martes, 18 de septiembre de 2018

EL PODER DE LAS PALABRAS

EL PODER DE LAS PALABRAS Joaquín Córdova Rivas Todo gira alrededor de una idea: es posible transformar al país. Las urgencias allí están, casi todos sentimos que lo bueno se nos escapa como arena entre los dedos de las manos y, al contrario, que todo lo malo se pega a la piel como una mancha grasosa que entre más la frotas para intentar quitarla más se extiende. Si mucho caracterizó al proceso electoral pasado fueron los insultos, las descalificaciones, las noticias falsas principalmente en el ciberespacio a través de las redes sociales, muchos se convirtieron en replicadores de infundios que, afortunadamente, no tuvieron el efecto deseado por sus propagadores, pero las palabras son importantes, porque nos definen, marcan quiénes somos y queremos ser, pero las seguimos utilizando como si nada hubiera pasado, disfrazamos la realidad con las sutilezas que ocultan lo que en realidad pasa, allí están los medios de comunicación privados ejerciendo todavía su poder distorsionador. Hay que cambiar la manera en que nos referimos a nosotros mismos y a los demás, dejar de ser simples piezas de un juego que otros ganan y el resto perdemos porque las reglas están trucadas. Prácticamente no hay institución pública o privada que funcione dando el servicio que promete y por el que cobra, los ciudadanos nos hemos convertido en simples víctimas de sus muchas corrupciones y prácticas indebidas. Mejor ni mencionarlas otra vez. Lo bueno es que seguimos pensando que hay soluciones, esos 32 millones de votos contra la casta política así lo muestran. Ahora es tarea de todos, a través de la gran cantidad de organizaciones civiles que fueron surgiendo según se incrementaron las crisis humanitarias, de esos ciudadanos de a pie que se sacudieron el miedo y la indiferencia convirtiéndose en expertos en temas dolorosos, y de organismos nacionales e internacionales que cuentan con los recursos humanos —generalmente voluntarios o con ingresos simbólicos para la tarea que realizan— y financieros para darle seguimiento a la agenda nacional y elaborar propuestas bien fundamentadas. Una de ellas, que emite regularmente informes especiales sobre temas diversos que nos interesan a todos, es Amnistía Internacional. Más de siete millones de personas la integran por voluntad propia, muchos son donadores y mantienen la independencia de cualquier gobierno o partido político, así lo dejan ver sus informes, observaciones y datos que genera. Su capacidad de respuesta es alta y en tiempo oportuno porque cuenta con información, investigación propia y material basto para ofrecer una recopilación de propuestas y demandas puntuales. Apenas el pasado 14 de agosto, su capítulo mexicano, emite un documento titulado: México: «Memorándum para el Presidente Electo. Recomendaciones de Derechos Humanos para el próximo gobierno.» Pareciera prematuro pero las circunstancias lo exigen, primero porque no se puede perder tiempo en volver a hacer los diagnósticos que continuamente se han presentado públicamente, segundo, porque el presidente electo ha desplegado una actividad inusitada atendiendo a la urgencia y con la inercia de una campaña electoral en la que adelantó las líneas generales de sus propuestas. Ahora hay que utilizarlas para detener el estado de catástrofe que algunos se empeñan en negar. El citado memorándum, quitando la portada, presentación y el final protocolario, es una apretada síntesis de 6 cuartillas en letra menor a lo usual para aprovechar el espacio, está dividido en 7 apartados para mayor claridad, sin pretender que se pueden atender aislados, al contrario, el enfoque integral es indispensable: Sociedad segura y estado de derecho, Fortalecimiento de la procuración de justicia, Violencia de género contra las mujeres y las niñas, Personas defensoras de los derechos humanos, Migración y refugio, Derechos de los pueblos indígenas, Política exterior en materia de derechos humanos. La intención y sus alcances están explícitos, no hay nada oculto o con doble intención: «Este memorándum dirigido a Andrés Manuel López Obrador, presidente electo de México, tiene como objetivo presentar las principales observaciones, preocupaciones y recomendaciones de Amnistía Internacional para hacer frente a la seria crisis en materia de derechos humanos en la que se encuentra el país. Considerando los constantes y complejos desafíos que esto conlleva, Amnistía Internacional considera que la nueva administración podría impulsar cambios sustanciales si coloca de forma inmediata la agenda de los derechos humanos como el eje central de las políticas públicas y de las decisiones gubernamentales.» Y se puede consultar en: https://amnistia.org.mx/contenido/conoce-en-memorandum-que-le-hicimos-llegar-a-amlo/ Allí están, con todo el poder de las palabras, las propuestas específicas y fundamentadas en un tema muy sensible: el respeto a los derechos humanos. Seguramente otras organizaciones tendrán las suyas y querrán compartirlas para contribuir a la transformación de este sufrido país y sus agobiados ciudadanos.

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