miércoles, 24 de marzo de 2021

 


DESENCUENTROS

Joaquín Córdova Rivas

 

Alguna vez escuché de uno de mis maestros, de esos que conoce uno fuera de las aulas, de esos que tienen amplia experiencia y reflexionan sobre ella, una frase que bien viene a cuento en este advenimiento de supuestas y reales corrientes feministas y el discurso de las nuevas masculinidades: “a los mitos hay que dejarlos en paz”.

 

El contexto era radicalmente diferente, pero entiendo que hay ciertas características de personajes que finalmente pasan a la historia por su oportuno y temerario desempeño, que hacen prescindibles otras que ahora serían social y políticamente incorrectas.

 

Entre la indiscreción, la impertinencia y el sacrilegio podría pasar el revisionismo de heroínas y héroes si solo nos fijáramos en su desempeño amoroso, en su franca transgresión a la moral imperante de entonces y ahora. ¿Qué sería de la historia oficial de doña Josefa Ortíz si solo nos detenemos en sus afanes amorosos? ¿Se le consideraría protofeminista? En el caso de los masculinos, como el cura Hidalgo que mostraba poco respeto por la virtud de la castidad ¿Se le calificaría de acosador sexual, nos quedaríamos en eso?

 

Si hay algún personaje actual que resulta mediáticamente poco presentable es Félix Salgado Macedonio, según los estándares de belleza o guapura queda en el mismo nivel que el 90 y algo por ciento de mexicanos, vamos, si nos comparamos con el modelo de los personajes cinematográficos que vemos diario en las series de paga estamos feos, además su comportamiento público no siempre es ejemplar, su lenguaje tampoco es adecuado para las buenas maneras. Parece que sí hay diferencia si el cortejo o el acoso viene de alguien guapo o famosillo: Roemer, calcetín con rombos ataca de nuevo | SinEmbargo MX

 

Recuerdo algo que en su momento me impactó, era 1983 si la memoria no traiciona, y al interior del Partido Mexicano de los Trabajadores se procesaba una denuncia contra uno de sus fundadores más respetados, dirigente sindical y ferrocarrilero de décadas de lucha, encarcelado en Lecumberri por 12 años, asesor de la que es ahora la cooperativa de refrescos Pascual, secretario general de ese PMT que se jugaría su registro condicionado en 1985, el histórico Demetrio Vallejo. La denuncia, sustentada por dos compañeras integrantes del CEN era por acoso sexual. Y es que el “chaparrito de oro”, como se le llamaba (Demetrio Vallejo, el indoblegable (lasillarota.com) tenía fama de coqueto.

 

Dicen los que saben, que el protagonista de la novela de Elena Poniatowska “El tren pasa primero” Trinidad Pineda, está basado en el rebelde y congruente líder sindical ferrocarrilero.

 

La sinopsis dice: ««Tuve hambre y frío, sentí que ningún fuego, ningún abrazo me calentarían, pero sé que si un solo hombre lucha y no se deja morir, la vida vale la pena.» Este era un hombre que nació en un pueblo del sur de México. Nunca hubiera salido de él, pero un día el tren pasó frente a sus ojos y en el ruido de esa máquina escuchó el relato de su vida; supo el porqué de la indomable ansia de saber que lo empujaba siempre más allá de sus límites. Y en efecto, a Trinidad Pineda Chiñas, el personaje central de esta novela, el tren lo llevó a todo: a lugares que nunca imaginó, a incontables saberes, oficios, personas, posibilidades, y sobre todo al instante en que habló a sus compañeros ferrocarrileros con tal ardor y convicción que los convirtió en vanguardia de la lucha de los trabajadores. Y pusieron de cabeza al país y al régimen. El tren es la vida. Pero si ser ferrocarrilero es asunto de hombres, ninguno de ellos es nada sin las mujeres. Madres, esposas, maestras, amantes, rieleras, transitan por estas páginas con poderosa presencia, con la fuerza inabarcable que late dentro de cada una. Son lo que los hombres no alcanzan a ser, o ni siquiera imaginan.» El Tren Pasa Primero de Poniatowska, Elena 978-84-204-6983-6 (todostuslibros.com)

 

El asunto terminó con la expulsión de Demetrio Vallejo del PMT, aunque la historia oficial dice que él renunció por desacuerdos en el manejo de la huelga y fundación de la cooperativa de refrescos Pascual que él impulsó, de todas formas, fue diputado federal por el Partido Mexicano Socialista en 1985, año en que murió.

 

Soy de la generación que vio crecer al movimiento feminista en este país, cuando lograron conquistar muchos derechos que ahora dan por sentados, como si siempre los hubieran tenido, pero necesito que alguien me explique ¿qué sería de la historia y de sus personajes si se juzgaran desde las redes sociales o desde ese feminismo —de los muchos que hay— que desconoce la historia y persigue más ser “trending topic” que los cambios a profundidad, a largo plazo, cambiando cotidianidades y fundando instituciones que promuevan y hagan realidad nuevas formas de convivencia?

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