecer nuestro sistema inmunitario — «es
el conjunto de elementos y procesos biológicos en el interior de un organismo
que le permite mantener la homeostasis o equilibrio interno frente a agresiones
externas, ya sean de naturaleza biológica (agentes patógenos) o físico-químicas
(como contaminantes o radiaciones), e internas (por ejemplo, células
cancerosas). Reconoce lo dañino y reacciona frente a ello (ya sea agresión
externa o interna)» wikipedia— y poder vivir en un equilibrio siempre cambiante
en el único planeta que todavía nos soporta. Otros, socavan nuestra confianza,
la credibilidad, la esperanza, y esos los provocamos, los creemos, los
compartimos —contagiamos— sin que existan defensas suficientes para
resguardarnos y permitirnos vivir digna y pacíficamente; las noticias falsas y
la corrupción son buen ejemplo de estos.