sábado, 21 de diciembre de 2019

SUFRIR NO ES APRENDER


SUFRIR NO ES APRENDER
Joaquín Córdova Rivas

Buda casi se muere de inanición buscando el origen del sufrimiento para saber cómo evitarlo, otras filosofías orientales predican el gozo y el disfrute como una forma de vivir mejor la vida, no solo de sobrevivirla, pero nosotros no, como dignos hijos de la cultura occidental y cristiana creemos, equivocadamente, que sufrir es un mérito que no hay que evitar, sino que hay que buscar afanosamente.

Es más, cuando nos divertimos, cuando alguna actividad solitaria o colectiva nos causa agrado o placer nos sentimos culpables, porque casi todo es pecado, y si no, debería serlo.

Desde el Génesis, ese mito que buscaba explicar el origen del universo, del mundo, del día y la noche, de las especies animales y del hombre –y de la mujer como subordinada de este–, el dolor y el sufrimiento son la solución de un dios celoso de su creación, y se la aplica a la pretensión de querer saber más de lo que supuestamente debiera:

Capítulo 1. «15. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.
16. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;
17. mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
(Capítulo 3). 16. A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
17. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.
18. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.
19. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.» https://www.bibliatodo.com/la-biblia/Reina-valera-1960/genesis

Bonito dilema, querer saber más está penado y el sufrimiento se incorpora como parte importante –por decreto divino– de toda la especie por la curiosidad de una pareja que representa a todos por los siglos de los siglos.

Ese sufrir ha permeado todos nuestros afanes, hasta el aprendizaje debe sufrirse para ser de excelencia, solo los masoquistas prevalecen, ese parecer ser el mensaje de un sistema educativo para justificar las desigualdades sociales que normaliza y legitima; un buen profesor es el sádico que hace sufrir a sus alumnos, el que inspira terror con su sola presencia, el que tiene altos índices de reprobación; los otros son “barcos”, blandengues, consentidores, poco capaces o ineficientes.

Pero la sufridera no está solo en el sinsentido de una supuesta exigencia académica, sino también en el trato déspota, prepotente, antipedagógico, porque muchas veces lo que se logra es que los estudiantes abominen los saberes y prácticas que les apasionaban, para lo que creían tener habilidades y aptitudes, se trata de “reventar” al más pintado ridiculizándolo, usando el sarcasmo para herirlo hasta que no pueda más.

Un buen teórico, un magnífico científico, un profesional destacado no siempre es un buen profesor, y entonces hay que esconder la falta de vocación o la ignorancia pedagógica con el maltrato cotidiano, con la falta de congruencia, que para eso es el poder, y aunque sea chiquito es muy bonito.

La experiencia y la teoría apuntan en sentido contrario. ¿De qué sirve tener graduados en disciplinas o instituciones de alta exigencia –tomada como sufrimiento–, si van a replicar los modos de sus profesores en su actividad profesional? ¿De qué nos sirven científicos sin ética, más que dispuestos a usar sus conocimientos en contra de sus semejantes? Porque el ejemplo de aquellos que creemos dignos de ser admirados pesa más que cualquier plan de estudios.

Como decíamos, ya hay evidencia “científica” de que los aprendizajes que más valen la pena se logran si se relacionan con sentimientos agradables, esos que provocan emociones que empujan a hacer las cosas. Sí se aprende sufriendo, se aprende a odiar, a temer, a pasmarse ante las dificultades o a tomar decisiones precipitadas que salven el momento; de allí a creer que el fin justifica los medios hay un suspiro doloroso, y entonces se vale hacer trampa para pasar una materia, copiar en el examen, tratar de robárselo o amenazar a alguien más listo para que se deje copiar o pase las respuestas, a drogarse para mantenerse despierto disque estudiando, o caer en la desesperación y abandonar... hasta la vida.

Eso no se vale, hay que cambiar la forma de ver el aprendizaje como parte del sufrir; si algo nos apasiona, nos conmueve, lo disfrutamos, aprenderlo debe ser agradable, potenciador de nuestras aptitudes y actitudes. Saber que el conocimiento se logra colectivamente y debe ser para el beneficio de todos nos vuelve empáticos y solidarios, tolerantes con los demás porque nos sabemos diferentes, y no esas competencias —de competir, no de competente— individualistas donde alguien sobresale por encima y a costa de todos los demás. Y la docencia debe estar en sintonía con ello.

Dejemos de sufrir y mejor disfrutemos.

viernes, 13 de diciembre de 2019

EL BRAZO ARMADO DEL PRESIDENTE


EL BRAZO ARMADO DEL PRESIDENTE
Joaquín Córdova Rivas

No se trata de un personaje cualquiera, como nadie concentró el poder y lo utilizó perversamente sin importar las consecuencias, encarna una forma de ejercer la política para beneficio de unos cuantos, que invocando una guerra contra el crimen organizado lo fortalecieron y usaron para servirse impunemente. Los efectos de su corrupto y salvaje accionar los seguimos padeciendo y era necesario hacer algo para desligarse de las prácticas ilegales que se “normalizaron” y hasta aplaudieron en los medios de comunicación masiva, pervirtiendo la verdad, armando montajes televisivos y mediáticos para engañar a una población que carece de información veraz y objetiva para formar su opinión y poder tomar decisiones sustentadas en hechos y no en manipulaciones.

Investigaciones serias, de ese periodismo escaso pero valioso que dan cuenta de las corruptelas en los aparatos policiacos y de justicia que pregonaba actuar conforme a la ética y las leyes, pero que hacían precisamente lo contrario, existen. Una buena síntesis está en el libro titulado “El Affair Cassez” de José Reveles publicado el año pasado (2018) por Editorial Planeta, aunque su primera edición data del 2013.

En una de las presentaciones de su libro José Reveles menciona:

«En estas páginas el lector podrá enterarse del por qué García Luna fabricó la historia de “Los Zodiaco”, para no ser corrido de su puesto, exactamente una semana después de que sus agentes de la AFI habían secuestrado a cuatro Zetas en Acapulco para entregárselos a La Barbie, quien ordenó filmar cuando eran ejecutados con un tiro en la sien, eso sí en vivo, en el primer narcovideo con violencia explícita que se difundió en México. Se detalla cómo el ex director de la AFI, que en vez de ser enviado a la cárcel o a su casa cayó para arriba al ser nombrado secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón, actuó en complicidad con un poderoso empresario, proveedor de blindados y armamento, que alimentaba deseos de venganza contra Florence –hermana de su ex socio Sebastien- y contra el propio Israel, su íntimo conocido.» https://mexicoporflorencecassez.wordpress.com/texto-de-jose-reveles-en-la-presentacion-de-su-libro-el-affair-cassez-florence-cassez-y-el-mito-genial-de-los-zodiaco/

Pero ese caso, que llevó a una grave crisis diplomática con el gobierno francés, por la terquedad de Felipe Calderón de sostener una historia falsa, con una banda de secuestradores inexistente, con unas supuestas víctimas que cambian de versión a contentillo de las autoridades, con la costumbre de pagar “testigos protegidos” con declaraciones y testimonios inverosímiles pero que sirvieron para pretextar “éxitos” inexistentes en esa guerra con miles de víctimas verdaderas, también sirvió para cosas más siniestras.

«En política y en materia policial no hay casualidades. Y menos cuando se combinan y se ponen al servicio una de la otra. Las circunstancias coyunturales pesan mucho. Ahí les dejo para su reflexión el dato: cuando el montaje perverso y corruptor del caso Cassez se transmitió en cadena nacional, el licenciado Calderón Hinojosa tenía cinco días de haber jurado como candidato presidencial del PAN; cuando cambiaron las versiones para la embestida mediática contra la francesa y su ex novio, febrero de 2006, la empresa GEA-ISA afirmaba que había empate técnico entre los candidatos Andrés Manuel López Obrador y Felipe Calderón, borrando en unos cuantos días la ventaja de 10 puntos que todas las encuestadoras otorgaban al primero.»

El empecinamiento presidencial por sostener una política y el aparato de injusticia correspondiente difícilmente se podría hacer desde la ingenuidad o la ignorancia. Al contrario, todo parece indicar que se siguió una narrativa preestablecida arrasando con todo lo que estorbara o la cuestionara.

«Los dos gobiernos de Acción Nacional pagaron casi 180 millones de pesos para sostener a más de 600 “testigos protegidos colaboradores”, con salarios que llegaron a fluctuar entre 50 mil y 150 mil pesos mensuales, con alimentos, vivienda, protección, beneficios procesales, con reducción de penas o franca libertad a delincuentes probados y confesos. Y, en el caso de los supuestos ex rehenes de “Los Zodiaco”, viajes de ida y vuelta a los Estados Unidos, a donde los tres se fueron a vivir, cada vez que se requiriese. También del erario salieron los 118 millones de pesos para pagar la “publinovela” El Equipo que transmitió unos cuantos episodios teniendo como set las estratégicas instalaciones de la Policía y como héroes a los federales. [...] Dado el éxito inicial del caso Cassez para modificar la percepción social sobre las acciones de gobierno, la fábrica de culpables operó a todo lo que pudo en el sexenio que terminó hace casi 10 meses (se está hablando a fines del 2013) con un saldo endemoniadamente trágico (unos 100 mil asesinados con violencia, 26 mil 100 desaparecidos contabilizados oficialmente, más de un millón de desplazados de sus lugares de origen por el cáncer invasor de la criminalidad organizada… cada vez más territorios sin gobernabilidad… son los datos duros de esta tragedia humana que también afecta a unos 20 mil migrantes centroamericanos cada año). Tan burdas fueron las acusaciones en muchos casos, que han ido recuperando su libertad algunos de los más famosos imputados falsamente por testigos a sueldo que obedecían ciegamente lo que las procuradurías les ordenaban...».

Pero hubo que tomar como pretexto las declaraciones de un narcotraficante para detenerlo fuera de nuestras fronteras, porque aquí la justicia hace años se rindió, recuérdese que durante los seis años de Peña Nieto no se hizo nada, y es que ni para la CNDH podía hacerse algo contra el ahora señalado ni tomando en cuenta el falso caso Cassez.

«El ombudsman Raúl Plascencia Villanueva se puso a hacer cuentas, como si se tratara de un trámite de barandilla, y dio a entender que todos los delitos prescribieron ya en diciembre de 2012 –abuso de autoridad, falsedad en declaraciones, ejercicio indebido del servicio público y delitos contra la administración de justicia, según enumeró-, con lo cual hasta resultaba inocuo, francamente inútil, que enumerara a más de veinte presuntos perpetradores, encabezados por el ex director de la AFI Genaro García Luna; su director de Investigación Policial Luis Cárdenas Palomino; el de Operaciones Especiales Javier Garza Palacios; Jorge Rosas García, titular entonces de la Unidad Especializada en Investigación y Secuestros; Israel Zaragoza Rico, subdirector del área de Secuestros de la AFI, entre 21 posibles implicados en los abusos, incluido el agente del Ministerio Público Alejandro Fernández Medrano.»

Había que tocar al intocable, levantar cargos y someter a proceso al impune, lástima que toda la información se quede o filtre desde allá, fuera de este país que además de resistir, ahora reacciona y se quita la venda corruptora de los ojos. En fin, una prenda más que se le cae a ese reyecito que se resiste a creer que su tiempo pasó y que cada vez está más desnudo.

sábado, 7 de diciembre de 2019

PISA Y CORRE


PISA Y CORRE
Joaquín Córdova Rivas

Nos podemos ir por la fácil, tomar los resultados de la prueba PISA 2018 como muestra del desastre educativo del neoliberalismo que terminó su sexenio en ese año con el repudio de 30 millones de mexicanos que votaron por López Obrador, y hasta estaría justificado, pero las cosas no son tan fáciles como parecen.

A su vez, los simpatizantes del neoliberalismo podrían argumentar que, los malos resultados se deben a los malos maestros que no supieron o no quisieron aplicar una reforma educativa y que ahora se declara “derogada” o cancelada, porque para ellos, ese desastre educativo siempre se cargó a la responsabilidad de los maestros.

«Pero, ¿qué explica el éxito mediático de PISA, que es capaz de poner en jaque a los sistemas y autoridades educativos de los países? Según un pequeño editorial escrito con este motivo por Joaquim Prats, académico de la Universidad de Barcelona, esto tiene que ver con el arribo de las nuevas formas de concebir la gestión pública, una de las cuales se refiere a que la producción de los servicios públicos debe ser evaluada cuantitativamente. En razón de ello, los resultados de PISA son utilizados por diversos sectores sociales, principalmente empresariales, como una medida rigurosa de la "producción" en la educación a escala planetaria, en el que los sistemas educativos son clasificados según una escala de rendimiento. Prats señala que estos instrumentos se han constituido en evaluaciones del capital humano de cada país en el contexto de la competencia internacional y, citando a W. Apple advierte sobre los peligros de una desmedida supeditación de la educación a la economía...»

Hay que ir poniendo las cosas en contexto, de otra manera seguiremos cometiendo los mismos errores y teniendo los mismos resultados. Vamos con los datos de fondo que poco se comentan por irse por la fácil de los números crudos.

«Como se ha mencionado reiteradamente, la prueba PISA fue diseñada para evaluar la formación de los jóvenes de 15 años de edad, que es cuando se considera que han llegado al final de la enseñanza obligatoria y se encuentran en un momento decisivo de su vida, sea para proseguir estudios post-secundaria o para integrarse a la vida laboral. PISA siempre evalúa tres competencias: lectura, matemáticas y ciencias, aunque la misma OCDE ha dejado claro que la prueba no está encaminada a evaluar los currículos escolares, sino el dominio de los procesos, el entendimiento de los conceptos y la habilidad de actuar o funcionar en varias situaciones dentro de cada dominio. Es decir, PISA no evalúa los contenidos del currículo mexicano, sino las habilidades intelectuales (razonamiento y solución de problemas) que los jóvenes de 15 años han desarrollado durante su vida; habilidades que, se entiende, son producto de lo que aprenden tanto dentro como fuera de la escuela. En este sentido, los resultados de PISA se conciben como un indicador del capital intelectual que tiene un país, de manera que la responsabilidad de obtener mejores o peores calificaciones no recae exclusivamente en el sistema educativo, sino que corresponde a la sociedad en su conjunto [...] el resultado promedio de los países de la OCDE no ha variado mucho a través del tiempo. Como ha señalado Felipe Martínez-Rizo, exdirector del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, la mayor parte de los países participantes muestra un estancamiento en sus resultados entre el año 2000 y 2015. [...] la situación de México en las pruebas PISA, lejos de ser una excepción, es la norma [...] Consecuentemente, no se pueden esperar cambios sustanciales si no se involucran reformas que abatan la pobreza y la marginación existentes, factores que están estrechamente asociados con los resultados de aprendizaje y con la calidad de los recursos educativos que se destinan a estos sectores de población.» Perfiles educativos vol.39 no.156 México abr./jun. 2017. EDITORIAL. A 15 años de PISA: resultados y polémicas. Alejandro Márquez Jiménez. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-26982017000200003

Ya lo habíamos comentado antes en este semanario, educan los medios de comunicación, las telenovelas, los programas de chismes, los de concursos arreglados y basados en boberías, educan las autoridades cuando evaden los problemas y dicen sin decir o justifican sus corruptelas, educan los empresarios cuando se quejan de la falta de inversión y crecen sus cuentas en los paraísos fiscales evadiendo impuestos, educan los que predican la bondad y le meten mano a los niños, aprendemos de una sociedad machista y de familias violentas, desintegradas y disfuncionales, todos aprendemos de todos y a veces eso es parte del desastre, hay pocos buenos ejemplos. Hasta aprendemos a simular en la educación.

«En el caso de PISA en 2018, [...] la SEP, en coordinación con las autoridades educativas locales, desarrolla una estrategia dirigida a los alumnos de 15 y 16 años que tiene, entre otros, el propósito de fortalecer las competencias lectoras, matemáticas y de ciencias en los alumnos de tercero de educación secundaria y primero de educación media superior, para que los primeros logren ingresar mejor preparados a la Educación Media Superior y para que quienes ya ingresaron la concluyan satisfactoriamente. Además, con la estrategia se busca familiarizar a los alumnos y a los docentes con el tipo de instrumentos de evaluación utilizados por PISA, así como con la estrategia informática para su aplicación en virtud de que dicha prueba se administra mediante computadora. También se pretende motivar a los alumnos para que realicen su mayor esfuerzo en su participación en la aplicación de PISA 2018, destacando que valoren que representan a México; esto es particularmente importante porque los alumnos podrían no dar importancia a la prueba al identificar que su resultado no tiene alguna repercusión escolar. Por otra parte, se busca estimular a que los alumnos participen y contesten la prueba con el n (sic) de cumplir con los estándares internacionales establecidos por la OCDE, para dar validez a los resultados. México en PISA 2018. Roberto Peña Reséndiz. Director General de Evaluación de Políticas de la Secretaría de Educación Pública. 13 de febrero 2018. http://www.educacionfutura.org/mexico-en-pisa-2018/

El seguir responsabilizando a las escuelas de corregir todo lo torcido en el país solo encubre las verdaderas soluciones, esa política de “teaching to the test” (preparar para la prueba) es otra trampa envuelta en buenas intenciones:

«La política del teaching ha generado distintos efectos en los sistemas escolares en los que se ha implementado, y con respecto a los cuales debemos estar atentos. Entre ellos se encuentra: el aumento del control docente en función de los contenidos que, según las autoridades educativas y las fracciones políticas dominantes en un tiempo-espacio determinado, deben ser enseñadas en la escuela; el ejercicio de prácticas educativas comprometidas más con los resultados medibles que con una sana y necesaria formación ética y la pérdida de interés en el aprendizaje por parte de los estudiantes, debido, entre otras cosas, a la falta de profundización en temas fuera del alcance de las pruebas.»

«Julio Carabaña, sociólogo español, para quien: “El problema fundamental es que mide una cosa que ellos llaman literacia (literacy), que son aptitudes muy generales que se pueden desarrollar algo en las escuelas pero fundamentalmente no”. [...] Como menciona Carabaña, la medición de capital humano expresada en la prueba PISA tiene por objeto de análisis una dimensión del desarrollo intelectual que no depende exclusivamente del espacio educativo, sino también del contexto en el cual los individuos se desarrollan en sociedad. No es complicado comprender las implicaciones de lo mencionado previamente en una sociedad fragmentada por la desigualdad, la inseguridad, por la pobreza, por la falta de acceso a servicios educativos, culturales, médicos, etc. Una sociedad en la cual las posibilidades de desarrollar un capital social efectivo se diluyen por la desconfianza, el temor y también, en muchos casos, por la desidia. PISA no solo evalúa a las escuelas, sino también evalúa a la sociedad en la cual estas escuelas están insertas, es algo que no debemos perder de vista.» LA EDUCACIÓN MEXICANA Y PISA 2018. abril 2, 2018 Por: Mauro Jarquín. 02/04/2018 http://insurgenciamagisterial.com/la-educacion-mexicana-y-pisa-2018/


sábado, 23 de noviembre de 2019

ATROCIDADES


ATROCIDADES
Joaquín Córdova Rivas

Hay temas no atendidos que, como bombas de tiempo, están estallando apenas. Llevan mucho tiempo incubados, sin solución, agravando y enrareciendo el ambiente social y político, lo peor es que los presuntamente responsables evaden el bulto y quieren impedir que lo escondido surja. Las culpas no asumidas ni pagadas los traen nerviosos, irritables hasta la agresividad abierta.

Por ejemplo, el informe titulado ATROCIDADES INNEGABLES. CONFRONTANDO CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD EN MÉXICO de Open Society Justice Initiative, en colaboración con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, el Centro Diocesano para los Derechos Humanos Fray Juan de Larios, I(dh)eas Litigio Estratégico en Derechos Humanos, la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho y Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos (CADHAC), publicado en el 2016, que revela, en 232 páginas de datos e investigaciones minuciosas, sin concesiones para nadie, el estado del país centrándose en el lapso del 2006 al 2015 (el sexenio de Felipe Calderón y la mitad del de Peña Nieto). Muy puntual, bien soportado legalmente, con recomendaciones que seguramente traen apanicados a muchos todavía poderosos. Vale la pena abusar de las citas para dar una idea de su contenido. Disponible en: https://www.justiceinitiative.org/uploads/5d386d17-57aa-4b74-b896-43883af55574/undeniable-atrocities-esp-2nd-edition.pdf

«A finales de 2006, el gobierno federal de México ordenó un despliegue nacional a gran escala de las fuerzas de seguridad para combatir al crimen organizado. Esta estrategia supuso que los índices de asesinatos, desapariciones, tortura y otras atrocidades se dispararan. En 2012, al resultar evidente que México se encontraba en crisis, Justice Initiative lanzó un nuevo proyecto cuyo objetivo era comprender las dimensiones de esta crisis, la naturaleza de los delitos, y porqué el sistema de justicia de México estaba batallando para detener a los autores penalmente responsables.»

«¿Qué significa “Crímenes Atroces”? Las Naciones Unidas define el término incluyendo los crímenes de genocidio, crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra. Este informe usa el término para referirse a formas particulares de crímenes violentos que han afectado a varios cientos de miles de civiles y pueden constituir crímenes de lesa humanidad. Las personas afectadas no solo incluyen a los ciudadanos mexicanos, sino también a inmigrantes de Centroamérica, que viajan por rutas peligrosas a través del país y son con cada vez más frecuencia víctimas de la cruel violencia de los cárteles. Específicamente, el informe examina tres tipos de crímenes atroces: asesinatos, desapariciones, y tortura y otros tipos de maltrato.»

«La mayor parte de los datos en que se basa el análisis provienen necesariamente de fuentes gubernamentales. Esto crea un considerable desafío metodológico, ya que los
datos del gobierno sobre delitos atroces y de otro tipo en México son notoriamente incompletos, sesgados hacia la reducción al mínimo, y por lo tanto a menudo poco fiables. [...] más del 90 por ciento de los crímenes en México nunca se han informado a las autoridades.»

«Asesinatos, desapariciones y torturas perpetradas tanto por los cárteles como por las fuerzas federales (que supuestamente debían luchar contra estos) persisten en el presente. Desde diciembre de 2006 hasta el final de 2015, más de 150,000 personas fueron asesinadas intencionalmente en México. Miles de personas han desaparecido. [...] hemos concluido que existen fundamentos razonables para considerar que existen actores tanto estatales como no estatales que han cometido crímenes de lesa humanidad en México.»

«el objetivo de este informe no es que se inicie una intervención de la CPI (Corte Penal Internacional) en México, sino que los autores de estos crímenes atroces puedan ser enjuiciados con todo el peso de la ley, independientemente de su origen, en su propia jurisdicción. Esto es especialmente importante si se considera que esta violencia es perpetrada por las fuerzas de seguridad del Estado, cuyo deber es combatir el delito, no cometerlo. Recurrir a acciones criminales en la lucha contra el crimen no deja de ser una contradicción, una que por lo demás socava trágicamente el estado de derecho. [...] México cuenta con amplios recursos y capital humano para actuar de modo eficaz en la prevención, enjuiciamiento y castigo de crímenes atroces, perpetrados en su mayoría por sus propias fuerzas. La incógnita es si México tiene la voluntad política de hacerlo.»

«El gobierno debe actuar sin demora para reconocer la gravedad de la situación: debe iniciar medidas urgentes y extraordinarias, que incluyen la invitación a la ayuda internacional a fin de garantizar procesos de investigación y procesos genuinos e independientes. [...] Es importante señalar que investigar y enjuiciar las atrocidades como crímenes de lesa humanidad, en lugar de hacerlo como crímenes nacionales ordinarios, permite evaluar la responsabilidad penal hacia arriba en la cadena de mando, de modo que se pueden incluir a aquellos que dieron las órdenes o a aquellos que no tomaron acciones para prevenir o castigar delitos que conocían (o deberían haber conocido).»

«... las fuerzas federales han cometido numerosos asesinatos, desapariciones forzadas y torturas, dejando ver un patrón de comportamiento muy claro que permite concluir que no se trata de actos aislados ni al azar. Las víctimas incluyen miembros de los cárteles delictivos pero también muchos “falsos positivos”: civiles acusados sin ningún fundamento por su participación en actividades del crimen organizado, a menudo víctimas de tortura para que se auto incriminen o incriminen a otros, y frecuentemente víctimas de desapariciones o asesinatos. Otros civiles han muerto víctimas del fuego cruzado de una estrategia imprudente, el “daño colateral” de la batalla entre el gobierno y los cárteles.»

En el apartado titulado Desapariciones se menciona a nuestro Estado: «Los grupos objetivo de estos crímenes suelen variar de acuerdo con la ubicación geográfica de las organizaciones criminales. En Chihuahua, por ejemplo, donde parece existir un problema pronunciado de desapariciones de mujeres, la situación podría atribuirse a la trata para el comercio sexual.De igual modo, las desapariciones en Querétaro a menudo parecen estar vinculadas a la trata de mujeres. En Coahuila, por el contrario, un 84.3 por ciento de las 370 desapariciones documentadas por una organización corresponden a hombres. Una gran cantidad de migrantes ha desaparecido en las principales rutas de transporte entre las fronteras de Guatemala y Estados Unidos.»

Crímenes de Lesa Humanidad, el pedido de que una instancia internacional intervenga en las investigaciones, la clasificación de Crímenes Atroces, el amparo de convenios internacionales para sustentar lo escrito, con razón muchos no quieren que se investigue nada.

LAS OLAS


LAS OLAS
Joaquín Córdova Rivas

Sucedió el milagro. Otra vez un evento importante provocó la aparición de miles de expertos que sin saber nada del tema se ponen a pontificar como si el derecho a expresarse fuera una obligación y los barnizara de sabiduría instantánea. De repente se nos borra el disco duro y creemos que los procesos históricos son revanchas de un dios idiotizado por su propia vanidad y celoso de su incompetencia.

Es cierto que tomar distancia de lo sucedido en Bolivia para tener una mejor perspectiva puede resultar inútil por prematuro. Lo que está en juego no es menor, la pelea abierta por los pocos recursos naturales de un planeta devastado y con reservas agotadas, con minorías rapaces y por lo mismo inmunes a cualquier tipo de solidaridad real, se hace con mayor crudeza y crueldad.

Intentando salvar esas limitaciones vale la pena recurrir a textos que parecían advertir lo que estamos presenciando, con la ventaja de que lo escrito permanece, de que tiene el nombre de quien lo escribe y es posible investigar su confiabilidad y saber de primera mano la tendencia ideológica, que otros esconden mañosa y vergonzantemente, que guía sus argumentos. Esta es la voz del vicepresidente boliviano Álvaro Marcelo García Linera, quien prefiriera, como lo anunció desde el 15 de diciembre del 2016, no continuar en el cargo después de las elecciones de este 2019.

«¿Se imaginan si somos 450 millones de personas? Las mayores reservas de minerales, de litio, de agua, de gas, de petróleo, de agricultura. Nosotros podemos direccionar los procesos de mundialización de la economía continental. Solos, somos presas de la angurria y el abuso de empresas y países del Norte. Unidos, América Latina, vamos a poder pisar fuerte en el siglo XXI y marcar nuestro destino.
La derecha quiere retomar la iniciativa. Y en algunos lugares lo ha logrado, aprovechando alguna de estas debilidades. ¿Qué va a pasar, en qué momento estamos, qué viene a futuro? No debemos asustarnos. Ni debemos ser pesimistas ante el futuro, ante estas batallas que vienen. Marx, en 1848, cuando analizaba los procesos revolucionarios, siempre hablaba de la revolución como un proceso por oleadas. Nunca imaginó un proceso ascendente, continuo, de revolución. Decía, la revolución se mueve por oleadas. Una oleada, otra oleada, y la segunda oleada avanza más allá de la primera, y la tercera más allá de la segunda. Me atrevo a pensar que estamos ante el fin de la primera oleada. Y está viniendo un repliegue. Serán semanas, serán meses, serán años, pero está claro que como se trata de un proceso, habrá una segunda oleada, y lo que tenemos que hacer es prepararnos, debatiendo qué cosas hicimos mal en la primera oleada, en qué fallamos, dónde cometimos errores, qué nos faltó hacer, para que cuando se dé la segunda oleada, más pronto que tarde, los procesos revolucionarios continentales puedan llegar mucho más allá, mucho más arriba, que lo que lo hicieron en la primera oleada. [...] Tocan tiempos difíciles, pero para un revolucionario los tiempos difíciles es su aire. De eso vivimos, de los tiempos difíciles, de eso nos alimentamos, de los tiempos difíciles. ¿Acaso no venimos de abajo, acaso no somos los perseguidos, los torturados, los marginados, de los tiempos neoliberales? La década de oro del continente no ha sido gratis. Ha sido la lucha de ustedes, desde abajo, desde los sindicatos, desde la universidad, de los barrios, la que ha dado lugar al ciclo revolucionario. No ha caído del cielo esta primera oleada. Traemos en el cuerpo las huellas y las heridas de luchas de los años 80 y 90. Y si hoy provisionalmente, temporalmente, tenemos que volver a esas luchas de los 80, de los 90, de los 2000, bienvenido. Para eso es un revolucionario.» Publicado el 1 de junio de 2016, disponible en: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/no-hay-revolucion-verdadera-sin-profunda-revolucion-cultural/

Con más de 500 años de colonialización corporal y espiritual, la discriminación y el desprecio por nuestras culturas originarias sigue vigente y asimilándose a un neoliberalismo individualista, alienante y profundamente corrupto. No nos pensamos si no es como apéndices ideológicos de lo que predican los “wasp” — White, Anglo-Saxon and Protestant, es el acrónimo en inglés de «blanco, anglosajón y protestante»— aunque esos nos desprecien, discriminen y usen a su conveniencia.

«Estos sectores nunca se han tragado que un indígena esté gobernando. Antes no lo decían en tono alto, sino en la intimidad de sus cenas y reuniones. Ahora lo han hecho público. Sus escribanos visibilizan este malestar racial de quienes tenían en los blancos un capital social, de quienes hicieron de su piel, su vestimenta, sus modales, un capital. Le dimos un golpe muy duro al capital étnico. Lo devaluamos. Hubo entonces una reacción. Es normal. Lo sabíamos. Ellos nunca votaron por nosotros y nunca lo harán, la historia inscrita en su piel es más fuerte que las ideas. No me preocupan. Lo que me preocupa en este nuevo humor del tiempo histórico es la despolitización de las clases sociales, que las vuelve más permeables a otros referentes de construcción de opinión publica que ya no sean los sindicatos y las asambleas. Una población más despolitizada es también más permeable al discurso de los bloques racistas, que, entonces, comienzan a tener un mayor eco, una mayor recepción a sus prejuicios.» https://elpais.com/internacional/2016/12/15/america/1481827229_009239.html

La ola actual es un primer intento de descolonialización, de deshacerse de esos moldes importados que no ven por los demás, que no les importan los seres humanos si no es como objetos de explotación, por lo mismo es también una propuesta que se percibe como contrapuesta al capitalismo devastador vigente. En voz de Evo Morales Ayma puede sintetizarse así:

«El Vivir Bien como una forma de vida, de relacionamiento con la naturaleza, de complementariedad entre los pueblos es parte de la filosofía y la práctica de los Pueblos Indígenas. Asimismo, no sólo desnuda las causas estructurales de las crisis (alimenticia, climática, económica, energética) que vive nuestro planeta, sino que plantea una profunda crítica al sistema que está devorando a seres humanos y a la naturaleza: el sistema capitalista mundial. Mientras los Pueblos Indígenas proponen para el mundo el “Vivir Bien”, el capitalismo se basa en el “Vivir Mejor”. Las diferencias son claras: El vivir mejor significa vivir a costa del otro, explotando al otro, saqueando los recursos naturales, violando a la Madre Tierra, privatizando los servicios básicos; en cambio el Vivir Bien es vivir en solidaridad, en igualdad, en armonía, en complementariedad, en reciprocidad. En términos científicos, desde el marxismo, desde el leninismo dice: socialismo-capitalismo; y nosotros sencillamente decimos: el vivir bien y el vivir mejor.» Febrero de 2011, en: http://209.177.156.169/libreria_cm/archivos/pdf_268.pdf

Eso, y no otra cosa, es lo que está en juego en nuestro subcontinente, un modelo de desarrollo diferente, de solidaridad, de mirar por los otros porque somos parte de ellos, por pensar diferente deshaciéndonos y desnudando los intereses que nos empobrecen y excluyen, aunque prediquen lo contrario. Las olas seguirán llegando.

SOLITARIOS


SOLITARIOS
Joaquín Córdova Rivas

Están por todos lados, quizás somos parte de ellos. No, no es una película catastrófica de terror, no son los zombis casi indestructibles que nos quieren devorar, tampoco los extraterrestres que nos dominan y nos hacen trabajar para ellos hasta agotar los recursos del planeta. Son los solitarios, los que creyendo hacer uso de una libertad ilimitada cayeron en la esclavitud personal, en el individualismo que, supuestamente, les permitiría hacerse de los satisfactores necesarios y hasta superfluos para mantener a flote y disfrutar de su familia.

Son los chavos que no le ven caso a estudiar la secundaria o la prepa, menos una carrera, que a pesar de estar hiperconectados se sienten y están solos porque en sus casas, en sus desintegradas familias nadie los extraña o siquiera nota su presencia, son los que viven procesos de separación de sus padres, la violencia y el abuso intrafamiliar, las adicciones como simple escape de situaciones inentendibles e insufribles, son quienes padecen los cambios de domicilio o el abandono familiar como una manera de que los adultos que los rodean no encaren los problemas de desempleo, de inseguridad, de falta de oportunidades, de discriminación con cualquier pretexto, de salarios miserables.

Son, somos, los profesionistas que aprovechamos la coyuntura del auge de las carreras técnicas, los que atrajeron las empresas trasnacionales hace más de 20 años y que ahora comienzan a abandonar porque en un mercado de trabajo neoliberal ya estamos viejos y cobramos mucho, con el riesgo de seguir desarrollando enfermedades crónicas propias de la competencia descarnada y deshumanizada de este tipo de empleos, además, el dios neoliberal no lo quiera, cercanos a una jubilación que ninguna empresa quiere pagar. De nada valieron los periodos vacacionales que se sacrificaron para quedar bien con los jefes, los fines de semana mochos porque nuestra presencia era requerida en una de las muchas urgencias laborales reales o ficticias. De esos trabajos en que se sabe la hora de entrada, pero no la de salida, y, aun así, trabajando en casa, en la oficina foránea, en el restaurante con la computadora y el celular como presencias imprescindibles, para estar disponibles en cualquier momento y lugar.

Somos los que, de la noche a la mañana nos descubrimos despojados de cualquier certeza laboral, los liquidados por cualquier bicoca por ser personal de “confianza”, los que tenemos que prescindir de las cuentas de gastos, del auto de la empresa, de los bonos casi millonarios, de los seguros de gastos médicos mayores. Y nos descubrimos indefensos, sin ahorros porque el futuro parecía estar asegurado, sin automóvil propio porque no era necesario, sin seguro social, sin acceso a los diferentes mecanismos de protección social porque éramos los privilegiados. Y, al final, sin familia, porque dedicamos tanto tiempo y esfuerzo al trabajo, a la empresa, que descuidamos lo que más queríamos cuidar.

Todos tenemos en común la soledad de sentirnos fracasados, no alcanzamos a ver que si es una situación generalizada, que si hay muchos en nuestro mismo caso entonces es un fallo del sistema, de ese sistema que quiere que nos culpemos y que en el colmo de la desesperación atentemos contra nuestra vida antes de pretender organizarnos y construir demandas colectivas.

Contra lo que se piensa, el 75 por ciento de los suicidios se producen en países de bajos o medianos ingresos, aunque la manipulación informativa nos quiere hacer creer que es en los países con mayor protección social —que porque se aburren, que porque ya no hay porqué luchar, que porque ya lo tienen todo—. Según la Organización Mundial de la Salud cada 40 segundos una persona muere por la falta de voluntad para vivir —suicidio—, más de 800 mil personas se suicidan cada año en este sufrido mundo, y es la segunda causa de defunción entre la población de 15 a 29 años. Hasta en este Querétaro conventual nos enteramos de los intentos fallidos o exitosos por quitarse la vida.

¿Cómo llegamos a eso? El filósofo Byung-Chul-Han cree que el sistema capitalista actual nos ha hecho creer que somos libres para desplegar todos nuestros conocimientos, esfuerzos y aptitudes para beneficio individual, que depender de un puesto en una empresa es una mera formalidad porque nos sentimos indispensables, porque trabajamos más de lo que nos piden, porque sacrificamos hasta lo que más queremos en aras de ganar una competencia que carece de sentido. Nos construimos como esclavos de nosotros mismos. No necesitamos que nos presionen, que nos expriman, que nos exploten, nosotros lo hacemos voluntariamente y sin medida.

«El sujeto del rendimiento, que se pretende libre, es en realidad un esclavo, es un esclavo absoluto, en la medida en que sin amo alguno se explota a sí mismo de forma voluntaria. No tiene frente a sí un amo que lo obligue a trabajar. El sujeto del rendimiento absolutiza la mera vida y trabaja

Hasta que nos cae la guillotina del desempleo inesperado no caemos en cuenta de que somos prescindibles, que nuestros afanes no importaron al momento de hacer las cuentas para que alguien se ahorre una lana a futuro, que las empresas y los empresarios de alto nivel se deshumanizan y se esconden detrás de las cifras, de las estadísticas de rendimiento, sus empleados se vuelven invisibles e inservibles según se van haciendo viejos. Hasta que les pasa a ellos.

Nos creemos solos y que merecemos morir tempranamente y en soledad, sin percatarnos que somos víctimas de circunstancias que rebasan lo personal, que todavía podemos construir comunidad, que podemos vivir disfrutando sin sentirnos culpables de que nuestros esfuerzos parezcan inútiles, que no es en vano seguirnos preparando para aprovechar las oportunidades, que hasta para ser feliz hay que aprender a serlo, porque, regresando con la Psicopolítica de Byung-Chul-Han:

«... ser libre significa estar entre amigos. “Libertad” y “amigo” tienen en al indoeuropeo la misma raíz. La libertad es, fundamentalmente, una palabra relacional. Uno se siente libre solo en una relación lograda, en una coexistencia satisfactoria. El aislamiento total al que nos conduce el régimen liberal no nos hace realmente libres.»

domingo, 13 de octubre de 2019

EL HORROR Y EL ERROR


EL HORROR Y EL ERROR
Joaquín Córdova Rivas

Una historia de horror y de dolor. Las fechas conmemorativas quedan rebasadas porque hay un continuo de agresiones desde hace décadas, que se nos comenzaron a hacer normales porque nos enseñaron que la violencia es consustancial al simple paso de los días y los años, como si los tiempos de paz, de tranquilidad, de espacios de vida digna, de simple felicidad fueran excepciones cada vez más espaciadas, más cortas, como si no lo mereciéramos.

Entre más sabemos más nos asombramos de nuestra incapacidad de indignarnos, de nuestra desmemoria, de la falta de solidaridad, del inmenso miedo que nos paraliza y nos impide actuar. Lo peor es que racionalizamos nuestra falta de arrojo, nuestro silencio culpable, no faltan los pretextos para no involucrarse.

No encuentro la referencia exacta, seguramente el texto existe porque lo recuerdo, era de Heberto Castillo —si la memoria no traiciona— y hablaba sobre la tolerancia y los intolerantes. De esos que se escudaban en las supuestas libertades para renegar de ellas y atacarlas, para convertir en víctimas a quienes defendían la tolerancia en abstracto y no atinaban a poner límites a quienes abusaban de su poder. Una vieja paradoja que cada tanto se recicla. Los mismos que antes sin pudor, sin vergüenza, sin misericordia o ética alguna masacraron a los más débiles e indefensos, ahora se dicen reprimidos porque no pueden hacer lo que antes hacían.

Así, como sin querer, se van develando sus abusos cotidianos. “Hasta los dientes” es el título de un documental que se puede ver en Prime video, da cuenta del calvario de los familiares, amigos, compañeros y de cientos de ciudadanos regiomontanos por exigir una justicia que sigue sin cristalizar. Que presenta el horror de esa maquinaria burocrática al servicio de la brutalidad y la ignorancia que asesina a dos estudiantes del Tec de Monterrey —dentro de sus instalaciones— y los hace parecer como sicarios del crimen organizado que mueren en un enfrentamiento, cuando fue una ejecución extrajudicial. Esto en el marco de una irresponsable y cruenta “guerra contra el narcotráfico” declarada y dirigida por Felipe Calderón y sus cómplices. El mismo expresidente que quiso presentarse, en días pasados, a dar una conferencia en ese mismo campus y que fuera repudiado por la comunidad estudiantil. Suceso que no tardó en ser presentado como una forma de intolerancia y de ataque a la libertad de expresión, como si las comunidades de cualquier tipo no tuvieran derecho a defenderse y elegir a quién quieren escuchar y a quién no, a quién toleran que pise un lugar que debiera ser pluralmente académico y rechazar versiones ideológicas violentas y, esperamos, obsoletas. Rechazar el autoritarismo y sus símbolos se quiere presentar como intolerancia cuando es un sentido y digno rechazo a los agresores de siempre.

El poeta Javier Sicilia recuerda, dolorosamente, en un libro editado en el 2016 —El deshabitado. Grijalbo-Proceso—, hablando de sí mismo en tercera persona:

«México, pese a la reserva moral que gente como ellos había mantenido viva, a pesar de la lucha zapatista que diecisiete años atrás dio una salida al país, pero que, incomprendida, fue cercada y marginada, estaba devastado, extraviado en el infierno. Setenta años de una dictadura de partido que trató al país como su patrimonio, enquistándolo de mafiosos y criminales, veinte de una economía liberal y de una transición democrática fallida, y cinco de una guerra contra el narcotráfico desatada por el presidente Felipe Calderón y auspiciada por los Estados Unidos, lo sembraron de miseria, de cadáveres desmembrados y exhibidos como basura, de secuestrados, de desaparecidos y de miedo. Un lento pudrimiento del esqueleto moral y político del país lo había derruido.»

Las metáforas del poeta son precisas, estamos “sembrados” de horrores y errores, de miseria y violencia y esa “siembra” sigue dando sus macabros frutos y lo seguirá haciendo por mucho tiempo hasta que no se arranque de raíz, hasta que no siga germinando. Pero eso lleva tiempo. Sembrar una cultura de paz, de no violencia, de honestidad y ética requiere de voluntad y no dejarse corromper, sus frutos no serán instantáneos, pero tendrán que irse dando antes de que los violentos tengan más posibilidades de regresar y destruir lo ya logrado.

La decepción y traición foxista fue narrada como fábula, por la escritora Sabina Berman, en esa reunión de intelectuales que le piden al lenguaraz guanajuatense honrar los millones de votos que lo llevan a la presidencia de la república y que exigen un rompimiento con el régimen priista. Su cobardía no tiene nombre, prefiere entregarse y acordar con un derrotado partido oficial que honrar su palabra. https://www.eluniversal.com.mx/opinion/sabina-berman/fox-cae-en-un-hoyo-otra-vez

Sicilia tampoco es optimista, conoce el sistema y a través de la imaginación de un amigo describe:

«Por la mente de Georges pasó la presencia de ese ser con rostro de hombre honesto y cuerpo de serpiente, multicolor y alado, cuya cola termina en una punta venenosa y que custodia el octavo círculo del infierno de Dante, el de los fraudulentos que siembran las discordias y las guerras civiles.»

Refiriéndose a Peña Nieto y la entonces pendiente aprobación de la Ley de Víctimas:

«Es un nuevo Gerión. Cada presidente de México es Gerión. Pero lo hará, No tiene otra opción para ganar la legitimidad frente al desastre del país. Peña Nieto es un hombre intelectualmente pobre y también violento. Recuerda la espantosa represión de Atenco cuando era gobernador del Estado de México. Pero a diferencia de Calderón —un hombre visceral y contradictorio— es frío, ajeno al sentimiento y tiene asesores políticos maquiavélicos a los que escucha. Nos dará la Ley y cambiará el discurso belicista. Lo verás. Pero en el fondo todo permanecerá igual o empeorará. Son las perversiones de la política: que todo cambie para que todo siga igual. Esa Ley de Víctimas que acusa al Estado, es el rostro benévolo de una atrocidad: el incumplimiento de las leyes que estaban hechas para protegernos e impartir justicia. La promulgará, luego la manipulará mientras la violencia continúa apilando muertos y desaparecidos.»

Hay que recordar ese pasado de horror para evitar el error de justificarlo, de tolerar a sus emisarios que quieren recuperar ese poder que utilizaron para masacrar a una población que no atinaba a defenderse ante el terror provocado. Que nunca retornemos a racionalizar la maldad para darle otra oportunidad invocando libertades que quieren destruir.

APRENDER A PENSAR


APRENDER A PENSAR
Joaquín Córdova Rivas

Fue una mezcla de reacciones justificadas por una visión de la historia anclada en siglos pasados, la indignación corrió por los alfombrados pasillos de la cámara de diputados, por las oficinas de las cúpulas partidarias que creen que el pragmatismo neoliberal —y la corrupción— los liberó de tener una ideología, por los despachos de los órganos empresariales que siguen pensando que los trabajadores que piensan y se defienden deben ser contra natura, por las sacristías y confesionarios de obispos que creen que todo es un servicio que se puede y debe cobrar sin que existan derechos que garanticen nada que no pase por su santa voluntad.

¿A quién se le ocurre que los trabajadores de la educación, los profesores, puedan opinar, proponer, y ser parte de la decisión en asuntos que tienen que ver con su labor cotidiana? Eso es para expertos amaestrados en las artes de la eficiencia, la disciplina y la docilidad ajenas. Por esos vericuetos caminó la aprobación de las llamadas leyes secundarias que aterrizan a la nueva reforma educativa, esa que pretende desarmar los mecanismos punitivos y de desprestigio que nos aplicaron en contra a los millones de docentes en los nefastos y corruptos sexenios anteriores. Falta ver cómo nos va en este.

Lo obvio pero que no se quiere entender, sin la participación y convicción de los profesores, esos que realizan el trabajo cotidiano en las aulas frente a los niños y jóvenes convertidos en estudiantes, ninguna reforma tendrá éxito. Esperar que renunciemos a reflexionar críticamente, a organizarnos, a tener parte de la decisión en lo que nos compete en nuestro trabajo es una estupidez. Así lo entendemos a pesar de que otros se escandalicen y no lo quieran entender.

Hay un viraje importante, se trata de formar ciudadanos completos, integrales e íntegros, que sepan diferenciar entre datos e informaciones ancladas en una realidad cambiante pero que otorga cierto margen de certidumbre en la toma de decisiones; no en los chismes malintencionados, en manipulaciones interesadas, en la defensa de privilegios normalizados pero nada éticos, se trata de regresar a la justa y digna medianía en cuanto a la forma de vida, además el planeta ya no aguanta los excesos de los poderosos, esos que no dudan en devastar lo poco que queda para disque vivir a todo lujo, que no bien, por unos cuantos años si bien les va. Ya no es el simple aprender a aprender, es aprender a pensar.

Se trata de lograr el bienestar social, una forma digna y disfrutable de vivir, no la mera sobrevivencia de la pobreza que se vuelve generacional y origen de odios y violencia, por esos rumbos tiene que transitar la nueva reforma educativa.

El 17 de septiembre de 1913 dio su discurso en el Senado, eran tiempos convulsos y violentos, estaban recientes los asesinatos de Francisco I. Madero y el de José María Pino Suárez (presidente y vicepresidente respectivamente) apenas siete meses antes, pero su valentía y honradez fueron despreciadas por sus compañeros legisladores, a costa de su vida denunció:

«Todos vosotros habéis leído con profundo interés el informe presentado por don Victoriano Huerta ante el Congreso de la Unión el 16 del presente.
Indudablemente, señores senadores, que lo mismo que a mí, os ha llenado de indignación el cúmulo de falsedades que encierra ese documento. ¿A quién se pretende engañar, señores? ¿Al Congreso de la Unión? No, señores, todos sus miembros son hombres ilustrados que se ocupan en política, que están al corriente de los sucesos del país y que no pueden ser engañados sobre el particular. Se pretende engañar a la nación mexicana, a esa patria que confiando en vuestra honradez y vuestro valor, ha puesto en vuestras manos sus más caros intereses.
¿Qué debe hacer en este caso la representación nacional?
Corresponder a la confianza con que la patria la ha honrado, decirle la verdad y no dejarla caer en el abismo que se abre a sus pies.» https://www.animalpolitico.com/2011/10/discurso-original-de-belisario-dominguez-contra-victoriano-huerta/

«El 23 de septiembre siguiente, Domínguez subió a la tribuna del Senado para llamar asesino y desequilibrado mental a Huerta; y al igual que el discurso del día 16, este fue impreso y distribuido entre la población. 
Irreductible, el 29 de septiembre exhortó a los legisladores, en un discurso aún más radical que los anteriores, a cumplir con su deber de implantar el orden y para ello solicitaba ser comisionado para pedir la renuncia de Huerta mediante un escrito firmado por todos los senadores. Sabía que esa pretensión lo ponía en peligro de muerte, pero pensaba que era la única manera de volver a la legalidad. 
Le costó la vida. La noche del 7 de octubre (algunas fuentes señalan que en la madrugada del 8), dos hombres lo sacaron del hotel donde se hospedaba. Ya no se supo de su paradero hasta unos días después, cuando su cadáver fue encontrado en una fosa, a la orilla del cementerio de Coyoacán. Este artero crimen provocó un gran clamor público. Por su parte, Huerta, en el afán de acabar con la oposición en el Congreso, disolvió la Cámara de Diputados pocos días después y encarceló a más de cien de legisladores.» https://relatosehistorias.mx/nuestras-historias/el-7-de-octubre-de-1913-fue-asesinado-el-senador-belisario-dominguez

Intentando rescatar y tomar el ejemplo de su antecesor, el senado honra a algún mexicano, de los muchos que podrían ser nominados, para recibir la medalla que lleva el nombre del senador chiapaneco, ojalá que en este contexto político que se pretende diferente, sus cualidades fructifiquen en los mexicanos del siglo XXI.

domingo, 29 de septiembre de 2019

LAS BANDERAS


LAS BANDERAS
Joaquín Córdova Rivas

Cuando un régimen político les teme a sus ciudadanos, o tiene miedo de que las masas adquieran el carácter de ciudadanía con todos los derechos y obligaciones que eso contiene, se cierra. Invocando a una frágil democracia que se encuentra en riesgo por unos aventureros e irresponsables, clausura todas las vías pacíficas de resolución de conflictos, niega derechos humanos básicos y desata una violencia que pretende justificar en una falsa defensa colectiva de valores que, supuestamente, todos compartimos.

Cada uno tiene sus banderas, son los símbolos de las reivindicaciones colectivas que necesitan ser tomadas en cuenta para tener una vida lo más disfrutable posible. No se trata del simple sobrevivir, sino de vivir dignamente sin carencias ni excesos.

El autoritarismo priista se nos coló hasta el inconsciente, llegamos al extremo de referirnos al “priista que todos llevamos dentro” cuando remedábamos, en escala micro, algunas de sus nefastas características. Todo parecía seguir la misma lógica, había que defender hasta la ignominia un sistema, que, por presentarse como heredero único y legítimo de un movimiento armado revolucionario, estaba siempre en la mira de la contrarrevolución de derecha, o de izquierda, según conviniera. Y con ese pretexto, los medios quedaban justificados por el fin: salvaguardar, a cualquier costo y pasando por encima de quien fuera, la paradoja de una revolución institucionalizada.

A pesar de esa visión única, las cuarteaduras que anunciaban un derrumbe no tardaron en presentarse. A la cerrazón política que mostró sus límites en diferentes momentos históricos de la última mitad del siglo XX —movimientos obreros en ferrocarriles, en la industria petrolera, en la minería; después en los “encargados” de llevar la Revolución a la realidad: los médicos, los estudiantes universitarios con sus fechas icónicas como el 2 de octubre de 1968 y el 10 de junio de 1971—, le siguió lo que para algunos parecía una alternativa forzada pero viable: la guerrilla campesina o urbana. Parafraseando a diversos autores, las armas de una utopía que se negaba a dejarse desaparecer.

El desarrollo de los grupos clandestinos que se oponen a un régimen que presume un monolitismo que necesita del miedo y la represión como argamasa para reparar las fisuras que provoca el abuso cotidiano del poder, está documentado en diversas investigaciones publicadas, quizás la más conocida sea la de Hugo Esteve Díaz titulada, precisamente Las armas de la utopía, publicada por el Instituto de Proposiciones Estratégicas y cuya primera edición impresa carece de fecha aunque parece ser de 1996, a pesar de que ha seguido escribiendo sobre el tema no es tan conocido como otros autores que prefieren la novela —con su componente importante de ficción— para recrear una coyuntura social específica.

En ese contexto histórico, el director de cine Gabriel Retes saca a la luz un filme titulado Bandera Rota (1978) cuya reseña se puede encontrar hasta en video en la plataforma más popular. Lo que no aparece mencionado, dentro de las diferentes historias que arman la principal, es la manera en que los mismos aparatos de seguridad del gobierno —la Dirección Federal de Seguridad para empezar—, infiltraban las organizaciones y movimientos clandestinos para radicalizarlos y provocar una respuesta violenta que los desarticulara con la consiguiente desaparición, tortura y asesinato de sus integrantes. Esa llamada guerra sucia que algunos insisten en justificar.

Esa estrategia dual —infiltración y radicalización—, les resultó tan efectiva que la siguen utilizando. Cuando en algunos estados o regiones del país aparecen los mismos dirigentes, aunque las causas sean de distinto origen, que promueven acciones que los movimientos incipientes no pueden soportar sin el riesgo evidente de desfondarse, y a pesar de que sus propuestas no sean motivo de acuerdo, en el momento de las movilizaciones imponen —por la vía de los hechos— esas acciones a sabiendas que terminarán debilitando lo que supuestamente quieren fortalecer, además de provocar el descrédito público en una parte expectante de la población que duda entre apoyar, hacerse a un lado o condenar, no la causa que puede parecer justa, sino los medios para querer lograrla. Y, en el último de los casos, “provocar” la represión desmedida de las llamadas fuerzas de seguridad.

El resultado será el mismo, movimientos sociales que no pueden desarrollarse porque sus medidas de presión rebasaron su fuerza y no midieron el desgaste ni se prepararon para resistir más allá de algunos días, o la radicalización forzada por los interesados en reventar una organización con demandas legítimas, necesarias y que incluso resultarían convenientes para casi todos. Esa bandera rota que utiliza como metáfora la película a que nos referimos termina con la represión abierta a unos estudiantes de cine que graban, de forma accidental, un asesinato que creen les servirá para darle una lección a un capitalismo desalmado que es capaz de disfrazarse de lo que sea, hasta de obrerista y sindicalista, para lograr sus fines, siendo el principal la concentración de la riqueza que producen muchos para quedarse en unas cuantas manos.

Por eso hay que cuidar los mecanismos de deliberación pública, los espacios pacíficos de negociación entre sectores que abanderan intereses hasta contrarios para resolver temporalmente los conflictos, que son ineludibles. Pero no los creados por una democracia de fachada, esos organismos que se repartieron por cuotas los partidos políticos con cúpulas corruptas sin atender a una ciudadanía harta de simulaciones.

Mención especial merece ese cuarto poder, la prensa, que tiene que renunciar a la domesticación exhibida de diferentes maneras. Si le gusta la novela para sumergirse en el tema hay que darle una leída a Enrique Serna y su obra el vendedor de silencio.